LÍBERAME
Líberame,dios suicida,
sentado en tu trono de basura
con una solemnidad impúdica.
Tu envoltura circense,tu menear el trasero
en busca de buenos dividendos
para tu campaña publicitaria
Libérame,dios inútil,
tu atolondrado sentir,
tus manos cruzadas sobre el pecho
y en actitud iconoclasta tus piernas
destinadas a la oscuridad
raíces de rubios fabricantes de nácar
vendible en el mercado con categoría
de estiércol
Tu apariencia respetable,sin embargo.
La idiosincracia carcomida de tus ideas
bullendo en el intestino como preguntas
sin respuestas.
Te sugiero que abandones lo conocido.
Que cambies tu postura por una de corte moderno.
Una sinceridad de niño te vendría bien hoy día.
Decirle frases dulces a las estrellas
y esperar la micro en las esquinas
con el cuello desabrochado a ver si se conmueven
las ancianas.
Escribir poemas melancólicos
en los que jóvenes impúberes se desmayen,
sutiles rosas se marchiten,
tristes ciegos agonicen
y perros fieles mueran de frío en busca
del amo perdido en la nieve.
Hacer cosas que la gente comprenda,
abandonar la postura típica del mártir
crucificado en su propio lenguaje incomprensible.
Libérame, dios inútil.
Tu imagen en el espejo, tu quehacer,
tus blasfemias, la indefensión de tu cuerpo
me conmueven.
Quiero empezar contigo una posible conquista
del idioma perdido en el revés del absurdo.
HISTORIA DE ANGELES I
Entonces fue que el ángel se acerco y dijo :
tendrás sed de mi carne y vagarás hambriento.
Luego, haciendo ondular su oscura cabellera
se hundió en la incertidumbre de su concepto
Intentaba el ingenio comprender los alcances del ángel
entre fiebre y bostezo,vagas contemplaciones ;
pertinaz,sin embargo, se enfrascaba en conciertos
de incomprensible música,salvaje y presuntuosa.
Tendrás sed de mi carne y vagarás hambriento.
Y su cadera trascendió la condición humana.
El Unico, obstinado, doblegó el idioma
y lo hizo parir la flecha.
Quiso luego ejercitar su arco inconfesable.
Premunido de un cóndor se dispuso a la barbarie.
Y no logró más quietud que un deambular inédito
por las inmediaciones del hastío.
Quiso luego la forma, cogió su flecha,
la cadera del ángel se apagaba a lo lejos
hacia ella apuntó con intención diabólica
y un alarido turbó la paz inadmisible.
Tendrás sed de mi carne y vagarás hambriento
dijo el Unico al Angel
y lo ensartó en el infinito.
HISTORIA DE ÁNGELES II
Yo quiero una mujer para apagar mis ansias,
dijo el ángel, y un gesto obsceno le oscurecio el semblante.
Estoy harto de alas y miriñaques,
ahora quiero deshonrar mi estirpe entumecida.
Quiero unos pechos vastos, formidables
en extensión incierta como pensamientos humanos ;
que se hundan en ellos mis torpes manos pudibundas.
Mis antiguas plegarias han de ser besos y saliva.
Quiero una inconfesable lujuria.
Se subleva mi espíritu macilento
mi espalda sudorosa se inclina sobre un cuerpo
que parece ardorosa convulsión del infierno
Quiero un goce satánico
dos piernas que agonicen de estertor
y dos manos que perturben mi agónico sentido.
No recuerden mis cánticos.
Mis alas están yertas.
Tan sólo quiero una mujer
y su nefasta dulcedumbre.
HISTORIA DE ÁNGELES III
He pecado se dijo el ángel y una
repentina oscuridad asomó a su mirada
( antes sus ojos eran dos alondras )
dos pájaros muertos se asomaron a sus ojos.
He pecado y debo aguardar mi castigo.
Mientras tanto
cavaré una tumba
para dos pájaros muertos.
HISTORIA DE ANGELES IV
Vean, por el sendero sin retorno va un ángel ciego
Nadie llora por él, nadie lo nombra.
A veces, lentemente, gira su torso blanco,
y mira hacia nosotros con sus ojos vacíos.
HISTORIA DE ÁNGELES V
No quiero tu castigo, Señor, apiádate
No he de volver al mundo con este traje estúpido.
Pisotearé mis alas de cartón.
Escupiré la muselina barata de mi túnica.
Arrojaré al infierno mi aureola plastificada.
Y si has de llamarme nuevamente rebelde
Quiero volver a la tierra como el más oscuro de tus hijos.
ARROSTRAR EL SINSENTIDO
Y ella observó que luminoso entraba por la ventana
para inagurar con terciopelo amarillo el escote de la reina
que aguardaba el momento de alumbrar el fruto único y precioso
contribución al caos de la especie, circundante que ofrenda
pies y manos desnudos a la gran cacería de gestos.
Y así los idiomas serán humanos, al precio de la sangre.
En un gran lavatorio derramará su frente la inocencia
del poeta castrado que ahuyenta la muerte.
Será perfecto cuando hable y diga la palabra
que lo transporte al mar de una impresión permanente
en el que los peces ahogados olviden toda existencia
y prolonguen el absurdo de su canto hasta los mejores
oídos.
Tendrá razón y sentimiento en un solo canasto.
Será rebelde y obsceno como un héroe de carne.
Todo los puntos del vacío convergerán en su mano derecha
cuando taña el laúd frenético de su verso desbocado,
tormento de los salones alfombrados y lámparas de lágrimas
se desmayarán las marinas y los bibelots porque él quiere batalla.
Instrumento de carnicero fecundo esgrimirá en un arrebato
que pretenderá la eternidad como consuelo.
Así pronunciará la atmosfera de su dominio
en un lenguaje legendario y temible.
Todos los astronautas aprendices gritarán juntos que ha llegado
el milagro, la hora de reemplazar el cosmos por una botella.
Este envase preciso en que agitados los virus de la violencia
contribuyan a la génesis del verbo
será ritual cósmico y acaso ingenua bravata
(entonces habría perdido todo carácter de ofrenda)
pero extensión de cuerpos y almas, en fin , para delicia
de la mente lúcida que arrostra el sinsentido
como desierto previo a la vegetación definitiva
MOVIMIENTO
Hay que mover la vida ,hay que menearala
como la cola de una lagartija.
Hay que alzarla como un paraguas rojo.
Hay que ensartarla en el tiempo
como un puñal de oro
Y que huya la muerte con sus dientes de plástico
que corra infelíz
que sienta escalofríos.
Hay que mover la vida
con un movimiento de tren imprevisible.
Que cruce las froteras de lo mágico.
Que pague los pasajes definitivos.
Y en asiento de primera clase
observe su propia carrera por la ventanilla
presurosa de una premura insufrible,
atareada en la perspectiva de lo último.
CONOCER
Conocer
ese hilo que se corta
en el límite de lo invisible
como un cabello de ángel
o el bufido de un potro salvaje.
Todos mis intentos se detienen en la orilla
vagamente ilusos y siempre devotos.
Con un temblor de conciencia
acudo al llamamiento de lo porvenir
apenas se gesta el diálogo entre luz y sombra.
Soy perfectamente sorda
y completamente muda ;
se pronuncian sin embargo,
mis intenciones como lámparas.
Quisiera escurrir el bulto a la certeza
de una ignorancia que no cabe en el universo.
Tantos pañuelos , tantas narices húmedas
para la desolación y el velo rasgado.
Aguardarte sabiduría, como si fueras abuela
ausente desde la niñez y posiblemente muerta.
Conocer, coger el hilo
quedar prisionera de lo invisible
aprendiendo la forma diversa
la especie y el signo de lo ajeno
ese resplandor que se acerca
reptando sobre su vientre
y amenazando orígenes.
Incoherencia
catástrofe qie ignora su nombre
cegada por la veleidad de su espejo
y la fatuidad del hombre-araña.
Y ese afán por permanecer
colgando de las ideas
a cualquier precio.
Trapecista lánguido.
LA VIEJA DAMA I
Vieja dama pretenciosa
recoge tu pañuelo de narices.
El tiempo es una hormiga que labora
y enreda sus largas piernas en interrogaciones.
Gesticula la hermana de la sombra,
promete con sus gestos la fiesta de la especie.
Vienen los entendidos a caballo en escobas.
Aguardemos el día en que los empresarios
de la industria inefable resuman los empeños
de tanto loco suelto
la artillería inútil , los vuelos repentinos.
Y abordemos el silencio con un clamor oculto.
Querida dama vieja
saca brillo a tus muebles
frota sus estupendas cubiertas de caoba
obliga tu riñon cansado a la ternura
extiende un aire primaveral al laberinto
de tu entretecho.
Que le den alimento a tu animal embalsamado.
Esperemos la hora convenida.
El retumbar de los tambores providenciales.
Llegará la esperanza necesaria
llegará la inocencia necesaria.
Desnuda tu cuerpo ajado cruzado de infortunios,
tu mirada colgante,
la jarra desconchada de tu boca,
la servidumbre gris de tu peluca,
pero aún así, la sinfonía
la música grandiosa que aturde las esferas
un llanto que podría ser violines
una mano de perra pomerania
y el perfume que inunda tus brazos generosos
tu aurora que sonríe descolgada del cielo
la protuberancia doble de tu barbilla
y esa imagen de Reina incomprendida.
LA VIEJA DAMA II
Oh ! Vieja , vieja dama
el exquisito estertor de tu melancolía
(tus cuadros anacrónicos durmiendo en las paredes,
del embargo inevitable de tus objetos de arte....)
Cómo brillan tus ojos !
En el temblor diabólico de tus senos
se agita una mudez de serpiente proscrita.
Ahora quiero oirte.
Da rienda suelta a toda tu imaginería.
Que se pongan lustrosos uniformes tus muertos.
Que desfilen erguidos con sus cuellos de espuma.
Que sus piernas de nunca se disputen el paso.
Que se amarren en música sus manos carcomidas.
Que tus turbios recuerdos crezcan y se abalancen
sobre tu vientre plácido
como una lagartija
gigante
que perdure y se extienda
verde y definitiva.
Y en un rincón cualquiera del alma
mi vieja , vieja dama
posesión incompleta
mi dulce prometida....
Unas sábanas blancas esperando la noche.
Monogramas de luna brillando estremecida.
Tu cuerpo de muchacha,
lo virginal, tu cuello
como una rosa blanca
la luz azul de tus pupilas....
ARTISTA
Vacío de mí mismo (tengo anteojos de astronauta y
zapatos de buzo)
equivoco una vez más el camino
Solemne como un mármol
me instalo en los lugares públicos más visibles
dispuesto a las minuciosas miradas con que intentan
definir mis piruetas los examinadores.
Inexperto y contrito
gesticulo y ofrezco mi vil mercadería
atributos de fraile proviciano,
medallas inservibles,
y un sin número de buenas recomendaciones.
En un paso de baile
inaguro el ritmo presuntuoso
y ostento un galardón inapreciable
tras mis pasos sucumben los estetas
atónitos de fraude.
HUIDA
Las axilas del ángel huelen a promesa rota.
Se detuvo el carromato en la funeraria de la esquina
bajaron una monja congelada con una gran sonrisa abierta
sobre la calle como un temblor espléndido.
La muerte se ha enseñorado
su peluca maltrecha perfuma los rincones
paraliza el trafico
interrumpe programas culturales.
Se desploman inerte los poetas
se cortan las venas
en alaridos que silencian los ruidos de la noche.
Cuelgan desnudos los cadáveres.
Ya no fornicarán.
Ya ninguno qerrá orinar en un rincón cualquiera
Toda preparación o diploma resultaría inútil
en esta situación resuelta para siempre.
Los deudos gimen, escriben con tiza verde
sobre las paredes blancas
maldiciones que a todos aturden y a ninguno
alcanzan, ataques a dios , al demonio, a quien sea.
Bajan las cortinas los hoteles, cuelgan carteles
pidiendo conmiseración los almacenes
ya nadie negocia sin antes pedir la extremaunción.
Los sacerdotes empeñan candelabros
las ancianas manosean relicarios
y un gato gris huye sobresaltado por el callejón
que conduce a una nueva geografía.
MEMORIAS DE UN PÁJARO ASUSTADO
Yo vivía contigo
en el rincón más protegido de la sorpresa
guardábamos juntos la entonación precisa
de las horas.
Y así fue que comenzó nuestra historia de impiedades
Tu moral y la mía carecieron de la fuerza necesaria.
Yo brincaba
en la esperanza de conducirte de la mejor manera
a otro lugar, menos definido,
a un sitio perfecto
para el lumbramiento de la forma
Y ahora suena arcaico decir ¡Ay de mi !
No es vigente reclinarse desnudo contra el trébol.
Se considera al borde de lo promiscuo
un beso arrebatado a todo lo que dan las intenciones.
Por eso, ave amiga, tengo que transitar
con este aspecto de funcionario público.
Y yo que habría querido ser mago.
Apagaste mi lámpara
y me quedé colgando en tu insolencia
como un pájaro asustado
recordando sin motivo
su peor cauteverio.
GUITARRA AÉREA
Me siento alumbrada por el perfil
sinuoso de una interrogante
suspendida entre las clavijas
de la gran guitarra aérea.
Escucho los desplazamientos
de sus cuerdas, atareadas en el fugaz
ejercicio de la fiesta,
dispuesta al goce
como el caballo a la carrera.
Cojo el primor exacto de su talle
inclinado a lo efímero.
Reviso
minuciosamente su cuerpo
generoso.
Cada fibra o pecíolo
cada hoja o montura
ingresan al registro de mis dedos.
Dibujo la distancia
que define su cóncava hermosura.
Vislumbro su raigambre de azúcar y metal.
Inspecciono sus trinos
la medida armoniosa de su boca.
Atribuyo el remanso
a sus pies de algodón o de madera.
Confiero certidumbre
al brío irresoluto de sus látigos.
Golpeo los resquicios
de su clarividente anatomía.
Y ya todo dispuesto
me adormezco en el regazo de su luna.
POR TU CANTO
He pensado dedicarte estos versos
fragantemente inéditos
Estos bemoles de incertidumbre,
estos parajes donde se aparean los ríos
ríos de ningún lugar preciso, interjecciones
clavelinas para clavar en tu solapa de pobre
poeta consumido por el resfriado crónico de la cultura
esta señora retrepada en su soliloquio nefasto
He pensado ( y alguna vez tendrá castigo
el pensamiento absurdo)
convocarte a una mesa redonda de enajenados.
Allí descubrirás la conformación precisa de tus ideas
allí por que tus muñecas habrán cumplido su desafío.
Transgresor eres, incorruptible en la lentitud
de tu andar, héroe magnifico que abandonas
tu palacio de piedra
como se deja una madre muerta,
una hermana mancillada.
Queja en el relumbre de tu ojo izquierdo.
Sabiduría de sabio errante muestras
en tu mano más ciega.
He pensado también lo prohibido
Un feroz acercamiento entre tu pared y mi penumbra
para que trepe el encanto, diálogo entrecortado
de serafines.
Seremos dueños entonces.
AYUDA DE CÁMARA
Momento de quietud en que el espíritu
desciende de su olimpo confortable
y alcanza las humildes proporciones de una ayuda de cámara
Oscila en su envoltura pretenciosa
(cuelgan sus pies desnudos, deseables
como frutas maduras)
y luego se despoja de lo inútil
mostrándose desnudo , complaciente.
Su cuerpo alcanza forma semi humana
hermano e inocencia con la aurora
radiante , virginal y se aproxima
al pensamiento agudo que lo intuye.
Mas sólo es un vestigio de confianza
se enrosca, se desplaza, se perfila
distintode sí mismo, incomprensible.
Elude el buen abrazo.
Se refugia en su antigua pasión,
vuelve al olimpo.
ACROBACIAS
Hombres pequeñitos emergen de un vocabulario fastidioso
armados hasta los dientes , proclamando signos pálidos
que atemoricen al más incauto y hagan dichoso al oportuno
que se haya conseguido un cuchillo con que apuñalar al ortodoxo.
Conviene que cada uno coja su cuaderno de idolatría
para cabalgar precisos en una cacería de erratas
y aserruchar el violoncello de la maestra
que tirita de aburrimiento en un rincón del gimnasio .
Es útil que convengamos en una clave de asuntos
que resten importancia a las palabras y confieran vigencia
al mediodía (impostor en clucillas que permite la burla
y convierte en alondra a la señora de peluquería)
Es importante que acudan a nuestro campanario
los aspirantes a poetas y los trapecistas cesantes.
Haremos un certamen de acrobacias multifacéticas
que cada uno se desnude y salte a su manera
ver abalanzarse un torso dorado como una medalla
hasta rozar peligrosamente con el muro
luego esperar con calma a que se lance el más valiente
despojado de todo contacto con enciclopedias
y dispuesto a enmudecer para siempre si fuera preciso
después de bauitizar los retoños del escándalo.
HASTA ENTONCES
Hasta que de la noche descienda la curva húmeda
que rodeará la noble simetría de tu cráneo
en lazada de oscuro subterfugio y a la vez
la corona, la regia investidura, multiplique
tu gesto en señal de infinito y sobrevenga
tu existencia como un retoño al verdadero origen.
Hasta que la noche alce su copa enorme
y beba el licor de tu sangre sublevada
y escojas , entre mil, el camino perdido
y la distancia heroica.
Ceremonia de turbulenta atmósfera
Hasta que de la noche se desprenda
el lento vestigio de la aurora,
blanco paño que extiende su frescura sobre el alma.
Rotunda lámpara.
Hasta que de la noche el sueño te separe
en otro sueño. Persecusión de la vana realidad
que se escurre entre los hilos de la conciencia
con una rapidez de sombra o de relámpago .
Hasta que de la noche te descuelgues,
luminoso,
con una certidumbre ensombrecida.
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