BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

viernes, 23 de julio de 2010

634.- ANTONIO ORIHUELA


Antonio Orihuela (Moguer, 1965). Doctor en Historia por la Universidad de Sevilla. Últimas publicaciones: Comiendo Tierra, www.babab.com/ biblioteca. Piedra, corazón del mundo (Germania. Alcira, 2001). Narración de la llovizna. Baile del Sol. Tenerife. 2003. El mal: técnicas de análisis y prospección superficial. Diputación. Badajoz. 2004. Tú quién eres tú. Ed. Idea. Tenerife, 2006. y La ciudad de las croquetas congeladas. Baile del sol, Tenerife. 2006 Suyos son también la novela experimental x Antonio Orihuela. LF Ediciones. Béjar, 2005; y el ensayo La Voz Común: una poética para reocupar la vida. Tierradenadie Ediciones. Madrid. 2004. Coordina los Encuentros de Poetas “VOCES DEL EXTREMO”, de la Fundación Juan Ramón Jiménez desde 1999. Más información sobre el autor en http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Orihuela



NOTICIAS DEL INFIERNO

El señor presidente
que fumó marihuana pero no se tragó el humo.

Ven al sabor,
disfruta de la libertad sin límites de

El secretario de defensa
que confiesa gastarse un billón de dólares al año en armas
y 50.000 millones en desarrollo
esperando que este argumento traiga la paz
y la estabilidad al mundo. .

Afortunadamente, hay cosas que nunca fallan, como

El Musarraf
que era un dictador
cargaito de armas de destrucción masiva
hasta que los Estados Unidos lo necesitaron
para invadir Afganistán y se convirtió,
de la noche a la mañana,
en un demócrata de toda la vida.

La vida es móvil, móvil es

La señora ministra de la vivienda
que no va a frenar la especulación,
la construcción sin límites
los precios abusivos
y las hipotecas
pero que sabe decir keli y chachipiruli.

Profesionales que responden, te lo garantiza

El ministro de trabajo que nos llama compañeros
con los dientes sucios de bolitas de caviar.

Te lo has ganado, como

La ministra de medio ambiente
que habla de desarrollo sostenible
mientras se salta el protocolo de Kyoto a la piola
y el uso de recursos naturales supera en un 20%
la capacidad regenerativa del planeta.

Empieza a trabajar en tu futuro, mira a

El portavoz del gobierno hablando de la pluralidad informativa
cuando el 90% de las imágenes que circulan por el mundo
son suministradas por la CNN, VISNEWS y WTN.

75.000 canciones
para 75.000 estados de ánimo.
Es un consejo de

El presentador de televisión para el que no es tragedia ni noticia
la cotidiana muerte de 15.000 personas por el sida,
la tuberculosis o la malaria,
y otras 50.000 que se mueren, sencillamente, de hambre.

En Mayo, 2x1.

El que condena la violencia desde la presidencia de un banco.

El futuro elige VISA.

Los secretarios generales de los sindicatos mayoritarios
conferenciando sobre el Estatut, la tregua de ETA
y la receta del pollo al chilindrón
en el mitin del primero de mayo.

Porque el tiempo nos da la razón.

El que se crucifica con cemento y ladrillos
y pone él los clavos.

¿Tienes problemas para llegar a fin de mes?
Agrupamos todos tus préstamos en uno.

El que sale de casa con el intermintente puesto
exigiendo como propio el carril de adelantamiento.

¿Te gusta conducir?

El que vive dentro de una serie, de un telediario
o peor aún pensando que no hay vida más allá
de verse retratado y entrevistado diariamente
en el periódico de su pueblo
pagado por su propio partido.

Ha llegado la revolución
¿Te vas a quedar fuera?

El que se queja del precio de la consola Nintendo
y su móvil de última generación
y quiere que le descuenten
los tres millones de muertos que
han provocado las multinacionales en el Congo
compitiendo por la extracción de los componentes minerales
con los que se construyen nuestras chucherías.

Elígenos y no te preocupes de nada.

El que elimina el costo de las interacciones de la vida diaria,
el manipulado que objetiviza sus opiniones
y las imágenes correspondientes.

Buscamos personas como tú.

Lo que se achata, se serializa, se vuelve repetitivo y reiterativo
y es vendido cada vez como la última novedad del mercado.

Pronto todo el mundo lo tendrá.

La locomotora que valía, en 1980, 12.910 sacos de café
y que vale hoy 137.400,
siendo la locomotora y el saco de café los mismos.

¿Necesitas dinero?
Reventamos los precios.
Tú eliges.

La Organización Mundial de la Salud
que se plantea apoyar el derecho de los países pobres
al uso de genéricos
mientras los Estados Unidos lo bloquea
y amenaza con recortar sus aportaciones
a esta organización.

Donde no llegan las medicinas
llega Coca-Cola,
bébete las chispas de sus vidas

y eructa.




MAREA ALTA

Los restos del galeón hundido en la ciénaga del las vacas.

Tu foto en el parque con un gorro de lana,
con el tiempo picoteándote la cabeza y las manos
entrelazadas en el último tranvía frente al Sado.

El sol cayendo y llenando de sombras las piedras del dolmen
que estábamos excavando.

Una bolsa de malacofauna de la cueva de los Azules
en el claustro de San Bartolomé de Puelles.

La primera vez la nieve.

Los días iguales.

Todo, todo lo que se fue alejando

y tu voz, madre,
secreto hilo de este cuerpo mal cosido.

(De Narración de la llovizna. Editorial
Baile del Sol. Tenerife. 2003)




MEMORIA DEL CAMBIO

La choza que nos dibujaste aquella tarde,
con su hombre primitivo y todo,
la excavé yo treinta años más tarde.

No creo que nadie soñara entonces con corbatas
o morir joven sobre la primera moto que nos prometían
si llegábamos a bachillerato.

Estábamos pendientes del verano
y el humo del primer amor
y su sabor a tabaco.

Oíamos las proezas de los otros,
ávidos de que fueran ciertas,
y mientras llegaba nuestra hora
nos entrenábamos
con la única literatura que apreciábamos,
revistas pornográficas
con accesorios comentarios de texto
que ninguno nos tomábamos la molestia de leer.

Moría Franco
y nosotros, afortunadamente, no teníamos ni puta idea de política,
no tuvimos que correr delante de los grises
para justificar después
habernos convertido en pequeños fascistas,
porque, al fin y al cabo,
sólo de pequeño fascista se puede seguir soñando
con pagar los plazos de una segunda vivienda.

Nuestras traiciones, también afortunadamente,
no tendrían como escenario ninguna idea por la que vivir,
sino algún cuerpo en el que morir
de gusto,
o abrazados, bailando
je t’aime, moi non plus...
y ellas, que no sabían francés, ofrecían sus bocas
mientras nos mentíamos que aquello era para siempre,
para el fin de semana,
porque el lunes era una fórmula matemática,
y el martes una carrera alrededor del instituto,
y el miércoles una interminable clase de religión,
y el jueves era la monotonía de la química
que precede a las noches brillantes
donde volvíamos a amarnos
ajenos a estados de excepción,
golpes de estado en Suresnes
y al paraíso que los altavoces instalados en los Dyanes
decían que estaban forjando para nosotros.

Nuestra realidad, afortunadamente era otra,
un estado perfecto y fugitivo,
un mundo fantástico que resultó,
a medida que fue desvelando sus misterios,
irreparable.

Como la choza aquella que,
en nuestro primer año de escuela,
nos dibujaste,

la misma que treinta años después excavé
para constatar que también tu dibujo
era mentira.

(De La piel sobre la piel. Ediciones de la Mano Vegetal. Universidad de Sevilla. 2004)




CUANDO LOS DÍAS ARDÍAN

a David González, Jesús Márquez y Daniel Macías,
impecables viajeros
y a Manuel Vilas que me prestó su 850.


Mi primer coche lo compré en 1991,
un Citroën Mehari del 79,
uno de los últimos modelos que se fabricó en España,
cuando aún no había autopistas
y las carreteras eran sitios
donde se podían alcanzar velocidades de crucero de 70 Km./h.

Se lo compré a un mecánico de Sevilla,
mi padre vino conmigo a verlo,
cuatro barras y una lona vieja y raída a modo de capota
que mi madre cosía una y otra vez
porque solía rajarse
y entonces parecía el buque fantasma
desplegando sus velas en mitad de la noche,
por la carretera de Lucena,
cuando desear era tan fácil
y el verano se extendía más allá de la comisura de nuestros labios
por la hierba breve de la casa de los sueños azules de Paco Naranjo,
bajo la luz de la piscina del pulpo verde
y los hermosos cuerpos que ya no volverán.

Mi padre había venido todo el camino diciéndome
que si no había más coches en el mundo,
que había que ver la porquería que iba a comprar.

-No había, no había más coches en el mundo
que mi Mehari verde,
un coche de juguete para un mundo de adultos
que se habían cansado de jugar.

Mi padre le pidió al mecánico que le abriera el capó
y cuando vio lo que había allí dentro estuvo a punto de echarse a llorar,
latas viejas, piezas comidas por el óxido y la corrosión,
vestigios de la posibilidad de vida más allá de la muerte
envueltos en varios dedos de grasa negra y compacta
que manchaba con solo mirarla.

Le preguntó al mecánico que cuánto quería por aquel montón de chatarra.
-Trescientas mil.
-Será cargado de chorizos –le dijo.

Y el tipo aquel se puso rojo
y cerró el capó con sus gomitas entre los dedos.

Me había costado tres meses ganar ese dinero,
tres meses perdiendo los ojos de ocho a tres
en una fría habitación del Servicio Provincial de Arqueología
de la Excelentísima Diputación Provincial de Huelva,
tres meses absurdos
perdidos en dibujar fragmentos absurdos
extraídos del vientre de los siglos
en el corte y estrato de vetetúasaberdónde
según la metodología bulldozer,
clasificados en bolsas según el método Ogino,
dibujados según el plan Badajoz
e interpretados delante de una baraja de cartas de la bruja Lola
y tres velas negras, una por cada Doktor inútil
que allí seguirá haciendo como que trabaja
y otra por el calvo pelota con despacho propio
encargado de tocarse los huevos, leer el periódico
y vigilarnos.

-Trescientas mil.

Mis primeros tres sueldos,
se lo dije al Mehari, bajito, como una confesión,
un intento de reconciliación con aquellos cuatrocientos kilos de plástico ABC
y fibra de vidrio,
un intento de ganarme su confianza
para que aceptara venirse a casa, conmigo.

-Los platinos, estaría bien cambiárselos, me dijo el mecánico
antes de esfumarse.
Se los cambiaba cada año
pero siempre le costó arrancar.

Después hubo que cambiarle la batería,
los cables de arranque y las bujías,
la caja de cambios, que me enteré catorce años después
siempre había estado suelta,
la dirección, las trócolas, el bombín de la gasolina,
el depósito de combustible, el panel del velocímetro,
el interruptor de la intermitencia y hasta el cenicero
le cambié en una prospección arqueológica por Valverde
en la que me encontré un Dyane abandonado
que tenía intactos los muelles de los asientos
y un cenicero donde no había fumado nadie nunca.

Las ITV las pasaba porque le pintaba de betún las ruedas,
le rellenaba de plastilina los agujeros,
le echaba pegamento en los faros para que no se movieran,
ponía cara de cordero degollado
y me encomendaba a la Virgen de los Desamparados.

En verano, si arrancaba,
era una fiesta continuar hasta la playa,
quitarle los asientos y llevarlos hasta la orilla,
sentarse allí en un Mehari invisible
y mirar las olas
y el mundo que no parecía tan malo a la vuelta.

Pero en invierno
había que subir en él como si hubieras quedado con Admunsen en el Polo
y la lluvia entraba por todas partes
y se balanceaba en las curvas desbordando el salpicadero,
mojándolo todo,
achicando agua con las esterillas de plástico,
moviendo con la mano izquierda las escobillas perezosas del parabrisas,
empujando con la derecha las bolsas de agua de la capota,
taponando con cartones
las brechas del techo por donde el agua corría como un surtidor,
viajes hoy predecibles que fueron ayer
duchas frías a todo lo largo y ancho del suroeste de la península ibérica.

Subiendo un día a Zalamea se le rompió el bombín de la gasolina
y lo arreglé con un chicle.
Bajando otro día de Jerez fue el cable del acelerador
y se lo cambié por un cordón de mis zapatillas.

Nos montábamos cinco inútiles, cinco mochilas, dos jalones,
mil bolsas con material arqueológico, dos cámaras,
veinticinco mapas escala 1:25.000,
podía con todo el coche de plástico con su volante de plástico
y sus asientos de escai negro y su alma blanca.

Catorce años a mi lado, catorce mil averías entre mis manos,
catorce llantos por cada una de sus esquinas,
catorce años descargando maricones,
catorce años las orejas del bóxer Dor ondeando al viento en el asiento de atrás.

Catorce corazones, catorce cruces clavadas en el monte del olvido
y un poema que le escribimos David González y yo en Ayamonte,
un poema que hablaba de pasajeros que llegaban a la estación de la vida
tal vez porque por aquellos años estábamos sentados en mitad de las vías,
esperando un tren que nunca se dignó a pasar y arrollarnos.

Mi perro Dor se fue en él no hace muchos días,
en una mañana fría de invierno,
fuimos a comprar su pienso
y en la tienda nos dijeron que era el último saco,
que ese pienso ya no se volvería a fabricar,
el pienso que mi perro había comido toda su vida.

Me dijeron lo mismo del corazón de los dos,
ya no se fabrican corazones de lata ni corazones de perros como estos,
todos los corazones a partir de cierta edad se vuelven de plástico,
como los abrazos de los hombres que un día fueron tus amigos.

Yo había soplado esa tarde una tarta con cuarenta velas,
pero no sabía que había soplado tan fuerte ni tan lejos
como para que los dos me dijeran adiós al mismo tiempo
y para siempre.

(De La ciudad de las croquetas congeladas.
Editorial Baile del Sol. Tenerife. 2006)



UN POEMA

Mujeres de mi vida,
no habéis vuelto
a pisar
vuestras sombras.

Os saco brillo
y una palabra tengo para todas vosotras:

gratitud
por lo que hicisteis en mi pecho.

de Antonio Orihuela, en NARRACIÓN DE LA LLOVIZNA,
2ªed. (Baile del Sol, 2009)



UNA IDEA DE LIBERTAD

Cuando más cogido por los huevos me tienen,
busco la ventana por donde se ve más lejos
y me quedo allí
con la nariz aplastada
esperando siempre
unos pájaros
que nadie ha visto
que sé existen,
pero que no vienen.


—————————

Para Salomé Ballesteros y José Luis Capilla


Cuando este año entres en clase
tira la escuadra y el cartabón.
Diles
que nada de esto sirve para nada
si se dejan robar sus sueños.
Y sigue
guardando bien guardado
el tuyo.


———————


Donde no llegan las medicinas
llega Coca-Cola,
bébete las chispas de sus vidas
y eructa.

——————————-


WAY OUT
a Manuel Vilas

La poesía dejará de ser una cosa triste
cuando empiece a tener que ver con la vida de la gente,
cuando la gente vuelva a ser la que decida qué hacer
con sus vidas y con las palabras,
mientras tanto
todo esto que hacemos seguirá siendo
literatura.



LLENOS DE TODO

No irnos así,
hablando la lengua de los ricos,
con un décimo de lotería en los bolsillos,
saludando a los corredores de bolsa y a los curas,
acumulando chatarra,
pidiendo orden
y que se respete, en huelga, nuestro derecho al trabajo.
Despreciables, indignos,
brutos con la fecha de caducidad
inscrita en el entrecejo.
No se trata de mentirnos sino de desobedecer,
poder decir que hemos vivido para algo
más allá de para tener contentos a los patrones.




EL SUEÑO DEL CAPITAL

En los parques temáticos
lo privado parece público,
no hay pobres, ni pobreza,
ni sindicatos, ni periferia.
Todos siguen las normas
y al que se sale de la raya
lo despiertan.


PERROS MUERTOS EN LA CARRETERA

Cada vez, veo más gente
con una venda
puesta en los ojos.

Incluso he visto gente, a las que,
habiéndoseles movido un poco

se la vuelven a colocar correctamente.



*******

Cuando este año entres en clase
tira la escuadra y el cartabón.

Diles
que nada de esto sirve para nada
si se dejan robar sus sueños.

Y sigue
guardando bien guardado

el tuyo.



TOCADOS, HUNDIDOS.

Marx cría polvo
y a Walt Disney le han cambiado el frigorífico por uno
en el que quepa todo el primer mundo.

El cofre del muerto huele como una suite del Palace
y la libertad se imprime de PRISA en PRENSA ESPAÑOLA.

El compromiso tiró su anillo al agua cuando vio los cocodrilos llorando
y hoy es un tiburón inmobiliario buscando metros libres
en primera línea de playa.

La gente no quiere derechos sino influencias,
chanchullo y trapisonda antes que mérito.
Autoritarismo, paternalismo, regalismo, clientelismo y,
si es posible, antes que libertad,
vivir muerta de miedo.
La gente se mata por negocio, por estorbo o porque sí
y lo que no está prohibido es privilegio de unos pocos.

El neoliberalismo se extiende, entre aplausos, con la lógica del cáncer
y el planeta está a punto de arder.

La energía es azul, el desarrollo sostenible, la gasolina verde
y la tecnología la hija que se sienta a la diestra del becerro de oro.

África, Sudamérica, Asía... ¡Tiren de la cadena, por favor!
y no olvide rociar el retrete con perfume L’EAU de VERDADES OFICIALES.

Qué queda, qué queda...
MUROS, cada vez más
MUROS.

Cada vez más canas
y menos razones.


CONTRASEÑA

para la contraseña que abre puertas y ventanas
tener prevista la palabra dolor
dolor que las especies reconocen cuando duermen
que se adhiere a la piel y se transforma como tú
línea adyacente de pueblo colindante
artículo primero temerse como hermanos
abrazarse para que nadie pueda apuñalar por la espalda
gemir para que escuche todo el mundo
el transparente hilo de la sangre
todos estamos inventados por la nuca para la pistola
hechos en serie fragilidad para satisfacer a la cuchilla
la cabeza sobre los hombros sobre los hombros la línea
y tras la línea la contraseña
dolor
salir entonces por la puerta
o por la ventana.

No hay comentarios: