Pilar Blanco Díaz nace en Bembibre (León) y reside en Alicante desde 1985. Es profesora de Lengua y Literatura Españolas en Benidorm. Ha recibido distintos premios de poesía entre los que se encuentran el “Victoriano Crémer”, de León, en 1978; “Barro”, de Sevilla, en 1982; “Francisco de Quevedo” del Ayuntamiento de Madrid, en 1996; el accésit del I Premio de Poesía “Ciudad de Salamanca”, en 1998; el primer accésit del IX Premio “Jaime Gil de Biedma” de Segovia, en 1999; el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández en 2003 y el accésit del Ciudad de Las Palmas también en 2003. En junio de 2004 gana el VIII Premio Alegría de poesía que concede el Ayuntamiento de Santander con su poemario "La luz herida".
Ha publicado, hasta la fecha, los siguientes libros de poesía:
Voz Primera. Poemas de amor y agua. Barro. (Colección VASIJA de poesía) 1982.
Mundos disueltos. Algaida, Sevilla, 1998.
Vocabulario Íntimo. Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, Alicante, 1998.
A flor de agua. Visor, Madrid, 2004.
Mar de silencio. Ediciones Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, 2004.
La luz herida. Algaida, Sevilla, 2004.
MUNDOS DISUELTOS
I
Si me creí elegida por alguien
-no sé quién-,
si me creí distinta
a la que cada día empuñaba la vida y la vivía a sorbos
o bocanadas grandes de ansiedad,
si una vez fui otra cosa
que esta sonrisa esquiva que aguza la intención
y emplea las palabras como flechas
y sufre
la herida en su interior sin alterar el gesto.
Si acaso he sido joven, sentí fe, tuve miedo
de luchar
y luché con todas mis preguntas,
es tarde para todo. Lo que pasó
-cenizas
de un futuro irreal que nadie ha conocido-
no volverá a pasar (siempre es agua distinta
la que renueva el mar y da forma a las nubes),
lo que no sucedió se ha quedado en el limbo
donde se pudren las oportunidades
que el azar descuidó,
y a esto llamamos vida
y este afán nos extingue.
II
Ahora que aquí, sentada,
en un atardecer que apaga los racimos
del día, y sus promesas muertas,
presiento que la vida no guarda para mí aquellos fugitivos
y amargos, por qué no, destellos de pasión.
Ahora que
desnuda,
con los ojos desnudos también, y el pensamiento
certero
me adelanto a mirar lo que el mañana esconde
detrás de su disfraz,
de tanto oropel vano, mentiroso,
tiznado de promesas y de amor...
Ahora, sí,
cuando ya boca arriba
se han mostrado las cartas, las marcadas
etapas por jugar que me entregó el destino,
mis pies no me responden
-torpes radiografías de voluntad-,
no hay paso
hacia adelante que consiguiera
consumar, no hay retroceso limpio,
todo comprometido,
toda vida vivida, agotada,
sorbido el dulce zumo que en copa de renuncia
y olvidos
manó del interior de dos mundos disueltos.
A FLOR DE AGUA
Si supieras lo que a veces
me cuesta respirar —garganta a la deriva
remontando el abismo líquido de las aguas—,
si supieras
del ansia de no hundirse,
la lucha permanente del cuerpo braceando
por mantener el ritmo de la respiración,
por desoír la dulce llamada de lo oscuro
—sirenas escondidas acechando mi sangre,
conduciendo hasta el fondo la lava de mis venas,
queriendo convertirla en maraña
de líquenes y erizos—.
Si supieras...
El peso del cuerpo oprime los pulmones,
el roce de la vida araña hasta la encía,
el goteo del alma desangra todo empuje,
todo sueño gastado,
toda alba de futuro presentida;
y aún más...
ay, si supieras
que vivo a flor de agua y no sé cómo,
y ya no sé nadar
ni mantenerme.
Sé que el cielo no existe
y que la luz dorada que las tardes regalan
no es más que una ilusión que los sentidos crean.
Ya sé que el corazón es una triste viscera
en la que no arde amor ni caben sentimientos
(sólo bombear de sangre).
Todo lo sé. Y sé que todo es máscara,
poco más que antifaz del héroe que no somos
y que quisimos ser: achaques de una infancia no del todo vencida.
Pero creer y saber no suelen conjugarse
con igual densidad. Son conceptos distintos,
y no vale engañarse
y no vale mentirse
y no vale escribirlo. Ser poeta es mentira.
MAR DE SILENCIO
≈ PORQUE TODO HA DE PASAR ≈
Cuando la vida cesa
en su palpitación y los días se alargan como hebras larguísimas,
como abrigados sueños.
Cuando nada interrumpe la paz de los océanos,
su remoto rugir amordazado, en calma,
parece el sol girar y darle cuerda al mundo
que conocemos, ser él el movimiento.
Y nada pasa.
≈ EL MIEDO ≈
Vivimos un ensueño de seres derrotados, de fantasmas fugaces
que buscan un aliento, un alma que no habitan
sus cuerpos aturdidos.
Como niños que escapan de su colegio un día
y acaba la aventura
y están solos y la noche los cerca.
(de Vigía de tu paso, inédito)
≈ BIOLOGÍA HUMANA ≈
Apenas el trazado de un dedo sobre el agua,
el levísimo rastro de un aroma, un sonido,
la imperceptible huella de un insecto
que pasa y ya no es vida
y a nadie dio dolor.
Ése es tal vez tu paso
por esta geografía de tierra blanca y mar,
de cielo abierto y mar sobre la vista alzados.
≈ CAMINOS DE AGUA ≈
"Navegar es necesario, vivir no lo es"
Plutarco
Travesía sin sándalo, travesía
sin sirenas ni costa prometida ni sueños,
sin la literatura mística del viaje,
navegar, navegar sin haberlo elegido,
sin dirigir derrota,
a puro pecho henchido, a puro viento.
Navegar porque sí, porque fuera preciso,
por olvidar la vida.
(de Ceniza, inédito)
≈ LA LLAMA VIVA ≈
Corté una flor de luz, imaginé su tallo
alzarse transparente v atravesar el aire.
Soporté el dolor frío de su llama en los dedos
y no solté su espina.
Aferrada camino
a la necesidad de amar su quemadura.
(Inédito)
VOCABULARIO ÍNTIMO
Probablemente
no me muero por ti (bien sé que es una hipérbole),
pero no hay duda
de que el día compone un gesto diferente
cuando tú pasas cerca.
VOZ PRIMERA
Le pediré a la araña enamorada
que teja mil noches a esta noche-instante
para hacer una noche
inacabable.
LA LUZ HERIDA
Vivía en la quietud de los pájaros muertos,
sobre la pesadumbre del ser.
Vivía alzada
sobre las olas mansas de este mar sin reflujo,
de este bosque de témpanos donde la luz se irisa.
Hoy que la sangre vuelve a saltos de turbión
y la sombra enconada no planea
con las alas abiertas sobre la luz herida,
doy un paso, un avance,
doy el caminar todo.
Doy el tiempo a raudales para volverme tiempo.
LA OTRA MIRADA
"¿ Quién llega más allá en este combate
de cenizas y músicas?
¿ Quién baja a lo más hondo y llega
a lo más alto?"
ANTONIO COLINAS
Sentado entre palabras que entretejen su música sin fondo,
que te dan alas y entablillan tu cuerpo al instante postrado
en que el solo sonido se alza y cobra altura hasta perderse.
Tan alma como argolla, tan aire como escrúpulo de dedos sometidos,
sientes que nunca llegas, arpista ciego, vidente de otra esfera inaprensible,
a aferrar la existencia de los otros, la luz de sus colores,
la precisión del verso
y, doblemente ciego, a su andar te encadenas.
LA FIEBRE
LA mujer que se esconde
Detrás de estas palabras como fruto
Del almendro o la promesa tierna que eriza los castaños
No tiene ya otra voz
Que este oficio insensato de decirse.
La mujer que guardaba
Tras velo y celosía
Todo el sol del verano y granaba las mieses
De su jardín secreto
Sin ofrecer el pan, sin calmar los afanes
De los que peregrinan en busca de otra sed
Y agua para abrevarla y palabras de arena.
Esa vibra e irrumpe
Sin más garganta y aire que este oficio
Que bautiza la niebla y le da forma
Y nombra lo que es.
EL VIAJERO
NO alterar la hermosura,
.
Vivirla.
Pasar luego de largo y que allí quede.
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