María Antonieta Flores. Nació en Caracas, Venezuela en 1960. Es poeta, ensayista, crítico literaria y profesora universitaria. Es Magister en Literatura Latinoamericana.
Editora y directora de la revista literaria digital elcautivo:
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La crítica ha destacado el erotismo que se manifiesta en su poesía, también ha subrayado su vinculación con lo femenino, el amor, el desencanto. Junto a esto hay un trabajo formal riguroso con el lenguaje. Según Gina Saraceni (En-obra. Antología de la poesía venezolana. 1983-2008, Caracas: Edit. Equinoccio, 2008), la autora "explora la temática amorosa y erótica a través de una voz del "apenas", de la hipótesis siempre diferida, de la multiplicidad de máscaras y figuras que revelan la "escasez interminable" y el "muy lejos" del cuerpo mujer-lenguaje." Críticos de relevancia se han detenido en su poesía. Juan Liscano (1995, diciembre 14 El Universal, Caracas),señala que "María Antonieta Flores reúne en un haz de excelencia valores trascendentes de feminidad, cultura, conocimiento, originalidad y estilo." para luego señalar que "María Antonieta Flores adviene a la poesía sin sexo y a la poesía con sexo, afirmando en su fabulario escrito con maestría, con un dominio pleno del hecho escritural, la esencia de la feminidad entre las luces del día y de la noche, regida por las fases de la luna, seguida por la tríada ¿serán los jinetes, Demeter, Proserpina, Hécate?, iluminada la dualidad presa y cazador, por el tercer término conciliador, la toma de conciencia de sí mismo más allá del hedonismo ególatra, del feminismo político, de la estúpida voluntad igualadora materialista y desecada, cemento armado." Frente a esta visión que elabora Liscano en relación a los poemarios "El señor de la muralla" y "Canto de cacería", Salvador Garmendia destaca que en su escritura, refiriéndose a Los trabajos interminables: "el poema recupera la altivez del dolor y reinicia el diálogo con la amada e inescrutable sombra" (Papel Literario de El Nacional, 1999,noviembre 07)Y para Rafael Arráiz Lucca este libro logra "darle carne a los trabajos interminables de construcción del alma, de la psique" (El coro de las voces solitarias. Caracas, Sentido, 2002) Si bien algunos críticos señalan la máscara como una característica de su poesía, este aspecto se manifiesta en sentido estricto sólo en El señor de la muralla y en Agar. El resto de su poesía, que tiene como sustento imágenes del ámbito simbólico y mítico, expresa la voz de un yo cotidiano que asume lo femenino como identidad y el deseo por el hombre como una constante. Igualmente desde su primer libro se manifiesta una vertiente diluida pero no por ello menos importante, la preocupación por lo humano víctima de la pobreza, el agravio, el poder. Al respecto, Miguel Gomes en su artículo "Mujer, ciudad y modernidad fracasada en la poesía de María Antonieta Flores" (Hofstra Hipanic Rewiew, 2007) destaca en su poesia las "estrategias de resistencia a la cultura del optimismo acrítico anterior" A esta visión de Gomes, se puede sumar la de Pantin y Torres en El hilo de la voz (Caracas, 2003) que señalan que El señor de la muralla "se presenta así como una crónica detallada de hechos de guerra, saqueo, abuso y seducción en la cultura patriarcal representada por el guerrero" sin desconocer más adelante que la autora "muestra un acusado erotismo poco frecuente en la poesía venezolana de mujeres.
Premios
Primera Mención del Concurso de Poesía 1985 de la Asociación de Escritores de Venezuela (AEV).
Premio de Poesía de la I Bienal de Literatura Municipal «Augusto Padrón» (1994)
Premio Municipal de Literatura «Rafael Angel Insausti» mención Ensayo 1996 (Barinas)
Premio en Ensayo Literario en la IV Bienal de Literatura Mariano Picón Salas 1997.
Mención Premio Municipal de Literatura 1999
Premio de la Fundación para la Cultura Urbana 2001.
Publicaciones
El señor de la muralla (Caracas, 1991)
Canto de Cacería (Maracay, 1995).
Presente que no en ausencias (Caracas, 1995)
Agar (Valencia, 1996)
Criba de abril (1998)
Los trabajos interminables (1998)
La desalojada luz de la tarde (1999)
Indigo (2001)
Limaduras (2005)
La voz de mis hermanas (2005)
Regresaba a las injurias (2009)
Sophia y mythos de la pasión amorosa (Ensayo) (1997).
canción de amor
usted está en una ciudad fría
y su gente tiene años muriendo
de guerra
aquí han empezado a morir y a pelear
la sombra de los árboles dibuja los pasos
aquellos que sólo quieren llegar a un refugio
pienso en la violencia que lo rodea
mientras la sangre anda por mis calles
con una palabra o con una mirada
la barbarie nos aproxima
el tiempo nos aparta
De limaduras, 2005
Entierro colectivo en El Cartucho,
tras atentados atribuidos a las FARC en 2002.
Fotografía del diario La República.
el cartucho
esto que ocurre no es amor ni es ofrenda
pero llega
ellos se van alejando
piden silencio y una vela encendida
en la calle son doce los ataúdes
sólo este trazo de mirada y pobreza
—esta maldad que se ensaña
ellos esperan que se vaya la noche
y no llevan flores
bajo amenazas rojas
leo el poema
su tristeza que cierra todas las puertas
De limaduras, 2005
conmoción interior
dulce y bello amigo
sepa que aquí he gozado de una tarde inquieta
como las muchas que me aguardan
de ahora en adelante
y amarguras no se han alejado
de este olor a guerra que cruza la ciudad que habito
bebo vino blanco
y doy pasos sin sentido
en el pequeño espacio que ya no me pertenece
los caídos no llevan banderas
un golpe una bala una pedrada
si algo quisiera desterrar de mi mirada
son las banderas
que ondean sus mentiras
y llenan de dolor
las palabras que antes sólo hurgaban los deseos
las inocentes palabras que podían construir
de lo imposible
el amor
con saliva y arena
y no llega el olvido
que prometen las canciones de taberna
vivas y muertes son gritos que aborrezco
y los deformes rostros del odio
temo por usted
¿lo sabe lo puede disculpar?
que no se me pierda en ese país que no es el suyo
ni lo alcance la violencia ni la muerte
que aquí yo aguardo el día cierto
cuando la sangre corra por la puerta
ya una plaza ha sido quebrantada en dos
allí donde mi ciudad comenzó a serlo
pero no espero que tema por mis futuras desdichas
ni por el hambre que certera aguarda
que mis manos no manchen de rojo los papeles
temblores no me encuentren
dulce y bello amigo
causa mía
¿bajo cuál aroma será un paso más del tiempo?
si sólo fuera cierta
y el seguro calor de una mujer
recogería ramitas carmesí del prado de los sueños
pero aquí sólo gritan las rutas de los buses
ofrecen mercancías
y ráfagas de muerte
me custodian dos burdeles
de largos pasillos
y el cansancio
entre mis manos las cuerdas del poema
estremecida yo
en el escarnecido cauce del silencio
De limaduras, 2005
limaduras
sigues dividida en países quebrantados
errando entre ciudades
que heridas son por la violencia
y todo porque yerros de amor se te han impuesto
rotos dedos han escarbados tus secretos
y afuera has dejado tu indigencia
tormentos en los días y en las noches
errado e intranquilo hado
te vienen las palabras
tus palmas brillan
limaduras
oficio de un herrero
alcándora de humo
caen hojas de los olmos
los espíritus compasivos te acompañan
el sueño sólo trae el canto del avetarda
inexistente y largo
su cuerpo, llamado del oro
te increpan las aves nocturnas
trazan los caminos
su cuerpo es un llamado
acude presta, entonces
De limaduras, 2005
Tienda Honda
no cabe en tu cabeza este dolor
tu lado izquierdo se va quedando sin fuerzas
te asaltan raros presentimientos
antes de que caiga una lluvia blanca
que borre hasta tus pasos
no recuerdas lo que hiciste ayer
tu cerebro tiene un daño, leve, irrevocable
tu memoria está llena de piedras
se hunde en el lecho del río
allí se desprenderá con la corriente
quedarán rastros
en este instante
la calle se pierde
bajo las luces
siempre precario el alumbrado
y apenas cerca de tu desasosiego
la mujer levanta la manta
te invita a entrar en su tienda
te ofrece té
no te pregunta nada
quizás puedas descansar
De índigo, 2001
morada antigua
yo vengo de una estirpe de mujeres solas
eficaces
inembargables
derrotadas antes de nacer
por la muerte
siempre guardadas
como semillas que arrastra el viento
entregadas al sacrificio de la vida
sin un futuro ni un presente
sin vástagos que las resguarden
aprendidas en soledad
ellas mismas amamantándose
haciendo de cada día una victoria estéril
mujeres que hablan desde muy lejos
ahogadas en su torpeza y en la bruma del deseo
mujeres solas que arruinaron sus manos
en el oficio duro que le entregaron las prendas blancas
y perdieron sus días entre toses y dolores de pecho
conociendo todo de la pobreza
administrando los silencios y el alimento diario
entrando en las jornadas
con un dolor irremediable
estirpe sin grandes ambiciones
dulces mujeres que amaron sin respuesta
y fueron una tras otra
mano con mano
fundando la cadena del desamparo
De la voz de mis hermanas y otros poemas, 2005
el esqueleto de las hojas
sólo sabe de un viento indetenible
que las habita y las quiebra
el golpe de sus cuerpos cuando caen es silencioso
apenas crujen entre ellas
apenas dan cuenta del tiempo
y en las noches forman piras
Aquí también las hojas enrojecen
De Presente que no en ausencias, 1995
y te despego del álbum de tus barajitas
y te encolo con mi saliva
para que permanezcas
apaciguado bajo mi piel
en mis rescoldos
y te desmonto del yeso y la madera
hecho lienzo de perfumes
y te arranco del libro de los poemas
(hoja adorada que los hongos devoran
por falta de sol y mieles)
y te devuelvo:
así estés siempre tan lejos
poseído
en los aceites de mi piel
en las secreciones
en los instantes que huyen
hacia tus cabellos
en los sudores que recorren
mi espalda
en los profundos olores de la carne
De Agar, 1996
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