Rafa Dedi, nombre artístico de Rafael de Dios García. Riaguas de San Bartolomé (Segovia), 1957. Poeta y actor.
Riaguas, su pueblo natal; Segovia, donde estudió, su ciudad preferida (Segovia, mis raíces); Leganés, donde pasó parte de su vida (Revista Taller Literario; libro Como ángeles sin alas, junto a su gran amigo Pedro Cordero Alvarado, ete.) Menorca (Mar azul, mar negra) y Ayllón, donde reside, su pueblo preferido, son los lugares en los que escribió la mayor parte de su obra. Sus paisajes y gentes le sirvieron como fuente de inspiración.
Ha sido corresponsal y colaborador habitual de El Adelantado de Segovia, sus poemas figuran en numerosas revistas literarias y su biografía literaria aparece en obras antológicas tanto españolas como extranjeras.
-POESÍA
Poe (1980).
Nací para ser libre (1981).
Segovia, mis raíces (1983).
La promesa (1987).
Hombres de polvo (1992).
Si no fuera por ti (1994).
Poemas de abatimiento (1995).
De los sotos al páramo (1996).
Poemas a las cosas (1996). [Algunos poemas aparecen en los libros de lecturas Calidoscopio, 4º de Primaria y Perinola, 5º de Primaria.]
Mar azul, mar negra (1998).
Rafa Dedi, poemas (2000).
El campo
Aquí arriba no tengo
Nada más que a la espiga;
Ancianos, que laboran
Los campos del recuerdo;
La casa donde sólo
Mi soledad habita;
El aire, sano, puro,
Y el plácido silencio.
Aquí arriba es abajo,
Según decís vosotros,
Pero yo no comparto
Los platicares vuestros.
Placeres y riquezas
Conozco a lo que obligan.
Aquí arriba es arriba
Por lo bien que me siento.
Respiro sus perfumes,
Escucho sus sonidos,
Camino hasta sus cumbres,
Retorno cuando llego;
Y espero que concluya
Mi vida en estos pagos,
Al lado del arado
Mis surcos escribiendo.
Mar azul, mar negra
La mar que besa los cuerpos
En las calientes arenas,
La mar de los pescadores
Y la mar de los poetas.
La mar esclava entre rocas,
La mar libre de la playa,
La mar que acuna los barcos
Y la mar que los batalla.
La mar de las aguas claras
Y la de costas y puertos
En donde vierten los hombres
Su codicia y sus desechos.
La mar tranquila, calmada,
Y la mar brava y cruenta.
Las dos mares de la mar:
La mar azul y la negra.
Efímera
Pasaba y, por tenerla, no hice caso.
Dejé, sin darme cuenta, que pasase.
Después, apresurado, llegué tarde,
Hallándola en el borde de su ocaso.
Hermosa de vivir, ¿por qué te has ido,
Si no te aproveché ni me avisaste?
Calló, siguió pasando y, al mirarme,
Me vi, flor del ayer, envejecido.
No hay cárcel
No hay cárcel peor que ésa
De vuestro peso y altura,
Ni peores cadenas
Que las que vuestras manos os proporcionan.
Volar,
Atravesar montañas,
Navegar los mares...
Eso se puede hacer desde la cárcel.
¡Soñad! ¡Imaginad!
Aunque os muráis de hambre,
Encarcelados en vuestra figura.
(De Rafa Dedi, Poemas, Biblioteca General
Corona del Sur, Málaga, 2000).
De roca y arena
Apariencia de gélida roca,
en las yemas te vas deshaciendo
de mis dedos. Te abrazo, te tiendo
y me bebo la miel de tu boca.
A mi piel, que, desnuda, te toca
y te abrasa cual cántaro hirviendo,
tú respondes amando y gimiendo
de manera fantástica y loca.
Moriría, cariño, de pena,
en tu cuerpo feliz navegante,
si algún día me fueras ajena.
Que preciso gozar, tierno amante,
de tu cuerpo de roca y arena
como el agua del mar incesante.
La promesa
Una promesa no se hace
con palabras
hermosas, imposibles,
que son nubes... vacías.
Una promesa existe
mientras podamos
mirarnos cara a cara
y echar una sonrisa.
Si no fuera por ti
Si no fuera por tu vaso de besos,
si no fuera por tus pechos de pan,
yo no resistiría
tragar y tragar y tragar.
Si no fuera por el cielo de tus ojos
o por la luna negra de tu pelo...
Si no fuera por la ropa de tu risa...
Si no fuera por el aire
que nace en tus movimientos...
¡yo no resistiría!
Si no fuera por el fuego de la cama
y por la calma de después de hacerlo,
¿para qué seguir tragando
más veneno?
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