BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

martes, 14 de septiembre de 2010

1280.- ALEXANDRE GILLET


Alexandre Gillet nació en 1970 en Ginebra, Suiza. Es poeta y geógrafo. Sus estudios lo llevaron desde Lisboa hasta Berlín. Actualmente trabaja como profesor asistente en el departamento de geografía de la Universidad de Ginebra. Paralelamente cursa un Ph.D. sobre Geografía Humanística y Geopoética. Es miembro fundador del Centro Suizo para la Geopoética en Ginebra (2004). Ha publicado un libro, Extra-vagans (2002, bajo el seudónimo de Alexandre Chollier), y unos pocos artículos: "Marchar con Bashô: pasajes y paisajes" (2005), "Pegadas en Lisboa" (2004, seudónimo A. Chollier), "Sobre el cuello: pasajes" (aun por publicar), "marcha…" (2004), "Por un saber situado" (2004), "La montaña en la obra de Kenneth White" (aun por publicar), "Notas sobre los viajes y el turismo" (2002), "37 Saltos y sigue todavía" (2002).





Poemas de Alexandre Gillet



Ángeles


I
Los ángeles están
más allá de las palabras
Sin embargo ellos nos dan
palabras que no podemos
sino compartir
y dar a
otros
Estas no son palabras
para ser retenidas
o peor aun
devueltas
Su derrotero es
el extraño que viene
el anciano
la mujer joven
el pequeñito
(una vez designado)
Las palabras ganan
al ser entregadas
Las palabras ganan
al ser recibidas
Nunca permanezcas
con las palabras
en tu interior
Ellas no son tuyas

II

Por tu causa
tales palabras irrumpieron en mi mundo
y al ser
ambas iluminaron
con pura luz
Sobre el papel
aun en otra parte
ellas no fueron
mías nunca más
ellas recorrían
su camino y de algún modo
alguien las aprendería
(las encontraría)
Su curso
no está
dado
no puede
ser detenido

III

Un poeta a la vez
nunca más
traficante de palabras
siempre rico
siempre pobre
de todos modos contigo
de todos modos solo
Figurando
geografías por venir
retornando a recuerdos
antiguos mundos
siempre realidades
Vida ilimitada
Excepto por el amor

IV

Ángel mío
Tú y yo
sumamos más
que uno y uno
sumamos
tú y tú
dos tú
Ángel mío






Escorias

no es necesario detenerse en la imaginería
no es necesario introducirse en recinto de fieras
ni entenderse bien







Pies

Vamos por la buena senda y la más corta, lo reconozco por el ruido que hacen nuestros pies.
WILLIAM BLAKE
También hay las fiestas. Repletas y ricas, de seducción, de personajes, de yuntas rudas y poderosas. Donde todo corre, con todo. Donde los sombríos pensamientos no tienen razón de ser, porque el ser todo entero bordea desierto y
abismo. Donde las mujeres no están nunca desnudas a nuestros ojos, sino vestidas de tejidos coloridos como el iris.
También hay las órbitas. Planetas en desbandada, para los cuales no puedes elegir más bello mecanismo que la misma órbita. Gaseosos y ligeros o sólidos como la roca, poco importa. Lo que te anima es la oscilación, cuando intentas posar tu mirada sobre ellos. Y la vuelta es grande. Atajo de nuestros
corazones. Y la vuelta es grande.
También hay los rostros que hablan.
Entre el espacio, todo habla de reencuentros. Intenta hacer la misma
cosa con el tiempo! La historia es toda entera de citas fallidas
con el pasado, con un posible porvenir.
El espacio es de reencuentros. Es él el que sostiene las avanzadas de nuestros
pasos. Escuchemos estos últimos, en lugar de volvernos hacia nuestros pares instruidos.
Escuchemos nuestros pasos y dejémonos seducir.
Quiero dibujar el territorio de nuestros reencuentros
escamotear un poco del poder de los dioses paganos
hacer hablar las piedras, las olas del mar, la tierra morena de una planicie
verde, la madera nudosa
Callarme
El infinito de los espacios está allá
aquí
sorprendido de develarse tan
súbitamente
tan sorprendido por
su cuasi valentía, bravuconería para enunciarlo mejor.









Domingo soleado según el equinoccio

Una jornada como aquella que regaba los campos de mi infancia, con un cielo azul, no demasiado grande, bastante justo para contener todo, y más.
El otoño cae como una hoja, sobre mi mano con la palma vuelta.
Lágrimas perlan en las comisuras de mi cuerpo. Mi visión se empaña,
todas las cosas y todos los seres, diáfanos, un poco distantes detrás del telón
húmedo y soluble.
Me placería partir al Oriente de las cosas
al Este de toda posición
Me viene una idea: voltear a la geografía sobre ella misma
Penetrarla con las cuatro patas arriba
Invertir los polos
poner cuatro sobre el mapa
Sembrar la confusión


Traducción de Rafael Patiño





No hay comentarios: