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martes, 18 de diciembre de 2012

NIKOS KAVVADIAS [8988]


Nikos Kavvadias 1934

Nikos Kavvadias | Ποιήματα    
[Grecia, 1933-1975]
Nikos Kavvadias es un personaje muy interesante dentro de la literatura neohelénica, tanto por su biografía como por la repercusión de su escasa obra poética. Y ello porque su vida fue una aventura constante, casi una novela, y su poesía caló en los corazones de los griegos desde el principio, y sobre todo a partir de ser musicada, ya a finales de los 70, con lo que sus versos pasaron a formar parte de la memoria musical de Grecia.

Nació en 1910 en Manchuria, relativamente cerca del fin del continente asiático, donde su padre, como buen griego comerciante, tenía negocios de importación y exportación. Con el estallido de la primera guerra mundial y ante los claros indicios de inestabilidad en la zona, el señor Kavvadias decidió llevar a la familia de vuelta a la patria, a la isla de Cefalonia, por su seguridad, aunque él volvió para vigilar su negocio.

El regreso a Grecia se realizó en el mítico transiberiano, en el que sería primer gran viaje para el pequeño Nikos. A los siete años retornó su padre arruinado moral, física y monetariamente. Moriría un tiempo después, por lo que Nikos comenzó a trabajar como marino profesional (telegrafista), su oficio ya hasta la muerte.

No obstante, las inquietudes culturales y literarias de Kavvadias le acompañaron desde la niñez, y ya en la adolescencia empezó a colaborar con publicaciones juveniles. Estos dos amores suyos, el mar y las letras, hacen de su persona y su obra un sorprendente conjunto, pues lo que en apariencia resulta un oficio trivial encubre a alguien con un enorme conocimiento de arte, literatura, historia, etc. De hecho, se suele decir de él que no es un marino que escribe versos, sino un poeta que se ha dedicado al mar.

Su obra poética, con todo, es poco abundante: se limita a tres colecciones que corresponden a tres momentos diferentes de su vida. La primera es Marabú (1933), que nos muestra a un poeta joven, influido por otros autores, como Baudelaire. Hasta 1947 no saldrá Niebla, obra más intimista, de lenguaje sucinto y significado oscuro. Por último, De través se publicó muy poco antes de su muerte, en 1975, y es ya la obra del hombre de mar en el otoño de su vida, de la que hace un balance cuando menos amargo y nostálgico. Entre otras muchas colaboraciones, relatos, etc., hay que destacar La guardia, especie de novela de enorme complejidad, que trata muchos de los temas que aparecen de manera sinóptica en sus poemarios.

Y es que, frente a lo que pudiera pensarse, Kavvadias no canta el azul del Egeo, ni la belleza de los paisajes. Muy al contrario, por sus versos desfila la soledad y el desarraigo del marino a miles de kilómetros de su tierra y su gente; los entornos portuarios con las más viles criaturas de la noche: prostitutas, contrabandistas, borrachos…; la sífilis, presente en todos los destinos; personajes atormentados por abominables historias, crímenes o vicios; la pureza del fondo marino frente a la inmundicia de la tierra firme.

Todo ello, en eterna paradoja con el deseo eterno de partir, con la sensación de estar atrapado en un oficio que al mismo tiempo es una pasión e inunda cada verso con su lenguaje propio, algo que constituye una dificultad añadida para su lectura y traducción: términos náuticos, miles de toponímicos y expresiones marineras constelan su obra, junto a numerosas referencias a personajes históricos o literarios, o bien a obras de arte.

Estos temas, junto a su clara defensa de la libertad en unos tiempos en que la guerra arreciaba en España, para más tarde asolar Grecia en los duros años de la ocupación alemana y su posterior guerra civil, hicieron de sus poemas cantos a la rebeldía y al libre pensamiento de los pueblos. Especial interés para nosotros revisten sus poemas dedicados a Lorca y Guevara respectivamente.

Adjuntamos una versión en español de tres poemas, pertenecientes a Marabú, Niebla y De través.


Raquel Pérez Mena   (Traducción, selección e introducción)




A BORD DE L’ “ASPASIA”

Viajabas perseguida por tu destino
hacia la muy blanca pero luctuosa Suiza;
siempre en cubierta, pálida y postrada en una chaise-longue
por la tristísima y conocida causa.

En todo momento te rodeaban los tuyos llenos de inquietud,
pero tú mirabas indiferente la lejanía.
Con amarga risa contestabas a cuanto te decían, porque sentías
que ibas ya camino al país de la muerte.

Una noche, cuando pasábamos por Stromboli, 
le dijiste a alguien entre risas, con aire de broma:
“¡Cómo se parece mi cuerpo enfermo, en su fiebre,
a la ardiente cumbre del volcán!”

Luego te vi en Marsella, cuando te perdiste
entre el jaleo, sin volverte atrás.
Y yo, que sólo he amado la líquida extensión,
creo que a ti sí podría haberte amado.
                                                                      
(de Marabú)





A BORD DE L’ “ASPASIA”

Ταξίδευες κυνηγημένη από τη μοίρα σου
για την κατάλευκη μα πένθιμη Ελβετία,
πάντα στο deck, σε μια σαιζ-λογκ πεσμένη, κάτωχρη
απ’ την γνωστή και θλιβερότατην αιτία.

Πάντοτε ανήσυχα οι δικοί σου σε τριγύριζαν,
μα εσύ κοιτάζοντας τα μάκρη αδιαφορούσες.
Σ’ ό,τι σου λέγαν πρικογέλαγες γιατί ένιωθες
πως για τη χώρα του θανάτου οδοιπορούσες.

Κάποια βραδιά, που από το Στρόμπολι περνούσαμε,
είπες σε κάποιον γελαστή, σε τόνο αστείου:
“Πώς μοιάζει τ’ άρρωστο κορμί μου, καθώς καίγεται,
με την κορφή τη φλεγομένη του ηφαιστείου!”

Ύστερα σ’ είδα στη Μαρσίλια σαν εχάθηκες
μέσα στο θόρυβο χωρίς να στρέψεις πίσω.
Κι εγώ, που μόνο την υγρήν έκταση αγάπησα,
λέω πως εσένα θα μπορούσα να αγαπήσω

(Μαραμπού, 1933 )








SALÓNICA

Era aquella noche en que soplaba el Vardar,
la proa ganaba al oleaje braza tras braza.
Te envió el primero de a bordo a sondar el agua,
pero tú te acuerdas de Smaró y de Calamariá.

Has olvidado aquella melodía que entonaban los chilenos
—san Nicolás, protégenos, y santa Marina— 
Una muchacha ciega te guía, hija de Modigliani,
a la que amaba el grumete y los dos de Mármara.

Hace aguas el fore peak, se anegan las cubiertas,
pero a ti te mece un extraño mareo.
¿Con invisible tatuaje te ha marcado la española 
o la muchacha que danza sobre la cuerda?

Sobre tu cama duerme una serpiente perezosa
y el mono se pasea rebuscando en tu ropa.
Aparte de tu madre nadie se acuerda de ti
en este espeluznante viaje de perdición.

El marino echa las cartas y el fogonero el dado,
y el que es culpable y no se entera, va haciendo eses.
Acuérdate de aquel estrecho bazar chino
y de la muchacha que sofocaba su llanto dentro del rickshaw.

Bajo luces rojas duerme Salónica.
Hace diez años borracha me dijiste “te quiero”.
Mañana, igual que entonces, y sin oro en las mangas,
en vano buscarás la calle que lleva a Dépot. 
                                                                      
(de Niebla)




ΘΕΣΣΑΛΟΝΙΚΗ


Ήτανε κείνη τη νυχτιά που φύσαγε ο Βαρδάρης,
το κύμα η πλώρη εκέρδιζεν οργιά με την οργιά.
Σ’ έστειλε ο πρώτος τα νερά να πας για να γραδάρεις,
μα εσύ θυμάσαι τη Σμαρώ και την Καλαμαριά.

Ξέχασες κείνο το σκοπό που λέγανε οι Χιλιάνοι
-Άγιε Νικόλα φύλαγε κι Αγιά Θαλασσινή-
Τυφλό κορίτσι σ’ οδηγάει, παιδί του Modigliani,
που τ’ αγαπούσε ο δόκιμος κ’ οι δυο Μαρμαρινοί.

Νερό καλάρει το fore peak, νερό και τα πανιόλα,
μα εσένα μια παράξενη ζαλάδα σε κινεί.
Με στάμπα που δε φαίνεται σε κέντησε η Σπανιόλα
ή το κορίτσι που χορεύει απάνω στο σκοινί;

Απάνω στο γιατάκι σου φίδι νωθρό κοιμάται
και φέρνει βόλτες ψάχνοντας τα ρούχα σου η μαϊμού.
Εχτός από τη μάνα σου κανείς δε σε θυμάται
σε τούτο το τρομαχτικό ταξίδι του χαμού.

Ο ναύτης ρίχνει τα χαρτιά κι ο θερμαστής το ζάρι
κι αυτός που φταίει και δε νογάει, παραπατάει λοξά.
Θυμήσου κείνο το στενό κινέζικο παζάρι
και το κορίτσι που’ κλαιγε πνιχτά μες στο ρικσά.

Κάτου από φώτα κόκκινα κοιμάται η Σαλονίκη.
Πριν δέκα χρόνια μεθυσμένη μου’ πες “σ’ αγαπώ”.
Αύριο, σαν τότε, και χωρίς χρυσάφι στο μανίκι,
μάταια θα ψάχνεις το στρατί που πάει για το Dépôt.
                                                                                 
(Πούσι, 1945 )







CONTRADICCIÓN

Tu amor, una herida y tres gritos.
Chilla la polea al tensarse del otro lado.                      
Muchacha marina de las profundidades –a miles de brazas- 
yo te gané a Poseidón jugando a los dados.

Y te eché a un acuario oscuro
cuya sal se desvaneció al secarse.
Pero tú esperas del justo cielo
al hombre de tierra firme, al hechicero, al bandido.

Cuando te fundas en la luz que mereces
y desaparezcas en un claro crepúsculo
sobre una verde alfombra voladora,
se quedará el marino contando piedrecitas blancas.
                                                                                 

(de De través)





ΑΝΤΙΝΟΜΙΑ

Ο έρωτάς σου μια πληγή και τρεις κραυγές.
Στα κόντρα σκούζει ο μακαράς καθώς τεζάρει.
Θαλασσοκόρη του βυθού –χίλιες οργιές-
του Ποσειδώνα εγώ σε κέρδισα στο ζάρι.

Και σ’ έριξα σ’ ένα βιβάρι σκοτεινό
που στέγνωσε και ξανεμίστηκε το αλάτι.
Μα εσύ προσμένεις απ’ το δίκαιον ουρανό
το στεριανό, το γητευτή, τον απελάτη.

Όταν θα σμίξεις με το φως που σε βολεί
και θα χαθείς μέσα σε διάφανη αμφιλύκη
πάνω σε πράσινο πετούμενο χαλί,
θα μείνει ο ναύτης να μετρά το άσπρο χαλίκι
                                                       
(Τραβέρσο, 1975 )






MAL DU DÊPART

Seré siempre un  ideal e indigno amante
de los viajes lejanos y los azules mares,
y moriré una noche, como todas las noches,
sin surcar la borrosa línea de los horizontes.

Hacia Madrás, Singapur, Sfax y Argelia 
zarparán como siempre ufanos los barcos,
y yo, cabeza gacha ante un escritorio con cartas náuticas,
estaré cuadrando sumas en gruesos libros contables.

Dejaré de hablar de viajes lejanos;
mis amigos pensarán que ya los he olvidado,
y mi madre, contenta, dirá a quien le pregunte:
“Era una locura de juventud, mas ya pasó…”

Pero mi propio yo una noche ante mí se alzará
y me pedirá cuentas, como un juez despiadado;
se armará esta indigna y temblorosa mano mía,
apuntará y sin temor disparará al culpable.

Y yo, que tanto deseé un día ser sepultado
en algún mar profundo de las lejanas Indias,
tendré una muerte común y muy triste,
y un funeral como el de tantos otros.




MAL DU DÊPART

Θα μείνω πάντα ιδανικός και ανάξιος εραστής
των μακρυσμένων ταξιδιών και των γαλάζιων πόντων, 
και θα πεθάνω μια βραδιά, σαν όλες τις βραδιές,
χωρίς να σχίσω τη θολή γραμμή των οριζόντων.

Για το Μαδράς, τη Σιγγαπούρ, τ’ Αλγέρι και το Σφαξ
θ’ αναχωρούν σαν πάντοτε περήφανα τα πλοία,
κι εγώ, σκυφτός σ’ ένα γραφείο με χάρτες ναυτικούς,
θα κάνω αθροίσεις σε χοντρά λογιστικά βιβλία.

Θα πάψω πια για μακρινά ταξίδια να μιλώ:
οι φίλοι θα νομίζουνε πως τα’ χω πια ξεχάσει,
κι η μάνα μου, χαρούμενη, θα λέει σ’ όποιον ρωτά:
“Ήταν μια λόξα νεανική, μα τώρα έχει περάσει...”

Μα ο εαυτός μου μια βραδιάν εμπρός μου θα υψωθεί
και λόγο, ως ένας δικαστής στυγνός, θα μου ζητήσει,
κι αυτό το ανάξιο χέρι μου που τρέμει θα οπλιστεί,
θα σημαδέψει, κι άφοβα το φταίστη θα χτυπήσει.

Κι εγώ, που τόσο επόθησα μια μέρα να ταφώ
σε κάποια θάλασσα βαθιά στις μακρινές Ινδίες,
θα’ χω ένα θάνατο κοινό και θλιβερό πολύ
και μια κηδεία σαν των πολλών ανθρώπων τις κηδείες.




NIEBLA

Anoche cayó la niebla
—se ha perdido el barco guía—
y tú has llegado sin que te esperase
a verme a la timonera.

Vistes toda de blanco, estás empapada,
y en forma de maroma trenzo tu cabello.
Allí abajo, en las aguas de Port Pegassu
siempre llueve por esta época.

Nos acecha el fogonero
con los pies en la cadena del ancla.
No mires nunca las antenas 
cuando hay oleaje: te marearás.

Maldice el tiempo el nostramo
y está tan lejos Tocopilla.
Antes que este miedo y esta espera
prefiero el periscopio y el torpedo.

¡Vete! Lo tuyo es la tierra firme.
Viniste a verme pero no me has visto:
estoy ahogado desde medianoche
a unas mil millas de las Hébridas.




ΠΟΥΣΙ

Έπεσε το πούσι αποβραδίς
-το καραβοφάναρο χαμένο-
κ’ έφτασες χωρίς να σε προσμένω
μες στην τιμονιέρα να με δεις.

Κάτασπρα φοράς κ’ έχεις βραχεί,
πλέκω σαλαμάστρα τα μαλλιά σου.
Κάτου στα νερά του Port Pegassu 
βρέχει πάντα τέτοιαν εποχή.

Μας παραμονεύει ο θερμαστής
με τα δυο του πόδια στις καδένες.
Μην κοιτάς ποτέ σου τις αντένες
με την τρικυμία: θα ζαλιστείς.

Βλαστημά ο λοστρόμος τον καιρό
κ’ είναι αλάργα τόσο η Τοκοπίλλα.
Από να φοβάμαι και να καρτερώ
κάλλιο περισκόπιο και τορπίλλα.

Φύγε! Εσέ σου πρέπει στέρεα γη.
Ήρθες να με δεις κι όμως δε μ’ είδες.
Έχω απ’ τα μεσάνυχτα πνιγεί
χίλια μίλια πέρ’ απ’ τις Εβρίδες.




© Nikos Kavvadias · 1933-75 | © Traducción: Raquel Pérez Mena [Especial para MediterráneoSur · Nov 2009] 
http://www.mediterraneosur.es/arte/kavvadias_poemas.html


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