Susana Siveau, La Plata, ARGENTINA 1961. Publicó poemas en “Hojas de Sudestada”, “Cuaderno Compartido de Sudestada” y “Poesía Argentina de fin de Siglo” (Etorial Vinciguerra). Editó los libros “Noche estrellada” (2002), y “Letra y Mano” (2010). Realiza una intensa actividad cultural en la Biblioteca Popular Alejo Iglesias de Villa Elisa, donde tiene a cargo el taller literario. Desde 2003 se dedica a la docencia particular de niños y adolescentes. Especialmente niños con dificultades de aprendizaje.
Sitio personal: http://azulnegrosiveau.blogspot.com.ar/
CASA DE FUEGO
Un lugar.
Una casa de fuego
junto al agua.
Un tejido de pájaros
y lágrimas.
Todo arde.
Cada cosa que toco
te recuerda
con mi propia memoria
y se incendia la noche
hasta el alba.
Paredes, ventanas, techo,
labios, caricias, nombres.
Eso que fue
durante tanto tiempo
un refugio
arde.
Ardo también
me purifico.
LA CASA
En el espesor de la noche
la casa.
Las figuras
van y vienen
en un roce de aire
algo cae
pasa un auto
un perro ladra
gritan
un cuerpo
se acomoda en la luz
flota
recorre habitaciones
se asoma al patio.
Inercia de los muros
restos dormidos de una charla
un juego
en el ahora oscuro recinto.
Como un vaso
lleno de día
yazgo en el fondo
de mi pensamiento.
Me bebo gota a gota
para saciar un vacío
para cruzar a la otra orilla
de la noche.
APARIENCIAS
De palabras
también están hechos los silencios
palabras que nos ahogan
atrapadas en la garganta
en el corazón
como cosas que se chocan entre si
y no piden permiso
que se buscan y preguntan
y no encuentran respuesta
Poemas de Noche Estrellada
Hoy nieva
a Mónica
Suena el teléfono
Desde el fin del mundo
Ella me saluda
me cuenta que hoy nevó
por primera vez
Como todos los días
se pondrá su abrigo
atravesará con pies cansados
la ciudad
llegará a un cementerio
al lado del océano
allá en algún lugar
del fin del mundo
para que su niño no este sólo
hoy que es su cumpleaños
y nieva por primera vez
sin que ella pueda abrigarlo
Equipaje
Me han destinado para un viaje
que no haré
a compartir un sol que no conozco
a intuir los seres que nacieron
para ser elegidos.
Me han preparado una mirada celeste
y cuando callo
más allá de mis miedos y mis dudas
aparecen señales
de otro rostro
sosteniendo mis rasgos.
Me han destinado para el viaje
un bosquejo de mundo misterioso
una lumbre de amor
una consola de estrellas.
Un jazmín para mi madre
Madre hoy has venido por mi sangre.
La noche huele a jazmines
y tu pelo está húmedo de rocío.
Yo enciendo tu mirada con preguntas
de cuando eras niña.
El hombre arrasado
“El hombre es una invención reciente”
Arrasado hombre
dibujado en la arena
a orillas del océano
Dibujo en la playa
sin memoria
sin astillas
Borrado
Hombre sin memoria
Playa al fin serena
con una única certeza
La eternidad
Hombre
Marea del pensamiento
Del amor
Papá-
llueve
Nadie corre para abrir las ventanas
las puertas las manos los ojos
Nadie para anunciar la magia
del sol con la lluvia la música el verano
En silencio partieron con tu voz
las voces de las cosas
y el brillo en los ojos de mamá
Llueve
gotea mi voz sobre la casa
la lluvia y yo nos entendemos
Nos asombra aún que nadie corra
para abrir ventanas y puertas y manos
el ojo secreto de la tarde color de iris
que soñó mi madurez
Los muros
¿Quién habla de victorias?
R. M. Rilke
Ya no puedes volver
estas alturas
no se sobrepasan
Están ahí
Aquí
para impedirnos
un mohín un gesto
el regreso
la imagen anterior
que abandonamos
sin remordimiento
y nos busca sin tregua
sobre el rostro
el miedo
la soledad
la muerte
son casi amigos entrañables
sentados a la mesa
pesa el día
en los hombros
Pero volver no puedes
Estas alturas
No fueron hechas
para superarlas
ni para entenderlas
“sobreponerse es todo”
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