RENATA PALLOTTINI
(Nació en Sao Paulo, Brasil en 1931). Estudió derecho en la Universidad de São Paulo (USP) entre 1949 y 1953, publicó sus primeros poemas en la universidad revistas de la Universidad. Cursó Filosofía Pura en la Pontificia Universidad Católica (PUC / SP), terminando en 1951. Al año siguiente Acalanto publicó su primer libro de poesía.
En los años 1970 y 1980 trabajó como traductora y guionista de telenovelas y series de televisión, incluyendo Malu Mujer (TV Globo). Ha publicado libros de cuentos, poesía y ensayos para niños. En 1997 recibió el Premio Jabuti de Literatura, otorgado por la Cámara Brasileña del Libro.
Publicó entre otros, los libros: A casa, Clube de Poesia, São Paulo, 1958; Coração americano, Editora Meta, São Paulo, 1976; Chão de palavras, Editora Círculo do Livro, São Paulo, 1977; Noite afora, São Paulo, 1978; e Obra poética, Editora Hucitec, São Paulo, 1995. Coordenou e participou da Anthologie de la poésie brésilienne, Editions Chandeigne, Paris, 1998, que reuniu quatro séculos da nossa história literária.
EXTRAÍDOS DE POESÍA BRASILEÑA
Org. y Trad. Xosé Lois García
Edicións Laiovento
Santiago de Compostela, 2001
FINAL
Yo te perdí como una cosa irremediable.
En la luminosa y grave tarde yo te perdi.
Eras el único ser. Y ahora eres sombra,
mientras las largas calles se incorporan
a lo que del sueño queda.
Eras cilício y rosa,
pero nunca fuiste verdad.
Mira: el sol traza rectas a través del espacio,
mis dedos se proyectan y tienden láminas
donde se hieren mis pensamientos.
Te perdi, y Dios no me reencontró.
quien soy no sabe de si misma y así prosigo,
pues te perdi y nada más importa.
Acuérdate: un día más. El tiempo cae
como hojas de acero, y una, y otra...
entre una y otra la Hora te robô
mi tiempo interior.
Te perdí
y quedo, y nada me concedes,
ni corazón, ni siquiera alguna vida...
Tu llegas en el tren de nunca y media
y yo siempre de partida]
ίde partida!
O Monólogo Vivo, 1956
SONETO DE LA TEMPESTAD
Tierra. O negro horizonte. O tempestad.
Pesa en los ojos del poniente la tarde
como un sueño de plomo, rojo y mudo.
El tiempo pasa, como las aguas pasan
a ambos lados de la proa, suavemente.
Caminamos, solemnes, hacia el lado
por donde nos há de venir el fin de todo:
tempestad, horizonte, o tierra, o poniente.
Mujer y cuna, ίadiós! El enigma zumba
Descubierto. La borrasca se aproxima.
Los hombres brotan lluvia. La vela pende.
Tenemos un gran mar de muerte, encima.
De un cielo hacia otro cielo el leño cae,
el oceano a sus amantes sorprende.
A Casa, 1958.
BOTAFUMEIRO
Dulces humos del incensario
y dulces aguas de la ria...
En la catedral de Santiago
nadie sabe lo que decíamos...
Entre las nubes de incienso
la propia Virgen se reía
como las imágenes del Pórtico
y la lluvia de todo el día...
Nuestro amor era un puente
de Valle-Inclán a Rosalía.
Praça Maior, 1988
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TRADUCCIÓN Y NOTA INTRODUCTORIA DE
ADOVALDO FERNANDES SAMPAIO
LA HUMANA
Del infinito nacemos
para un preciso término.
De infinitas, las penas;
de vago, el aviso.
Nacidos tibios, frágiles,
entre dos gemidos.
¿Cuándo la muerte eterna?
¿Cuándo el conocido?
Que ya esto no fatiga
a los mal formados,
desde la infancia lejana,
destinados frutos.
Somos los que la vida
hizo limite amargo.
De infinitas, las penas;
de vago, el aviso.
Extraído de la obra
VOCES FEMENINAS DE LA POESÍA BRASILEÑA
Goiânia: Editora Oriente, s.d.
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De CUATRO SIGLOS DE POESÍA BRASILEÑA.
Introducción, Traducción y Notas de Jaime Tello.
Caracas: Centro Abreu e Lima de Estudios Brasileños; Insituto de Altos Estudios de América Latina; Universidad Simón Bolívar, 1983
LOS MUERTOS
Los muertos están tendidos,
mas sus nombres tiemblan sobre las campiñas
como flámulas,
vuelan sobre las campiñas la memoria
de sus rostros
y la blancura de sus huesos perdurables;
decid, decid de los muertos lo que os parezca,
ellos están tendidos sobre el limo
con los ojos cerrados,
con fibras y raíces donde estaban los ojos,
y con zumos y lluvias en el lugar que era la boca;
Sólo nuestro recuerdo nos reúne y congrega.
somos nosotros nuestros muertos
y estamos enterrados
y yacemos nos mismos mezclados a las flores.
Decid por tanto las sentencias y los crímenes,
ya no podéis condenarnos a muerte.
Ya poco importa.
Porque estamos tendidos,
victoriosos y solos, inmaculados, libres,
con las manos llenas de tierra y de silencio.
(A Faca e a Pedra)
EL GRITO
(Traducción de Santiago Kovadloff)
Si al menos este dolor sirviera
si golpease las paredes
si abriera puertas
si cantase y despeinara mi cabello
si al menos este dolor se viera
si saltase de la garganta como un grito
si cayera por la ventana si estallara
si murïese
si el dolor fuera un pedazo de pan duro
que uno pudiese tragar con fuerza
y escupir después
manchar la calle los aufos el espacio el otro
ese otro oscuro que paso indiferente
y que no sufre que tiene derecho a no sufrir
si el dolor fuera sólo la carne del dedo
que se frota en la pared de piedra
para que duela duela duela visiblemente
penosamente
con lágrimas
si al menos este dolor sangrase.
Finisterrae
Aqui começa o fim
Feito de vento.
Enlouqueceu a bússola
Do tempo.
Naufragam as certezas
Do infinito.
Aqui se acaba o mapa
Nasce o mito.
Aqui começa a morte
Em naves findas .
Aqui começa o medo.
Como um grito.
Chocolate Amargo
No mapa imaginário de todas as terras
Aí estás, país do grande sol,
Dos animais gigantes e das árvores sagradas
Terra da cachoeira de diamantes e
Do ouro sangrado
Continente sangrante
Teus filhos adormecem sem saber se ainda vivem
Depois que a liberdade abandonou as tribos
E os deuses de Mahoma, mais os deuses de
Cristo
E os deuses-orixás, mais os deuses perdidos
A ti te abandonaram , doce terra de elefantes,
Macia terra de desertos.
Ninguém te libertou, nem a deusa-Libéria
Nem a cor de Nigéria, de chocolate amargo,
A tua dor não para, ela se exaure em malatías
Em doenças exânimes, de sangue ,
Continente sangrado...
Lutando enlouqueceste e te fizeste algoz
Dos teus irmãos em preto e alma , em negro
E lama
As crianças armaste para despertá-las
Mas elas adormeceram
Como flores cortadas
E aí estão, em ti, carregando suas armas
Brinquedos terminais,
Se suicidando...
No mapa das desgraças, cartografia antiga,
Brilhas em negativo, com teus machos moldados
Homens esculturais, reis de toda corrida,
Reis do jogo e do corpo e da má sobrevida Reis da fuga humilhada
Do trabalho submisso
Escravo bom de sempre, quando te eriças
E empoas teu cabelo e foges para o mato
Buscam-te, seu cavalo, buscam-te, sua mina
Buscam em ti o seu desejo de reaver a serventia
Buscam a mão, a perna, o sexo
A carapinha
Que depois vão negar nas gerações futuras
Com um pé na cozinha...
No mapa dos exércitos, rebrilhas com teu riso
De quem não sabe mais a quem pedir auxílio
Queremos teus diamantes, queremos o teu óleo,
Queremos tua pele, queremos teu sabor
De carne de macaco, de serpente, de água.
Queremos destruir-te para depois chorarmos
A imensa mancha negra que ficará
nos mapas.
Só minha avó, agora, me consolaria
com sua cor romana de pão perfumado.
Só a avó e o pão duro que eu beijo
e o vinho roxo o vinho que me foge
podem me consolar
de haver perdido o jogo
que para todos os demais
para os normais
era só um brinquedo de crianças
a mais.
Ou então, ou então
Talvez a amiga
Que sabe todas as palavras escondidas
Podíamos passear no Cambuci
Lembrando o morro do Piolho e a Bastilha .
Podíamos chorar, se não fosse que ela
Tem pejo de chorar
E se não fosse assim
Já teria morrido de chorar
Decerto.
A amiga está tão longe
No deserto ...
Quem nunca andou de bonde
Quem nunca andou de bonde
não sabe essa alegria elétrica do passeio
não virou a rua Direita em frente à Amarante
nem nunca tentou descer com o bonde andando
mesmo sendo menina
Também não andou nunca
equilibrando-se nos trilhos
sonhando que eles levavam a algum lugar
misterioso
e que tudo seria diferente
quando se chegasse ao fim (que não havia)
dos trilhos do bonde
Quem nunca andou de bonde
não sabe que descer do lado errado
é perigo de vida
e que descer do lado certo não garante nada
Quem nunca andou de bonde é jovem
e bonito
Mas não ouviu cantar o bonde
quando o seu motorneiro
batia o pé com força atrás do bloco de Aristéia
oh Carnavais , oh suco
dos canaviais...
No bonde o vento atravessava
as penas
todas
Mamãe pedia para eu ir no colo
Eram tempos difíceis
Vivê-los era fácil
(era infância)
O meu bonde cantava quando descia a Glória
Parecia uma avó quando pensa na gente
Era como ter pai
como não ser (ou ser) pingente
Era a glória
Mesmo quando ia pela Liberdade
Ou
talvez
por isso.
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