Marina Mariasch nació en Buenos Aires, ARGENTINA en 1973. Publicó los libros de poesía Coming attractions (Siesta, 1997), XXX (Siesta, 2001), Tigre y león (Siesta, 2005) y El zigzag de las instituciones (Vox, 2008). El matrimonio (Bajo la luna, 2011) es su primera nouvelle.
La plata
Vos nunca me das
la plata.
Sólo me das
esos papeles tontos
y en el momento de las negociaciones
te quebrás.
Yo nunca te doy mi número,
sólo te doy el plano
de situación
y en el momento de la investigación:
me quiebro.
¿Y todos esos momento mágicos?
Antes, veía un tipo fumando
y decía:
ah! Pobre, tiene una debilidad.
Y así me bancaba su aspecto
de matón. Ahora:
gente que no conozco me duele
cuando pienso en ella. Idem:
la cara de mis amigas
cuando hablan de las ex novias de sus novios.
Tenés que estar siempre contento,
dormir
en el lado izquierdo. Pero, por favor
sin alarmas y, te lo pido,
sin sorpresas.
Alguien, como vos,
perpetúa su existencia,
reinventando la familia.
Piensa que así
se hace más joven. Pensás
en otras cosas mientras
te hablo. No me das plata,
no me das nada, mirás
para otro lado.
de noche, con plata
En qué playa nos dejará este oleaje incesante.
Qué pasó cuando bailamos, coordinados
los troncos para un lado y para el otro
de la pista, oponiéndose
esquivos como imanes dados vuelta.
La atmósfera cargada de tensión económica y sexual
Y del campo magnético entre nos salió
música, algo realmente abstracto
se generaba y bifurcaba, qué pasaba. Fantasía y fuga.
Los pasos iban saliendo bien, incluso bruscos.
Y en la idiotez afectiva un reflector
nos iluminaba sólo a nosotros, en el medio
de la cara, no se veía nada. La cara pálida era un augurio
de la matemática posterior de la semana.
¿En manos de quién están los hilos del tiempo?
En la voz que se usa con los chicos
nos acordamos de las primeras cosas
que tocamos, nos manteníamos
dentro del círculo de luz y si la música formara palabras
le habría dado nombre a un hijo. Aunque no hablamos:
nos separaba una barrera de sonido, cada pisada retumbaba
en todas mis posesiones a una velocidad que nunca fue tuya.
El silencio era moral, el precavido de los borrachos y tontos.
Vibrábamos como locos -pero disimulados.
Eran aproximaciones, igual a no decir nada. Vos no eras el inventor
de mis triunfos ni yo el de todos
tus fracasos. Sin riesgo no había gimnasia, buscábamos
conocimiento, nos dejábamos arrastrar
por el cordón del perro. Todo delirio
tiene un núcleo de verdad apagada. Y apagamos el incendio
con un hacha.
Mi dormitorio es el lugar donde paso la mayor parte de mi tiempo
¿Saben? Cuando estoy en la calle miro los autos
Me acuerdo cómo estaban las cosas adentro de la casa
vi sus ojotas en el balcón, sus cigarrillos en el cenicero
pasamos por esta experiencia loca
En pleno verano estaba con buzo de mangas largas
Le mandé un mensaje a mi hermana
pidiéndole que se fuera a fijar a un bar al que iba siempre a ver si estaba y no me contestó
nada.
Fue eterno y rápido a la vez.
Lloro sentada, acostada, parada, pero inmóvil
Cuando voy caminando y veo una chica con esas camperas tipo tubo..
Es viernes y bajan un poco las revoluciones y empiezo a pensar
Había unos cables
que eran para colgar la ropa y que habíamos sacado porque lastimaban
al árbol en el que estaban.
Durante toda la mañana hizo las cosas que hacía todos los días
No podía estar mirando todo el tiempo, lo hacía cuando cocinaba, controlaba que no hubiera cuchillos cerca.
Ahora no estoy tan enojada. Revolver sus cosas
me trajo sentimientos de ternura.
Las vísperas siguen siendo algo triste.
Ahora pienso: y si se fue esperando encontrar algo mejor y no encontró nada?
El árbol de zapatillas
En la calle cuelga un par, mojón
del diablo, síntoma
de algo. La visita hace que afloren
polleritas y una música
que es para empezar
a bailar de a poco, con un vaso
en la mano mientras le mirás
los libros al dueño. Ahí se dan
el beso como una provocación
al contexto y se abre
el primer racimo
de nubes. Igual,
es secular. Los pensamientos
se van sentando como se sientan
los caballos de noche
en un campo seco.
Esto es el drama del amor
no te digo hackear la clave
demasiado sólido, el otro.
Amar es un intransitivo muy común
en el habla se oscurece
en la redención se enciende
en el riesgo del cierre
que sube y raspa, viste
de otro, calienta. ah, pero
cómo te pone lo nuevo
Nunca voy a saber
si enamorarse es lindo o feo.
recibo en casa, soy
hombre en cuero
el pantalón baila
tengo todo esto. más allá
las mujeres hablan de arte.
fumo -no fumo
más hace mal. extraño
a mi mamá que no está más
extraño a mi mujer que no
cocina más. en la cacerola
hierve una rebelión violenta
recibo misiles de preguntas. debo
imponer justicia, alimentarlos
al calor de un negocio trabado
a altas horas. bendigo
a los chiquitos con los ojos
chinos. un doble agente
de lo sólido y lo derretido.
No quiero tener nada que ver con el amor
No conozco otro espacio
que el que nos separa.
Entre vos y yo se teje una manta
con lana de ovejas que pastan
desde el principio de los tiempos,
desde que nací hasta nuestro primer beso.
¿Quién teje? El chasquido de la lana es dulce,
éxtasis y sentimiento de olvido
en cada uno de los aplausos.
En un rincón estoy yo, lo siento
es un género frágil, no es seguro
¿Ves las flores, estrujadas?
No quiero tener nada que ver con el amor
el amor es impalpable. En cada instante
la realidad se crea
toda de nuevo y cae.
En cada instante estoy alegre y triste
puedo bailar y odiarte
amarte y olvidarme de vos
¿Qué es esto? Un planeta de amor
o guerra colocado
en el centro como una fruta vieja.
Te espero, y esperar
es casi lo mismo que pensar.
El pensamiento se llena, bolsa de agua
sin fisuras, transparente, y tiembla.
No hace falta que sea real, igual existe.
Hay que saber ver lo fértil en lo incierto
pero qué quisiste decir con ese beso
¿amor o sexo, amor o sexo?
Asumamos el riesgo de las palabras.
El intercambio se vuelve más intenso
cuando hay menos sentimientos flotando
confundiendo las cosas, pero las cosas
que decís me rescatan en el medio de la noche
flotamos en una balsa de hielo
atravesados de preguntas y de luz estelar
Creemos que vamos a llegar a la otra orilla.
Pero para qué esforzarse en creer,
creo una cosa y después la otra
No: Existe, tiene que existir
tenemos que actuar como si existiera
aunque toda determinación es un poco falsa
Tengo una sensación de bienestar:
las cosas en su lugar
Esta tarde va a pasar algo,
pero algo se me perdió
imposible de recuperar
esto debe ser una especie de final.
Este mundo no es la conclusión
hay algo allá, invisible como una música
y positivo como el sonido
aunque no estoy convencida
de esta infelicidad atmosférica, real o injustificada.
Por un lado están los objetos que componen mi mundo
por otro lado estoy yo que soy incapaz de nombrarlos
¿Cuál es mi mal, mi enfermedad?
Tengo que hacer algo horrible
Tengo que pedir perdón
por amarte y también
porque a veces me olvido de vos.
A veces amo la violenta supresión
de mí misma que me causa el amor
A veces quiero estar en otra parte.
Están esas personas que tienen en sus madres embajadas.
Me hacés masajes con el dedo de fuck you
tomás un vino con la etiqueta de tu hijo
los demás hacen sombra más allá
Es muy probable que dios no exista.
Nos volvimos tolerantes y lentas
El bebés está en el período
de cacerola. Nadie más cocina
ni la toca. Carola
come torta de la olla.
La leche es alimento que viene de lejos
y se aloja en el origen.
La mujer es un fuerte
un cuerpo procesado, irrecuperable
pero con corazón. La chance
de estar incómodo en galones sólidos.
Vivimos al oeste de los sentimientos.
Esto no es un poema de amor
es un recordatorio de que tanto
el discurso instrumental como el teórico
pueden transformar un él en ellos
una conversión dramática y horrible
como de objeto a sujeto
y meternos de cabeza en la tragedia del otro,
una bandera total, el ejército imparable
de uno solo.
De qué manera se sembrará el terror en el futuro?
Vamos a toda velocidad
El comienzo es increíble. La mitad
Es increíble. Dejaste
De fumar. Hicimos las cosas
Que hacen las personas
Bajo influencia
De talismanes. Volviste
A fumar. Decís
que no estás en contra mío
ni de los que están en mi contra.
No puedo amar a alguien
a quien lo le conozco los miedos.
Pero vos no pensás
en el futuro, hacés
como que no existe, configurás
la idea de un presente continuo
como que el pasado no existe. o
somos nuestro pasado? Le tenés
miedo, querés que nada
se haya ido a la tumba
de lo que ya pasó, estuvo acá y lo enterramos.
Pero se fueron
cosas tuyas y mías
algo de la felicidad del raso rosa que uso.
Cuando nos quedamos dormidos
sueño con gente que descontrola
una azafata que se tira del avión en vuelo
y termina peleando en Cambodia
a la madrugada me despierto
odiándote pienso en tu sueño espeso
ahí donde el hombre es más animal
sin ser capaz de hacer de su respiración
una música entre marx y dios,
jabalí, sin el amuleto
de las palabras que hacen
magia y sé que mi enemistad
te fortalece. Odiás mi espíritu
crítico, aunque no considerás al odio
pasión sino una categoría. Es que odio
ser neutral. Me gustaría
que hubiera algo que no te guste
que no todo fuera pintoresco.
Algo ideológico o religioso, moral
o directamente físico. Lo alegre
que querés tapa las partes
tristes. Y qué pasa
con el policial, o el deporte
de la conquista que jugás cuando
salís con tus amigos en el estado
ese de la promesa constante
y juegan a la play y toman
merca. Te pasaste
a un lado gris que aplasta
la idea de lo nuevo, la cosa heroica
del jazz y del ir y venir
de las mujeres. Una bola
de ternura. La nostalgia
por la idea de red, por el
sistema de necesidades; la nostalgia
por la épica de una época
es la nostalgia por esa época.
A los actores famosos
que te decís parecer
o decís que dijeron te encontraron
parecidos les daría gracia saberlo
como a mí, esa pena empática
que me acerca a las personas
porque levanta el velo y deja al viento
su debilidad, cómo me gusta
ese ataquecito
al corazón cuando entrás
que no me mata. Cuando dormimos
algo permanece alerta con fines
puramente estéticos. Tipo los cactus
que no necesitan más que un visto
bueno de clase para ser bellos. Si no
son aridez, dolor, infierno. Un insomnio
igual al sexo con amor y un poco
de resentimiento que nos damos
cuando nos vemos con la intención
de formar un solo cuero. Querés saltar
por encima de la sombra
que hace nuestro amor en la
alfombra, querés pasar
al caminito de tierra que en tus estados
hipnoides tienta, pero Freud pasó
de moda y es consciente que manejes
una agenda paralela. Cuando pedimos
más siempre es más
femeneidad. Cuando terminamos
te ponés los ojos chinos, de inmigrante
Yo no quiero ser titular de la cuenta
Quiero una extensión, un responsable
De mis deudas mi economía es débil
Sólo como suena Andorra la vieja.
Nadie quiere a una persona con una gran
Tragedia en su oficina.
Qué rápido mandás mensajes
de texto parecés adolescente.
Yo estoy cada vez más lejos
de la arquitectura y la experiencia
de ser novia. Vimos casas nuevas
haciéndonos la película
americana de lo que podría pasar
entre esas cuatro paredes
pero hay un tráfico
ilegal antinosotros.
Una vez me dijiste que no servía
para las cosas chiquitas. Anoche me enteré
que alguien se va a morir
se lo conté a alguien por teléfono
le dije Hay que vivir la vida
pero, qué es vivir la vida?
La muerte es lo más atractivo
Que hay, un polo que imanta
Sexo, comida y enojo.
estuve toda la tarde diciendo
soy así soy asá
o yo soy muy así también, un vuelo
solista, capaz incapaz
de sostener el pacto.
no creo en la gente que dice
soy muy esto muy lo otro.
Las palabras son tótem
porque les tengo miedo
caen sobre el cielo de mi inconsciente
como estrellas fugaces trayendo augurios
de suerte o de mala suerte
Galopan el caballo loco
Del pensamiento.
A eso le tengo miedo yo. Si tu miedo
es al futuro, cuál va ser tu miedo
cuando el futuro llegue?
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