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miércoles, 7 de noviembre de 2012

GLORIA GERVITZ [8423]




GLORIA GERVITZ
Gloria Gervitz (1943). Poeta mexicana Nació en la Ciudad de México, el 29 de marzo de 1943. Estudió historia en la Universidad Iberoamericana (UIA). Ha traducido a Anna Ajmátova, Margarite Yourcenar, Samuel Beckett y Clarice Lispector. Ha colaborado en Diálogos, La Vida Literaria, Revista de la Universidad de México, Krisis, El Zaguán, La Jornada Semanal y Vuelta. Fue becaria del Fondo Nacional de Creadores Artísticos (FONCA), de 1992 a 1993. Su poesía ha sido incluida en varias antologías de México y Estados Unidos. Podría decirse que su obra consta de un solo poema largo, Migraciones, que ha ido escribiendo desde hace 26 años. Fragmentos de Migraciones se han traducido a ocho idiomas. Obra poética publicada: Shajarit (México: Madero, 1979), Fragmento de ventana (México: Editorial Villicaña, 1986) y Yiskor (México: Esnard Editores, 1987). Estos dos últimos títulos, junto a "Leteo" fueron recogidos y reelaborados en Migraciones (México, Fondo de Cultura Económica, 1991). En 1992 la UNAM dedicó a su obra la plaquette Poesía 176 moderna, material de lectura. En 1993, apareció un nuevo poemario, Pythia, publicado también en México por la editorial Mario del Valle. 




En las migraciones de los claveles rojos donde revientan cantos
                de aves picudas
y se pudren las manzanas antes del desastre
Ahí donde las mujeres se palpan los senos y se tocan el sexo
en el sudor de los polvos de arroz y de la hora del té
Flujo de enredaderas a través de lo que siempre es lo mismo
Ciudades atravesadas por el pensamiento
Miércoles de ceniza. La vieja nana nos mira desde un haz de
                luz
Respiran estanques de sombras, llueve morados casi rojos
El calor abre sus fauces
Abajo, la luna se hunde en la calle
y una voz de negra, de negra triste, canta. Y crece
Incienso de gladiolos, barcas
Y tus dedos como moluscos tibios se pierden adentro de mí
Estamos en la fragilidad de la corteza del otoño
En el parque rectangular
en la canícula, cuando los colores claros son los más
                conmovedores
Después de Shajarit
olvidadas plegarias, ásperas
Nacen vientos levemente aclarados por la oración, bosques de
pirules
Y mi abuela tocaba siempre la misma sonata
Una niña toma una nieve en la esquina de una calle soleada
Un hombre lee un periódico mientras espera el camión
Se fractura la luz
Y la ropa está tendida al sol. Impenetrable la sonata de la abuela
Tú dijiste que era el verano. Oh música
Y la invasión de las albas y la invasión de los verdes
Abajo, gritos de niños que juegan, vendedores de nueces
Respiración de rosas amarillas. Y mi abuela me dijo a la
salida del cine
sueña que es hermoso el sueño de la vida, muchacha
Bajo el sauce inmerso en el verano sola la impaciencia demora







De Shajarit (fragmento)

Este día no lo conozco, pero estoy agarrada de mis otros días
Podría vivir aquí siempre
Pero todo se acaba, hasta la costumbre
pequeños momentos saturados que se distienden
se alcanzan en la disolución
Mientras siga aquí encerrada en este cuarto, en esta ciudad
Mientras siga lloviendo y el ruido de la lluvia atraviese las
paredes que me contienen
Mientras todavía pueda sentir que siento
y el hambre me haga ponerme un abrigo y una bufanda sobre
el camisón
y salir a la calle
Pero, por qué creer todo esto
Al otro lado del mar a través de los encajes florean todo el año
                geranios
Y los grandes baúles pesados de aromas resinosos y cálidos
se derraman en habitaciones desconocidas
Y los ungüentos, los jabones de avena y de leche de cabra
los polvos de trigo, las pastas de dientes con sabor a chicle
y aquellos enjuagues para desenredar el cabello en días largos
Persianas requemadas del sol verde de Cuernavaca
una niña púber se mira el sexo en el ardor de mediodía
espeso de insectos y lagartijas
La mayor parte del tiempo duermo. No estoy segura si
dormir es estar despierta
Me sorprendo después del mediodía, las manos me estorban,
                no sé dónde ponerlas
Lenta la lluvia casi se detiene
todo se detiene, me aprieta, pero llueve
Se abren ventanas
Abajo, médanos
y más abajo parten los navíos como una exhalación
hacia las muchachas de los frescos del palacio de Cnossos
muchachas de agua y cal
La piel se desata, atrás, un sol de polvo, más adentro, pájaros
Nunca llegamos más que a nosotros mismo
Pero todo el año allá en la memoria florecen los geranios



Fragmento de ventana (fragmentos)
             
Ahora estoy en un paisaje de zenzontles
Cada vez estoy más cerca
Cuando posea esa inmensidad
apenas tendré fuerza para despertar en la brevedad
          de la muerte 
La luz golpea el aire. Estamos donde los colores
          se abren
Son días largos y apretados como la migraña 
Y todo se repite 
Los árboles desamarrados 
La noche se deshace
¿Y después?
Lo único verdadero es el reflejo del sueño que trato
          de fracturar
pero que ni siquiera me atrevo a soñar 
continuo plagio de mí misma 
Y el lugar del encuentro es sólo tiempo. Todo no es
          sino tiempo 
Allá donde unas cuantas buganvilias en un vaso
          de agua
bastan para hacernos un jardín 
Porque morimos solos. Y la muerte es apenas
          el despertar 
de este sueño primero de vivir y dijo mi abuela
          a la salida del cine
Sueña que es hermoso el sueño ce la vida, muchacha 
Se oxida la lumbre de las veladoras y yo, ¿dónde estoy?
Soy la que fui siempre. Lo inesperado de estar siendo 
Llego al lugar del principio donde comienza el
          comienzo 
Éste es el tiempo 
Es el tiempo de despertar 
La abuela enciende las velas sabáticas desde su muerte
          y me mira 
Se extiende el sábado hasta nunca, hasta después,
          hasta antes
Mi abuela que murió de sueños 
mece interminablemente el sueño que la inventa 
que yo invento. Una niña loca mí mira desde adentro 
Estoy intacta


Me haces daño
                              Suéltame 
No me quites lo que he aprendido por mí misma 
Las mujeres se sientan en el suelo
                              Yo digo Kadish por ti y por mí 
Las palabras están gastadas como esas piedades con 
                    el mármol gastado por los besos
                                        Madre de Dios ruega por nosotros


Y ella que vino desde Kiev
Ramo de flores apretado contra el pecho
Vida para ser vivida en un tiempo más largo
—No fuimos a Canadá porque nos dijeron que era muy frío
Salimos en tren. El barco lo tomamos en Amsterdam 
Nunca más me embarcaré en aquel mar tan soñado 
Oh madre que olvidé
En esta hora y en la hora de nuestra muerte 
Adonai Eloheinu Adonai Ejad 
Adiós 
Adiós 
Oh Madre 
Adiós



Paso días sin verme en ningún espejo
Comencé a comprar el periódico aún antes de saber 
          español 
Mi padre comerciaba con frutas secas
                    ¿Y a quién le importan estos recuerdos?

Ella apretando contra su pecho las flores 
Ella muchacha con flores en el pelo
Y       los vestidos plisados y la boca muy roja sonriendo
Ahora sólo un retrato guardado en una caja de
          habanos

Ella con el sol de mediodía 
Flores blancas
Y los dos niños agarrados a su falda caminando por
          el parque México.

Ella que no sabía decir Kadish
Despidiéndose en una estación de tren que después
          fue bombardeada 
Despidiéndose de padres y hermanos a quienes nunca 
          más volvería a ver 
Ella que lloraba en las mañanas 
Mientras los niños en la escuela y el marido
          en la tienda 
Bajo llave en el baño con el agua corriendo para
          no sentir las lágrimas 
Ella
—Oh tantos sueños que no alcanzaron el mar— 
Con las preocupaciones de todos los días en un país
          extraño 
Lejos de sí misma, fue, se convirtió, era nadie
Ella gorda, vieja antes de tiempo
                                        ¿Cómo pudo ocurrirme a mí?
El pelo recogido hacia atrás y la mirada de un animal 
          herido

Y todo pasa
Y el tiempo es largo
Y estuviste distante de los otros, de ti
                                        ¿Otra forma de estar cerca?
Y te quedó para siempre en la boca el sabor del té
          de aquel samovar de tu casa

Alguien debería contratar a esas mujeres que lloran
          por los otros
A esas que han criado hijos 
Amasado su pan
Las que barren todos los días la puerta de su casa 
Aunque sea por dinero 
Que lloren contigo, que lloren por ti
          Hermana madre no me permitas tu separación 
¿Oyes mi llanto?
¿Oyes mi llanto que te cubre como una tela? 
Rásgala 
Rómpeme
Cúbreme con tus cenizas 
Libérame

Espero las noches como un animal amarrado que 
          patea, patea

Y te acuso
Pero de qué  puedo culparte

          ¿Cómo hubiera podido ser de otro modo?

El oráculo se cumple

Déjame ir 
Suéltame 
No regreses
No quiero quedar atrapada en tu sueño sin poder 
          despertar
                                                  ¿Hacia dónde ir? 
Llego sólo al lugar del principio 
Regreso para besar tu pulso 
Para caer de rodillas
Devotamente beso las arterias de tus manos 
Oh madre ten piedad de mí 
Oh madre misericordiosa 
Ten piedad de mí 
Sosténme 
Derrótame pero dame tu consuelo
Apoyo mi cabeza de niña
Toco tu corazón
Cierro los ojos
Estoy atada a ti como el ahogado a la piedra
anudada a su cuello 
Ya no tengo miedo 
No puedo hundirme más abajo de tu corazón

Llévate la luz
                    Noche




Pythia (fragmento)

1

La luz sube en oleadas
vagido
en lo callado inmenso del nombre
mortal y sola en su errancia
la traspasada palabra
a tientas
la oficiante
vieja madre cómplice

2

Ay convocada
nocturna
como un charco de miedo

3

Ábreme con tu saliva
empújate hasta mi hondura hasta el desamparo
recábeme como si fuese un puñado de tierra
tránsito yo misma

4

Las palabras
brevísimas húmedas
interceden
rozan la superficie
como una serpiente
y la voz sabe que no sabe

5

Avalancha de hojas
y su lamento seco y rojo
con tus ojos de viuda el río se inclina
abriéndote en tu hambre hacia su sed
te clavas en lo extenuante del amor El tiempo va más aprisa que yo
y la noche temblando con todas sus ramas
se arrodilla ante el abismo
me cubre helada como una lágrima
la noche se desgaja
toco su desnudez de agua
Y ella grita dentro del grito
y caemos por la misma pendiente
cómplices

6

Entré al lugar entréme huérfana
¿dónde están las palabras por qué no comparecen
por qué no me socorren?





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