Sandra Toro, Buenos Aires, ARGENTINA 1968
Memoria
Dicen que el cuerpo tiene memoria
¿Recordará la hoja que cayó
relámpago o
cuchilla de segadora
sobre el cuello?
¿Será este ardor, la fiebre,
un eco de otro fuego todavía
subiendo desde mis pies?
¿Habrá esta estría devenido
de un giro más de manivela?
¿Qué llora el ojo?
¿Quién horada así el pecho?
¿Buscando qué?
¿Será este peso la roca
amarrada al tobillo
y este ahogo el del agua?
Entonces
¿Es el escalofrío
miniatura de muerte
y el hormigueo en la piel,
gusanos, en muestra gratis?
ANGELES Y FAUNOS
hombres pilosos con cara de faunos
hombres lampiños con cara de ángel
hombres que callan y asienten con la cabeza
hombres que vociferan y niegan con la cabeza
hombres de cara pilosa vociferando como faunos
hombres de cara lampiña callando como ángeles
hombres parados sobre sus dos pies encima de una cama
hombres acostados sobre su propio vómito debajo de una cama
hombres metiendo el dedo en la mujer que no desean encima
hombres que no pondrán un dedo sobre la mujer que desean debajo
hombres metidos en la cama con el dedo sobre la boca de una mujer
hombres sobre una mujer en la cama con el dedo metido en la boca
hombres faunos aparecen de súbito vociferando
hombres ángeles se desvanecen sin decir ni mus.
UNO DE MI
Arropada
en la comisura de tu boca
una linyera
despliega su sábana de diarios
si es de noche.
Se alimenta
de los besos que no das.
Tras ella tu silencio
es un perro
enredándose en sus trapos
y tus palabras
piedras
que los chicos arrojan
desde el puente
como si fueran flores.
SUPERTICIÓN
“(…)su madera era un talismán contra el ahogamiento(…)
la crueldad del fresno de que habla Gwion consiste
en lo nocivo de su sombra para la hierba o el grano.”
Robert Graves, La Diosa Blanca.
Antes que la marea anegue mi garganta,
entre tus dos costados se extiende
la piedad de la crucifixión.
Hermano fresno, pura superchería
me enrosca a tu tronco que estrangulo
recuperando antiguas formas.
El cuerpo condenado a arrastrarse
por la ambivalencia de la lengua
por la manzana insípida.
Sea tu sombra la que niegue
a la hierba crecer sobre mi mármol
y tu raíz, la soga que someta
mi peso al peso del mundo
y de los hombres.
Latrodectus mactans
Pinzar el extremo del hilo
con la garra.
Y tirar.
Así desmadejamos,
Penélope,
noche a noche
el camino a Ítaca.
Así vos
yo
nacidas de la misma
casta: tejedoras,
embaucamos al tiempo.
Arañas
de vientre condenado
donde a fuego la marca
del reloj.
Seda vertida
del sexo mudo
para trazar
(mandala
o laberinto)
el lecho nupcial
que nos abrace al consorte.
Túmulo
de ese eterno retorno.
I
No es sangre lo que riega mi músculo estos días
en que nada reclama la carne más que la tierra.
No sé gritar. El labio seco se tuerce como diciendo
Si entra por esa puerta
seguro no es agua lo que me dará de beber.
Su hueso emana un vapor tóxico. Un humo azul
quita el aliento.
Tan débil como ese caracol
sólo que mi fragilidad
no se ampara en belleza alguna.
Al menos si la luna saliera sería mi amiga
su blancura me lamería el rostro
su negra toga cedería los pezones ocultos
para que mamase su cachorra.
Afuera nadie reconoce mi nombre.
Lo prometo
cada vez haré menos ruido.
Soy un tubérculo.
Aquí y allá mi piel cruje y se rompe. Florece
en delicados filamentos. Anzuelos diminutos
me adhieren a este rincón de sombra.
Esto es a lo que llaman echar raíces.
Como si los zapatos siempre caminaran hasta la misma calle como un papel abollado que el viento insiste en meter en el garage como senderos que confluyen en la fuente de una plaza como bolitas de mercurio girando en un frasco como un colchón que se gastó como las leyes incuestionables de la física como la lluvia qu ...e se descuelga de las tejas y gota a gota por años cava su tumba en el jardín
BUZIOS
El pai arroja los buzios
sobre un mantelito de tafeta.
¿ El azar conduce la mano
determinando la trayectoria
de cada caracol?
¿O la Entidad
sobornada con un puñado de pochoclos
dispone de ellos
como el Capitán Howdy de la ouija?
¿O es el empeño subliminal
del consultante
el que conduce la mano el pay el caracol
en la inocencia de esperar que tengan
algún sentido oculto para comunicarle?
De los labios dudosos y por
demás pintados de mi abuela
supe de los primeros en llegar:
gitana de las cuevas ella.
El, contrabandista.
Rapto por medio
y un barquito a Brasil.
Después no sé por qué Morón,
el almacén. Jabón para lavar
el karma de esta familia venida
a convertir en polvo todo lo que flota.
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