Emilio Pérez Chaves
(Asunción, PARAGUAY 1950)
Poeta, narrador, dramaturgo, ensayista y crítico literario. Integrante de la llamada "promoción del 70" (grupo literario "Criterio"), miembro de la Academia Literaria del Colegio San José y redactor de La Estrella (vocero de dicha entidad), Emilio Pérez Chaves se desempeña como profesor de filosofía, relaciones internacionales y literatura hispanoamericana en diversos institutos universitarios de Asunción. Co-director de la revista Epoca (1968), miembro del consejo directivo de la revista Criterio, asesor cultural de la Federación Universitaria del Paraguay (FUP, 1968-1969) y del Teatro Popular de Vanguardia (TPV, 1968-1971), participa regularmente en jurados literarios. Ha publicado El fénix del recuerdo (1976), libro de poemas, y varios ensayos y narraciones en antologías, revistas y suplementos literarios nacionales y extranjeros. Algunos de sus textos han sido traducidos al inglés, francés, alemán y portugués. Tiene también varias obras inéditas.
PACTO DE CRISTAL Y SILENCIO
Te he buscado entre la vida y el recuerdo
desde la agonía del ser en la madrugada última
cuando era gris el jardín de la pena.
Ya estoy en ti
cuerpo de agua y de suspiros
paraíso que ayer desconocía
misterio descubierto a cada instante.
Nunca pude saber si lo has sabido
(vísperas del amor y del abismo)
pero sutil asombro al encontrarte
así como el deseo imaginaba
y con todas las letras de tu nombre.
Paloma de incienso y mármol
temblor, mirada, confidencia
huye bajo la niebla tu memoria.
Sin rumbo ni noticias
frente al eco del hastío
¿quién me devuelve tu voz tímida y breve
poema que pude haber escrito en el rocío
trébol casual en un cuaderno frágil?
Distraídos en el umbral del olvido
somos cántico y distancia
juegos, éxtasis, magia.
El tiempo indescifrable
ronda los signos del desvelo:
perdidas en aquel rostro de paisaje lento y triste
cuántas palabras te esperan.
(De: EL FÉNIX DEL RECUERDO, 1976)
PARAISO DEL ALBA
Porque nuestras manos curiosas
tanto se han buscado
entre las horas vacías de la ausencia
cuando te doy mis caricias
tú me devuelves mis sueños.
Porque si frente al espejo de la aurora
te desnudas
tú me pides la luz
y yo te doy el fuego
tú me ofreces el mar
yo te regalo el cielo.
Porque eres mi brújula y destino
porque contigo el amor vence al olvido
por todas las ideas compartidas
que dan rumbo, signo y vida nueva
por todo lo que tú y yo
muy bien sabemos
he decidido
nunca regresar
al asedio de fechas, situaciones y lugares
donde no eras aún el aire que respiro
la música que canto
la única palabra que no digo
y que te nombra.
(De: PUNTO MARGINAL.
REVISTA DE CULTURA Y POLÍTICA, ABRIL-MAYO 1994)
ALQUIMIA INMÓVIL DEL ENTONCES A HOY
Plantado bajo la yacente noche que en su maraca es día
ciñéndole su ausencia las alas del infinito perdido entre los átomos
meditando en el vacío con el fulgor de su luz negra deshabitado de sí mismo
retorcido en las semillas donde aletean sueños rotos en la fragua de los años
suda quietos rictus lúgubres del que nada obtuvo en tierras marchitas
rodando en el diámetro de asfixias
y baúles con estalactitas de diéresis que vuelcan siglos y anulan meridianos
la arena le venda su voz cautiva, errátil eco lejano sin sabor...
Inaugura los tanto tiempo lacrados brazos de la memoria
su voluntad espera y le sangra poesía...
Es el hombre de los vegetales peces caleidoscópicos
el que sepulta la orilla donde zarpa la luna con sus candentes sótanos deshojados
el que incrusta los pálidos secretos gorjeantes en las grutas
el que rasgó varias veces el áspero rostro del aire
el que interrumpe los neutros apellidos de las hojas
y el que ignora cómo mitigar el gemir de las atalayas submarinas...
ese mismo hombre austral, silente y breve ha cruzado delante de mis horas
royendo estrellas donde resbalan el amanecer y el mar de insectos mágicos
idos en silencio y no vuelven a ser.
Otro no pudo estar en su lóbrega heráldica frumentaria
recostado en el anverso de los táctiles idiomas degollados
ni en lo más desolado, profundo y alto de su nada
mientras se licuaba la música donde dentro pareció que residía.
Alguien tuvo que ser y ha sido quien donaba la insondable caracola ancestral
ese oráculo susurrante de cuando se estanca el olvido cuando el amor
y donde logran naufragar las cosas diferentes a la esperanza abierta:
bajo todo ella palpita y sus nebulosos jinetes otra vez la distribuyen.
Esperanza fue lo llevado por él al venir vendo a exactos puertos desvelados.
Lo he vislumbrado a través de sus ojos, humilde coraza desde donde brincan
perpetuos clavos y arlequines eléctricos
Lo he sentido a través de sus dedos extensos y levadizos como las fronteras
sordos imanes aprehensores de senderos, curiosas manecillas que desvían relámpagos.
Los aspiré y sólo era una colmena pululante de diurnas cenizas futuras
una sombra que burbujeaba enigmas un blanco viento grande transfusor
de pergaminos y sextantes
Tibias flores antiguas guíñanle su doloroso doliente dolido cauce inextinguible
trazado luego de tantos letárgicos calendarios entornando la memoria
sobre su blanda medalla húmeda de arrastrar el sur
Eternamente viaja a lo que jamás vio
nadie sabe algo y no se ha dicho todo...
Héme aquí tan pretérito como el mundo
Hoy que, ambiguo y sonámbulo, nunca encontraré mi contorno
y hermano de la soledad y la nostalgia, yo soy aquel a quien busco
quizás el mismo que antes era
Siento como inmóvil me inclino sobre mí mismo, a veces
Voy vestido de angustia con un tatuaje en mi sangre y ya no me conozco.
Hoy cuando la incógnita carta oblicua encuentre las manos del tiempo
tampoco yo existo y sin embargo murmuro:
Antaño fue ... recuerdo ahora.
En: Criterio N° 5, abril 1968.
LABERINTO DE UNA MEMORIA QUE ES LA SOMBRA
En un sitio que se llama "nunca"
y después "nadie"
alguien descubre el mundo
como libro de claves casi perdidas
meditando
cuál será el nombre de ese rostro
cuyo perfil ha visto tantas veces
en lugares aún no conocidos.
Allí iluminan tenues danzas de sabiduría y del enigma
bajo un cisne de marfil y jade.
Pétalos de luz y nieve
sueñan siglos
más allá de cualquier galaxia, flecha o red
donde el eclipse sumerge al vacío
cae el cielo a la nada
eco hacia el infinito.
La realidad es el misterio
(vértigo inmóvil)
cuando la marea se vuelve talismán o códice
donde arúspices, mutantes, heresiarcas
insinúan la magia de los signos
bajo estatuas de uranio y aquelarre.
Esfera de alegorías
ideogramas, tapices
pirámides, elixires
altitud incesante
toda imagen florece.
Sorpresa en la mirada del éxtasis:
aun los seres son el tiempo
y el destino les asedia en cada brújula
porque han tenido sólo un cuerpo y tantas vidas.
En: El fénix del recuerdo. Edic. Criterio.
CÁNTICO Y BANDERAS
Homenaje al valor y testimonio en la gesta cívica
de Jóvenes por la Democracia
y a los mártires de la libertad
en la Plaza del Congreso.
Como antorcha de sueños e ideales
como faro que guía al navegante
están allí
de pie y de frente:
son ellos
en el urgente desafío del frente
en el combate por la paz
con dignidad como único escudo y fortaleza.
Ellos son
en presencia y multitud
en alto ejemplo de cántico y banderas
y ya todos nosotros somos ellos.
Así coinciden el tiempo y el destino
para señalar al final del laberinto
el infinito horizonte de la aurora.
Sobre ruinas de tinieblas y agonía
la vida como la luz
siempre renace
para derrotar a los espectros de la infamia
a los sicarios del miedo y de la escoria.
Entonces, resulta necesario y transparente
reconocer con esperanza, júbilo, triunfo
esa verdad que la historia jamás ha desmentido:
El coraje es siempre joven
generoso, noble, puro, solidario
y toda sangre que fluye
en busca de justicia
es primero semilla
y luego estrella.
En: Última Hora. Umbral de palabras.
Asunción. marzo de 1999.
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