FABIO PUSTERLA
Poeta, narrador, crítico y traductor, Fabio Pusterla (Mendrisio, SUIZA 1957) está reconocido no sólo como uno de los más importantes escritores suizos de la actualidad, sino también como uno de los nombres más destacados de la literatura en lengua italiana de las últimas décadas. Iniciada en 1985 con Concessione all’inverno, al que seguiría en 1989 Bocksten, la obra de Fabio Pusterla se compone de una decena de libros, algunos de los cuales han sido traducidos al francés, al alemán y al serbio. Además de alguna entrega narrativa y ensayística, la labor literaria de Pusterla tiene otro de sus frentes principales en la traducción. En este campo hay que destacar la atención que le ha prestado al gran poeta suizo de lengua francesa Philippe Jaccottet, de quien ha traducido numerosas obras; también son conocidas sus versiones de Yves Bonnefoy, Nicolas Bouvier, Maurice Chappaz, Eugénio de Andrade, Nuno Júdice y Corinna Bille.
Si hubiera sido un artesano de la madera
habría tallado un dragón terrible.
Y algunos habrían dicho «este dragón
nunca se ha visto en la tierra ni en el mar,
es una injuria, un insulto, una blasfemia,
llevas en tu interior un lago de gusanos».
Y otros, ofendidos, «artesano
tu arte no divierte sino angustia,
exagera lo que existe pero es menor
que lo que tú nos muestras con engaño».
Si hubiera sido un artesano de la madera
habríais sido de cualquier modo implacables.
Aquí estoy, en la oscuridad,
y está lejos
el trote de los caballos, el paso
de cuerpos y luces y contornos sobre el agua.
Lejos el fuego, las voces.
Aquí estoy, en la turba.
O quizás debiera decir
que soy yo el lejano
trotar de los caballos, yo el paso
de humanos en la nieve, de barcas tambaleantes sobre las olas.
Lo que queda del fuego, de las voces.
Gota en la caverna, musgo
sobre la roca. Rastro, grafito,
imagen descolorida
Y era solo agua, y recuadros de tierra:
agua plana, solo a trechos encrespada
por lejanísimos mitos, aventuras,
y tierra oscura, corteza
profunda, dura,
con algo pulsante por debajo,
quizás maloliente, quizás no.
Algunos han elegido el mar, su balanceo.
Otros cultivan centeno, raíces,
y bailan por la noche en torno a las hogueras.
Yo excavo, excavo, sin saber por qué.
Traducción de Rafael-José Díaz
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