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jueves, 10 de febrero de 2011

3159.- ZAZIL ALAÍDE COLLINS


ZAZIL ALAÍDE COLLINS (Ciudad de México, 1984). Autora del libro Junkie de nada (Lenguaraz, 2009) y del poemario inédito Valva maresia, entre otros proyectos. Es guionista y locutora de radio. Ha publicado artículos, crónicas y poemas en El Universal, Metapolítica, Tierra Adentro, entre otros medios impresos y electrónicos. Dos de sus más recientes ensayos están compilados en Deniz y mansalva y La conciencia imprescindible. Ensayos sobre Carlos Monsiváis, del Fondo Editorial Tierra Adentro, Conaculta.









TUMBLING

La fiera bonza
se me lanza con colmillos de alcanfor.
Toma mis manos.
Amanece
con la tonada callejera
de una añorada ninfómana
que levanta
el anhelo de la paloma
temblorosa
por su canción infantil.
Heme, bajo el búnker
con un desdén de fantasías.
Soledad de lupanar.
Y por el tracto, la nausea en brasas.
Bajo el brassiere, la tentación del mordisco
de un guillotinado san Martín de Porres
o un lechero en engorda
en los pechos de la poliandria;
las mieles de la gesta,
en la imaginación del retraso,
en la espera y el rechazo
de una vida.
Mi vientre se acomoda.
Impávido y ufano
quiere parir en la nausea.
No,
que no.
No al filo del acantilado
del cronotopo sin hambre;
de frente a frente al oficio
por sexo no amor primero
en la tripa, vámonos
antes de preferir el escozor,
lo movedizo del cielo que miramos,
desde los estambres,
degustando la sutil ventisca
al pronunciar los soplos.
Somos el germen del no
o el éxito de todos los fracasos.
—No llores, Ángel González—
Vámonos, vámonos, como putillos, al diablo.
Cojamos entre las piernas
lo que deba sostenerse,
con el ahínco,
en el acorde
y sus veintiún consonantes.









LA AMIBA EN MI CORAZÓN

Si un día las piedras te hablan,
emprende un camino de agua conmigo.

Uh-mee-buh piensa en las pausas.
Uh-mee-buh cuenta los trazos antes de dormir.
Uh-mee-buh quiere atravesar los puntos suspensivos.
Uh-mee-buh es la coma de luz en el Templo.
Uh-mee-buh son las voces congregadas, los lunares del sí.
Uh-mee-buh es el estigma a la derecha del punto final.
Uh-mee-buh es la agrafía en muslo de agua.
Uh-mee-buh, palimpsesto de los cirros de la Araña.
Uh-mee-buh, silencio magro, tinta lacia.








MONÓLOGO DE AMAZONA

a la partida de Thomas Cavendish con Leucótea
Cavendish prometió volver.

A babor y estribor,
sostenidos por obenques
y amantillos,
vamos a construir una nave
a la que no pueda sajársele el mascarón.
Amazona perdió la razón.
Inmolé al cimarrón
en honor a las gigantas
de las múrices cuevas del Ado.
Desnuda, en la tierra del cristal,
dormí en el gamellón del moro,
Cavendish no retornó.
Arrojemos la brújula al mar,
que se pierda en la panza de la ballena
cuando el sol tramonte;
mientras, aireemos la guerra
que sorbe a las gigantas.
Amazona sola.
En el arcón de mi ósculo demente
se vislumbra el himeneo
ante el que nombro al que bien quiero,
si lo añoro,
las olas me prometen verlo volver.
Amazona aguarda en un muelle de Cabo Pulmo.










YO PIEDRA

26°10’05.57’’N 111°32’56.28’’O

Un nardo compañero tengo,
cuatro espinas de cacto;
un tallo polvoriento
de biznaga en el bolsillo.

Piel de damiana tengo,
un invierno ilusionado;
centro de esporas dentro
del pecho de este sereno.

Zumo en los puños tengo,
carrizo en alforja;
una pitahaya peregrina

que, aunque espinada, cae
a la misión en ruinas
de mi Vigge Biaundó.









CONCHA CHOCOLATA

Vístete de carey y coral
arrecife de estrellas marinas,
la caracola cantá la despedida,
el mar le arrancá a mi
concha chocolata su perfume
de alga.

Mi concha chocolata
suda color perla,
se llena de espuma
con cada atardecer,
mareas bravas de verdesflores.
Mi concha chocolata
hierve leche en las madrugadas,
humea a las seis de la mañana,
se abre con el sonido de mis dedos.
Tu mirada,
sombra pendular
mareabrava,
me ahoga como
lo hace la saliva
que tragamos en
el beso sepulcral,
gorgojo arenal
que traspasa poroslluviosos,
remorita grácil,
chulada babosa,
la caricia de tus ojos
embebe el sudor
perla de mi piel,
tal vez la luz de puerto
encienda tu faro
e irradie a las conchasmadre,
tal vez la mano en el sexo
guarde tu frágil vaso,
pero el péndulo chilla
cada hora,
pero el péndulo silba
sin cesar.


[http://sol-negro.blogspot.com/2010/08/cinco-poetas-actuales-mexicanas.html]






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