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jueves, 2 de diciembre de 2010

2430.- LUCIAN BLAGA


Lucian Blaga (1895-1961) fue un poeta, dramaturgo y filósofo rumano. Es considerado uno de los grandes poetas rumanos del siglo XX (identificándose como estilo con el expresionismo) y es el primer filósofo rumano que desarrolló un sistema. Aplicó sus teorías filosóficas en varias poesías, especialmente el "conocimiento luciferico" (opuesto al conocimiento racional, científico, que representa la luz, la claridad y que de esta manera destruye los misterios del universo). Fue elegido miembro de la Academia Rumana en 1936 y en 1956 fue nominado por la Academia Sueca para recibir el premio Nobel de Literatura.
En el 9 de mayo de 1895 Lucian Blaga nace en Lancrăm, un pueblo de la región de Alba, en Transilvania (entonces parte del Imperio austrohúngaro). Fue hijo de un sacerdote ortodoxo con preocupaciones culturales, su madre proviniendo también de una familia de tradición eclesiástica. Como alumno, fue primero de su clase en la escuela alemana de Sebeş, ciudad situada relativamente cerca de su pueblo natal. En este período conoce la vida de los campesinos rumanos y paisajes montañosos, que dejan en su espíritu una huella observable en su obra.
En el colegio "Andrei Şaguna" de Braşov, sigue siendo un alumno notable, aunque la separación de su familia acentúa su tendencia a la introversión y su gran sensibilidad. Su salud está constantemente en peligro (mejorará con el tiempo) y por tanto Blaga contempla el problema de la muerte desde muy joven. En toda su obra se observa un amor, un deseo inmenso de vivir, mientras que su vida solitaria lo lleva a profundizar sus lecturas de literatura y filosofía. Viaja a Italia y Austria en interés de estudio y en 1917 es admitido en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Viena.
Estudia filosofía y, como asignatura secundaria, biología. También va con frecuencia a los cursos de historia del arte y estética. El 1 de diciembre de 1918 participa a la Gran Asamblea Nacional que votó la unión de Transilvania con Rumania. En 1919 hace su debut editorial como poeta y filósofo y en 1920 consigue el título de doctor en filosofía con su tesis "Kultur und Erkenntnis" ("Cultura y conocimiento"). Los años universitarios también son los años del gran amor para Cornelia Brediceanu y en 1920 los dos se casan.
Entre 1920 y 1924 vive en Cluj, activando en dominios como poesía, filosofía y periodismo, colaborando en varias revistas literarias. Recibe un premio de la Academia Rumana para "Poemele luminii" ("Los poemas de la luz"), su primer volumen de poesías y para "Pietre pentru templul meu" ("Piedras para mi templo"), colección de aforismos.
En 1924 publica un nuevo volumen de poesías, "In marea trecere" ("En la gran transición") y tiene lugar el estreno de su obra de teatro "Zamolxis" en el teatro húngaro de Cluj. También colabora en el periódico checo "Prager Presse" con artículos sobre la vida cultural de Rumanía.
En 1925 publica sus obras de teatro "Daria" y "Fapta" ("La hazaña") y los volúmenes de ensayos filosóficos "Fenomenul originar" ("El fenómeno originario") y "Feţele unui veac" ("Las caras de un siglo").
En 1926 colabora en la revista "Banatul" de Timisoara y en "Universul literar" y publica la colección de artículos "Ferestre colorate" ("Ventanas coloreadas"). Es nombrado agregado de prensa en la legación rumana de Varsovia y colabora en periódicos polacos.
En 1927 Blaga es trasladado a la legación rumana de Praga (el año siguiente será trasladado a Berna, donde permanecerá, como agregado y después como secretario de prensa, hasta 1932). Es publicado "Meşterul Manole"("El Maestro Manole"), una reinterpretación de "Monastirea Argeşului", una obra maestra del folclore rumano. El estreno es en 1929, en el Teatro Nacional de Bucarest. También es representado en el Teatro Municipal de Berna. En el mismo año publica su volumen de versos "Lauda somnului" ("Elegio del sueño").
En 1930 es publicado el estudio filosófico "Daimonion" y la obra de teatro "Cruciada copiilor" ("La cruzada de los niños"), cuyo estreno es en el Teatro Nacional de Cluj, en el 16 de abril. Nace la hija del poeta, Dorli.
En 1931 publica "Eonul dogmatic" ("El eón dogmático"), la primera parte de "Trilogia cunoaşterii" ("La trilogía del conocimiento"), parte de su sistema filosófico. Entre 1932 y 1937 regresa a Viena como secretario de prensa y después consejero de la legación rumana.
En 1933 son publicadas "La cumpăna apelor" ("Al equilibrio de las aguas") y la segunda parte de "La trilogía del conocimiento", "Cunoaşterea luciferică" ("El conocimiento luciferico")
En 1934 termina su trilogía, publicando "Cenzura transcendentă" ("La censura trascendente") y publica la obra de teatro "Avram Iancu". "El Maestro Manole" es representado en el idioma polaco en Leópolis.
En 1935 es el estreno de su drama "Avram Iancu" en el Teatro Nacional de Cluj (1 de febrero) y en el Teatro Nacional de Bucarest (15 de septiembre). Blaga recibe "El Gran Premio Hamangiu" de la Academia Rumana.
En 1936 aparecen (en enero y diciembre) los primeros dos volúmenes de "Trilogia culturii" ("La trilogía de la cultura") : "Orizont şi stil" ("Horizonte y estilo") y "Spaţiul mioritic" ("El espacio mioritico", referencia al lugar del poema popular "Mioriţa" en la cultura rumana). Blaga es elegido miembro activo de la Academia rumana.
En 1937 Blaga presenta su discurso de acceptación en la Academia : "Elogiul satului românesc" ("Elogio del pueblo rumano"), ligado a una afirmación que hace en una de sus poesías : "Yo creo que la eternidad nació en el pueblo". Es transferado en la legación rumana de Berna. Termina "La trilogía de la cultura" con "Geneza metaforei" ("La génesis de la metáfora") y "Sensul culturii" ("El sentido de la cultura").
En 1938 es publicado su volumen de poesías "La curţile dorului" ("A las cortes de la añoranza") y es nombrado profesor de filosofía de la cultura en Cluj. En 1939 es publicado el volumen "Artǎ şi valoare" ("Arte y valor"), que será integrado en "La trilogía de los valores". Concluye su carrera diplomática y Blaga permanece profesor en la Universidad de Cluj.
En 1940, después del Dictado de Viena, Blaga se muda a Sibiu, donde funciona temporalmente la Universidad de Cluj. Publica "Diferenţialele divine" ("Las diferenciales divinas", el primer volumen de "Trilogia cosmologică" ("La trilogía cosmológica").
En 1941 es publicado el volumen "Despre gândirea magică" ("Sobre el pensamiento mágico"), perteneciente a "La trilogía de los valores". En 1942 presenta conferencias en las universidades de Viena y Praga. Son publicadas la edición definitiva de la obra poética de Blaga, "Poezii" ("Poesías") y de la obra dramática. "La trilogía de los valores" es continuada con los volúmenes "Ştiinţă si creaţie" ("Ciencia y creación") y "Religie si spirit" ("Religión y espíritu").
En 1943 publica su volumen de poesías "Nebănuitele trepte" ("Los escalones insospechados") y en 1944 su obra de teatro "Arca lui Noe" ("El arca de Noé").
En 1945 es publicada una colección de aforismos, "Discobolul" ("El discóbolo"). Escribe la obra de teatro "Anton Pann". Es publicado en Helsinki un volumen de poesías de Blaga, bajo el título "Aura ja huilu". Es la primera publicación de poesías de Blaga en otro idioma.
Entre 1945 y 1948 Blaga presenta en Cluj conferencias públicas acerca de personalidades como Dimitrie Cantemir, Nicolae Titulescu o Maxim Gorki.
En 1946 Blaga regresa a Cluj, después de una ausencia de 6 años. Termina "Hronicul şi cântecul vârstelor" ("La crónica y la canción de las edades"), obra que había empezado en 1945. Se publica "La trilogía de los valores", mientras que "Horizonte y estilo" es traducido en italiano y publicado en Milán.
En 1948 publica la segunda parte de "La trilogía cosmológica", "Aspecte antropologice" ("Aspectos antropológicos") y en 1949 es nombrado profesor en el Instituto de Historia y Filosofía de Cluj.
Entre 1949 y 1953 elabora su estudio sobre "El experimento y el espíritu matemático", desarrollando ideas y temas que había planteado en "Ciencia y creación".
En 1950 escribe un libro intitulado "Los pensadores rumanos en la Transilvania del siglo XVIII", que aparecerá después de su muerte. Empieza a traducir "Fausto" de Goethe, poeta y pensador para el cual Blaga sentía una gran admiración.
En 1951 es nombrado bibliotecario-jefe de la Biblioteca de la Academia de Cluj, una filial de la Biblioteca académica. Entre 1954 y 1958 trabaja en varias traducciones y artículos para la revista Steaua. En 1958 llegan a la imprenta dos volúmenes de las "Obras" de Lessing, en la versión de Blaga.
En el 6 de mayo de 1961 muere Lucian Blaga y es enterrado en Lancrăm.
Poesía
"Los poemas de la luz" (1919)
"Los pasos del profeta" (1921)
"En la gran transición" (1924)
"Elogio al sueño" (1929)
"Al equilibrio de las aguas" (1933)
"A las cortes de la añoranza" (1938)
"Poesías" (1943)
"Poesías" (1962)
[editar]Teatro
"Zamolxe" (1921)
"El enturbamiento de las aguas" (1923)
"Daria" (1925)
"La hazaña" (1925)
"La resurrección" (1925)
"El maestro Manole" (1927)
"La cruzada de los niños" (1930)
"Avram Iancu" (1934)
[editar]Filosofía y ensayística
"Piedras para mi templo" (1919)
"Cultura y conocimiento" (1922)
"La filosofía del estilo" (1924)
"Las caras de un siglo" (1925)
"Ventanas coloreadas" (1926)
"El eón dogmático" (1931)
"El conocimiento luciferico" (1933)
"Horizonte y estilo" (1936)
"El espacio mioritico" (1936)
"La génesis de la metáfora y el sentido de la cultura" (1937)
"Arte y valor" (1939)
"Sobre el pensamiento mágico" (1941)
"Religión y espíritu" (1942)
"Ciencia y creación" (1942)
"La trilogía del conocimiento" (1943)
"La trilogía de la cultura" (1944)
"El discóbolo" (1945)
"La trilogía de los valores" (1946)
"La crónica y la canción de las edades" (1946)

PRESENTACIÓN DEL TRADUCTOR DARÍO NOVÂCEANU


Las palabras del traductor suelen ser disculpas redondas, alafias y/o explicaciones encadenas dentro de un sistema defensivo propio para encaminar de cierto modo la opinión del lector. Yo no acostumbro juzgarme a mí mismo: tengo aversión por la alabanza disfrazada de crítica —esa ciencia tan aguda y justa como subjetiva e inexacta — y es por esto que no voy a decir cómo traduje los poemas que siguen, sino por qué los traduje.


La traducción de estos poemas la realicé porque son de Lucian Blaga, y porque Lucian Blaga es (yo no tengo duda de ello) uno de los más grandes poetas europeos de la primera mitad del siglo xx. Los traduje porque Lucian Blaga es prácticamente desconocido fuera de las tierras rumanas, y porque alguien tenía que empezar, y como nadie lo hacía, lo hice yo.


Ese gran desconocimiento o ignorancia (y no ignorancia rumana) no es, de algún modo, culpa de nadie: por haberse afirmado tarde, como toda nuestra cultura, la poesía rumana nunca se preocupó por el reconocimiento ajeno. Una muy directa y siempre eficaz comunicación con su ambiente, con el espíritu del pueblo rumano, fue y sigue siendo la máxima aspiración de la poesía rumana. Lucian Blaga (1895-1961) tenía que cumplir con esta exigencia, y puedo decir que lo ha cumplido como nadie: filósofo y biólogo graduado por la Universidad de Viena, hubiera podido traducirse a sí mismo por lo menos en cinco idiomas europeos que dominaba a la perfección y no lo hizo. En cambio, tradujo al rumano una cantidad impresionante de poesía, sobre todo francesa, alemana —suya es la mejor versión del Fausto—, italiana, inglesa y portuguesa. Y nos ha dejado su gran poesía —más de 15 libros—, su teatro —un teatro lleno de leyendas y mitos— y una obra filosófica sin par: tres grandes trilogías —del conocimiento, de los valores y de la cultura— además de sus trabajos científicos.


Desde luego, no es éste el lugar, ni el momento oportuno, para hablar de toda esta obra. Además, mi intención es dejar opinar al lector. Descubrirá dentro de estos poemas una extraña espontaneidad mitológica, un alto vivir sensible tanto al misterio como a la realidad inmediata, un espacio poético vertical descifrable en todo su discurso. Descubrirá también una lágrima antigua, una voz plañidera, una fábula, las huellas de un villancico, una estrella vagabunda por cielos inexistentes. Todo esto representa el universo poético de Lucian Blaga. Para ponerlo en movimiento, Blaga hará uso de todos los instrumentos estéticos posibles, pero sobre todo de la metáfora, de una manera muy suya en cuanto al dominio de la palabra: una manera dentro de la cual se pierde la rigidez socrática y gana la fluidez propia de la vida misma.
¡Ojalá que el lector, al descubrir esta poesía, tenga la misma emoción que yo al descubrir la antigua hermosura de Palenque!

DARÍO NOVÂCEANU



PARA LOS LECTORES

Allá está mi casa. Más allá es sol y el huerto con colmenas.
Vosotros pasáis por el camino, miráis por entre las rejas
y esperáis a que os hable. ¿Cómo empezar?
Creedme, creedme,
se podría hablar sobre cualquier cosa cuanto se quisiera:
sobre el destino y sobre la serpiente del bien,
sobre los arcángeles que surcan con su arado
los jardines del hombre,
sobre el cielo hacia el cual crecemos,
sobre el odio y la caída, sobre tristezas y crucificaciones
y más que nada sobre el gran correr.
Pero las palabras son las lágrimas
de los que quisieron llorar y no pudieron.
son tan amargas todas las palabras,
por esto, dejadme
pasear mudo entre vosotros,
salir a la calle con los ojos cerrados.




YO NO APLASTO LA COROLA DE MILAGROS DEL MUNDO

Yo no aplasto la corola de milagros del mundo
ni extermino
con la inteligencia los enigmas que encuentro
en mi senda,
en las flores, en los ojos, sobre labios o tumbas.
La luz de los otros
ahoga el hechizo de lo desconocido que se esconde
en las profundidades de la oscuridad,
pero yo,
yo con mi luz aumento el misterio del mundo.
Así como la luna con sus blancos rayos
no disminuye, sino, temblorosa,
aumenta más el secreto de la noche,
así enriquezco yo también el oscuro horizonte
con altas flores de sagrado misterio
y todo lo que es incomprensible
cambia en misterio más grande todavía
bajo mis ojos,
porque yo amo
flores y ojos y labios y tumbas.







EL ROBLE

En la clara distancia siento desde el pecho de una torre
cómo suena el corazón de una campana,
y en los dulces sonidos
se me antoja
que gotas de silencio y no de sangre
son las que corren por mis venas.

¿Por qué, oh roble, en el umbral de la selva,
cuando a tu sombra me acojo
y me acaricias tus trémulas hojas,
por qué me vence con sus alas frágiles
tanta paz?
Imposible saberlo. Tal vez con tu tronco
muy pronto han de hacer mi ataúd.
Y es quizá el silencio que me espera
dentro de mi ataúd el que ahora siento.
Gotea e mi alma desde tus hojas
y mudo
escucho crecer en tu tronco el ataúd.
Mi ataúd
creciendo en ti a cada instante que pasa,
oh roble en el umbral de la selva…







DE TU CABELLO

La sabiduría de un mago me contó una vez
algo de un velo que no pueden traspasar las miradas,
telaraña que esconde al ser en todas sus partes
impidiéndonos ver lo que es real.

Ahora, cuando me oscureces las mejillas y los ojos
con tu cabello
desmayado por sus ricas olas negras,
estoy soñando que el velo, el que transforma
en misterio
todo lo ancho del mundo, está tejido
de tu cabello,
y grito,
y grito,
y por primera vez siento
todo el hechizo que me dijo el mago.






ORILLA DEL MAR

Viñas rojas,
viñas verdes ahogan las casas bajo salvajes tallos
poderosos, como pólipos
que apretasen en sus brazos una víctima.
El sol saliendo limpia de sangre en el mar
las lanzas con que mató rápido a la noche
como una fiera.
Yo
me quedo en la orilla -mi alma está lejos de su
casa.
Se ha perdido por un sendero sin fin y no encuentra
el camino para volver.





SILENCIO

Tanto silencio me rodea que me parece oír
el choque de los rayos de la luna en la ventana.

Una voz ajena despierta dentro de mi alma
y una canción canta
un ansia que no es mía.

Se dice que los antepasados muertos antes del tiempo
con la sangre aún joven en las venas,
con grandes deseos en la sangre,
con mucho sol en los deseos,
vuelven,
vuelven para vivir todavía un poco más
dentro de nosotros
la vida que dejaron de vivir.

Tanta quietud me rodea que me parece oír
el choque de los rayos de la luna en la ventana.

Ay, quién sabrá, alma mía, dentro de qué pecho
cantarás tú más allá de los siglos,
en las dulces cuerdas del silencio
en arpas de tiniebla, tus ahogados anhelos
y tu vencida alegría de la vida.
¿Quién lo sabrá, quién?




BELLAS MANOS

Presiento:
bellas manos, como abrazáis ahora
con vuestro color mi frente llena de sueños,
así también abrazaréis un día
la urna con mis cenizas.

Sueño:
bellas manos, cuando calientes labios soplen
en el viento mis cenizas,
las que tendréis en las manos como un cáliz sin asas,
seréis como unas flores
desde las cuales la brisa derrama el polen.

Y lloro:
seréis aún jóvenes entonces, bellas manos.






LA MILAGROSA SEMILLA

Sonriendo, con dulces palabras me imploras
que te busque esas semillas por tantos codiciadas
que germinan en el hermoso huerto de la Utopía
a cuyo alrededor relámpagos fecundos
juegan iluminando las apacibles linfas.

Iré dejando a un lado la ciudad rumorosa,
y con pasos más firmes
que aquellos que me llevan bajo floridos arcos,
caminaré por los mercados de la primavera
en busca de los vendedores de semillas.
Tú has adivinado mi natural predilección,
mi amor profundo
por todo lo que nace en la tierra de mi patria,
todo lo que en sus fuentes se multiplica y crece.
Tú has adivinado cómo me maravilla
contemplar la creación aún oculta en el grano,
ese pequeño dios que espera caer
en los surcos de marzo.

He visto en ocasiones la milagrosa semilla
que guarda en su interior los supremos poderes.
No hay nada extraordinario en su apariencia,
pero su estirpe me inclina a suponer
que es ella la semilla que me pides.
Luminosos son siempre los colores que muestra,
verdaderos tesoros, en los sacos abiertos.
Pueden los granos ser imaginados: amarillos
o rojos y verdes y sepias y dorados.
Puros en ocasiones, otras veces mezclados.

Semejantes colores, tan nítidos y frescos,
sólo en los escudos de armas de algún país
se encuentran, y en los huevos de los pájaros.

Si llevas la joven semilla en las manos,
te parecerá oír el sonido de la sedosa arena
en las riberas de los mares orientales.

Cuando era niño, me gustaba meterme desnudo
en las barricadas llenas de trigo,
hundido hasta la boca en los granos de oro.
Sentía entonces en los hombros como el peso de un río.
Y ahora, cuando han pasado tantos años
y veo alguna vez los sacos de semillas,
apenas puedo dominar el deseo
de frotarlos contra mi rostro.
Sólo me detiene el temor
de despertar a las deidades solares,
soñadoras, firmes y dóciles.

¡Benditas sean las semillas de hoy y de siempre!
El pensamiento de un verano cálido
y un alto cielo de luz violeta y pura
se esconden en ellas mientras dormitan.
Un dulce crujido de campo y mediodía
palpita en el sueño de las semillas,
un siglo que transcurre,
un pueblo de hondas frondas
y un rumor de estirpe que canta.





LAS LÁGRIMAS

Cuando echado del nido de la eternidad,
el primer hombre
pasaba asombrado y pensativo por los bosques
y campos,
le apenaban
la luz, las nubes, el horizonte –y de cualquier flor
le punzaba un recuerdo del paraíso.
Y el primer hombre, el errante, no sabía llorar.
Una vez, agotado por el azul tan claro
de la primavera,
con alma de niño el primer hombre
cayó de cara al polvo:
“Padre, arráncame los ojos
o si te es posible fabrica sobre ellos
una telaraña, una mortaja,
para que no vea más
ni flor, ni cielo, ni sonrisa de Eva, ni las nubes,
porque toda esa luz me duele”.

Entonces, El Piadoso, en un instante de misericordia
le dio las lágrimas.






EVA

Cuando la serpiente tendió a Eva la manzana,
le habló con una voz que tintineaba
entre las hojas como una campanilla de plata.
Pero sucedió que después una voz más baja aún
le dijo algo al oído
muy bajo, muy bajo,
algo que no está en las Santas Escrituras.

Ni Dios mismo pudo oírlo
aunque escuchara.
Y Eva no quiso decirlo a nadie,
ni a Adán.

Desde entonces la mujer esconde bajo los párpados
un misterio,
y mueve sus pestañas como si dijera
que sabe algo
que nosotros no sabremos jamás,
lo que nadie sabe,
ni Dios mismo.






MELANCOLÍA

Un errabundo viento borra sus lágrimas frías
en los cristales. Llueve.
Inquietantes tristezas me llegan, pero todo
el dolor que siento no lo siento en mí,
en el corazón,
en el pecho,
sino en las gotas pasajeras de la lluvia.
Injertado a mi ser el inmenso mundo
con su otoño y su crepúsculo
me duele como una llaga.
Hacia las peñas pasan las nubes de rebosantes ubres.
Y llueve.





LA CUNA

Estaba cansado
y sufría.
Creo que sufría de tanta alma.

En las colinas del amanecer abría los párpados
y los ojos rojizos por el insomnio.

Perdido me pregunté:
Sol,
¿cómo sientes aún la loca alegría
de levantarte?

Y en aquella mañana sin sueño,
como andaba con pasos de plomo
en un rincón oscuro encontré una cuna.
Las arañas tejían dentro sus pequeños mundos
y las carcomas molían el silencio.
Las miré con el pensamiento muy abierto.
Era la cuna
en la cual una mano envejecida hoy por mi destino
me arrulló
el primer dormir y tal vez el primer sueño.
Con los dedos del recuerdo
me palpé
lenta,
despaciosamente,
el pasado, como un ciego,
y saber por qué,
me desplomé interiormente
y entre sollozos
empecé a llorar sobre mi cuna.

Estaba cansado de primavera,
rosas, juventud y risas.
Delirando me buscaba en la vieja cuna
con las manos a mí mismo
como un niño.




AUTORRETRATO

Lucian Blaga está mudo como un cisne.
En su país
la nieve del cuerpo ocupa el sitio de la palabra.
Su alma está buscando,
en muda, secular búsqueda,
la de siempre,
hasta los últimos confines.

Está buscando el agua que se traga el arco iris.
Está buscando el agua
en la cual el arco iris se traga su hermosura
y su inexistencia.




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