LÍDICE ALEMÁN
Nació en Santiago de Cuba (1963). Poeta. Residió en Ciego de Ávila, Cuba, en la Unión Soviética y actualmente radica en los Estados Unidos. Ha colaborado con la revista Del Caribe. Fue miembro del Taller Literario Provincial de Ciego de Ávila “Ángel Lázaro Sánchez”. Ha obtenido Gran Premio Festival Provincial de trabajadores aficionados 2000; Premio Encuentro Debate Taller Municipal 2000, 2001 y 2002; Premio Encuentro Debate Taller Provincial 2000 y 2002; 1ra. Mención Encuentro Debate Taller Provincial 2001; 1ra. Mención y Mención Concurso provincial de Poesía de Amor 2000 y 2001; Mención Concurso Águila de la Trocha 2000 y 2001; 1er. Premio Concurso Poesía Social 2001; Mención Concurso Provincial Poesía de la Ciudad 2001; Accésit Concurso Provincial Ángel Lázaro Sánchez 2002; Mención Concurso Internacional Revista Videncia 2003 todos en Ciego de Ávila, Cuba. Igualmente, Premio Nacional al Escritor Novel, Santiago de Cuba 2003. Premio Nacional Concurso Ciudad de Nueva Gerona, Isla de la Juventud 2003; 1er. Premio Literario Internacional de Poesía Tilo Wenner, Argentina 2003. Participó como invitada en el XI Encuentro Internacional de Mujeres Poetas, México, 2003 y en el Festival Internacional de Poesía de Austin, Estados Unidos, 2004. Ha sido incluida en las antologías: Arribos de la luz, Ciego de Ávila, Cuba (2000), Memorias del Congreso Mundial de Poesía de Santiago de Cuba (2003), Di-versé-city, Austin, Texas, EE.UU. (2004) y Notas de Poesía, Selección del Premio Luys Santamarina, Ciudad de Cieza, España (2004). Ha publicado los libros de poesía: Propósito, Santiago de Cuba, (Ediciones Catedral, Colección Plegables, 1998); Entrar descalza, Ciego de Ávila, Cuba (Ediciones Ávila, Colección Brizna, 2002); Indecisiones del Arquero, Nueva Gerona, Cuba (Editorial El Abra, 2004).
El Universo Está Vacío
El universo está vacío
sólo yo lo habito como un fantasma
con una cola interminable de inseguridades
Se extinguieron los amaneceres
y cuando alcanzo a ver el sol
ya está caliente
He olvidado los sabores
de la risa
de la fe
El año tiene una sola estación
tan fría y desolada que provoca miedo
Yo insisto en alejarlo
con una taza de café que no bebo
un libro que ignoro
El universo está vacío
yo lo habito
a veces
En La Espera Del Gesto
A Vasily, por la alerta.
Al golpear la puerta el miedo asoma
el olfato presiente la historia
la oscuridad que emana
Soy margen a la escucha del tropel
estatua que reposa en el parque
mientras sube la hierba
Van a tatuar mi cuerpo
dejándome atrapada en una ciudad
sin valles ni flechas
Mis ojos deletrean el estampido
palpan el límite
aprenden a saberse polizontes
Está rota la fuente y la sed hechiza
Las llamas surcan el jardín
obligando a cambiar de acera
El delirio se aproxima la carne huele
Nadie busque descifrarme
nadie quiera convocar la niebla
si llegan la hora y el gesto
si llega la caricia
y el río se desborda
Puñado De Agua Limpia
Madre termina el siglo
y yo putrefacta
impotente
tan clavada a la cruz
Mis dedos rígidos
no pueden evitar que resbales
ni impedir que caigan tus hojas
mas no te permitas ese rostro
dolorosamente vulnerable
Odio esta soledad que se interpone
Del otro lado los hombres el instinto
aquí la muerte que cautiva
que tantas veces se reitera
que me asusta
No basta con cruzar
faltarían el impulso los remos
Prefiero saber tu ocaso
melodía que vuela
sin códigos
hasta mi oído sordo
Miro desde la cruz
me veo tan oxidada
que el augurio del reloj me quiebra
No te he llenado de guirnaldas
antes debo concluir
este duelo con el viento
De Espaldas Un Domingo
I
Las tardes no son precisamente
mi punto de partida
Pierdo claudico
Voy a ponerlas de rodillas
que pisoteen el ramaje sobre el fuego
espanten la traición del teléfono
y el cuervo que habita mis ojos
Las dejaré de espaldas un domingo
inútiles inciertas
En las tardes cae la flecha
me des-nombro
sé que más de la mitad se vuelve eco
El ave anuncia su último tramo
¿Qué hacer con este cuerpo que les pertenece
con esta costumbre de apenas un bosquejo?
¿Qué decirle a estos puños
cuando se tornan espuma?
En las tardes soy humo
la casa loba me embiste
Presiento la tempestad
salto al delirio
así procuro fabricarme la estructura
y pido que aplaquen el ruido
que cierren esta historia
que no sé
II
No trastornen este hilo ni escriban en mi frente
nada saben de hilvanar la transparencia
el impulso podría disgregarse
Ustedes avizoran
palpan el frío del acero
con él tendré que dividirme
en dos mitades
en dos gritos
si me escriben
En este espacio mío diseño sombras
labios rumores
he ahí la trampa que asfixia
el puño que extrema
el niño que merece biografía
y se ve descalzo sin nombre
Sentencia aturde
no le importa si el árbol es verde
saborea la profundidad de las raíces
Una letra acecha desde el fondo
acoda la tentación en los bordes
revuelve las espinas
No me anuncien
la inocencia es un fantasma
un reflejo nulo
podrían eternizarme en el vacío
Hagan de la hiena un cisne
rectifiquen el cerco
el golpe crece y no puede pasar inadvertido
IMPRESO EN EL PÁNICO
(Fragmentos del cuaderno Apocalipsis)
Porque ha llegado ya el gran día del castigo.
Apocalipsis 6.17
I
Entonces fue osadía desatar la rabia
el descalabro de aquella superficie
de esa columna con tantas esculturas
Y descubrieron la euforia
al dividir en partículas el ánimo
esparciéndolas después como desquite
II
Te has congelado ciudad
para qué tantas vidrieras
cuando nunca muestras fobia
por esa cruz insoportable
No cierro los balcones
para enternecer el ruido
Poco alivian estas madrugadas
donde impones ridículos excesos
y simulas estoicismo
Cómo detener la sed
de este fondo calcinado
Los faroles del puerto se extinguieron
están de pascua
las algas el salitre
siempre con las actuaciones
que impriman frases en la médula
Apenas un resplandor sujeta el filo
los transeúntes miran sin espasmo
para que no resulte dolorosa la caída
III
No fue la palidez exactamente
tampoco el moho
ni ese perenne roer en los vitrales
El inicio fue un discurso
orgulloso de adherirnos
a la costumbre del aplauso
Predecir la orfandad era un ultraje
necia manía del Mal Agüero
habituado a morder el ocio
de las tardes anteriores
Después llegó la afrenta
y no pudieron los párpados erguirse
porque eran otros los reflejos
la ciudad que se diluye
las pancartas interpuestas
y nosotros
enemigos espontáneos del borneo
IV
Todos pendientes de este último aguacero
que sacude los tablones
dejando la posibilidad en penumbra
Desgarrados por la certeza
del Ave María impreso en el pánico
inerme en la hazaña del hermano
(siempre con el sermón
repartiéndonos las sobras los reveses)
¿Hacia dónde rodarán tantos insultos
hábito de dirigir los ojos a las piedras?
¿Cuál será el sitio escogido
para pisotear nuestra intemperie?
Todos en secreto besamos cada gota de lluvia
seguros de la estafa a pesar del artificio
de ese peldaño roto sin testigos
para no interrumpir la niebla de los lentes
Sabemos que la hendidura es irreversible
con ello crece el dolor en las manos atadas
en los sábados que mutiló el profeta
con la excusa de sofocar nuestros errores
V
La carne fue roída
sobre el muro yace la osamenta
escritura que no descifrarán con lanzas
Quedan piedras que rompen los cristales
y prefieren elogiar tal gallardía
Los aplausos pueden ser más fuertes
de cualquier forma
anuncian al telón
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