Ricardo Ruiz (Burgos, 1963) es Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Entre 1986 y 1990 desempeñó su actividad profesional en Diario de Burgos.
Desde 1991 trabaja en el Departamento de Comunicación de la Caja de Burgos.
Ha coordinado ciclos literarios y ha ejercido la crítica literaria en distintos medios de comunicación (Diario de Burgos, La Gaceta de los Negocios, Cadena COPE y Radio Arlanzón).
Es autor de los libros de poemas Kilómetros de nostalgia (Ed. Devenir, 2000), Tatuajes (Ed. Devenir, 2002), Labores de rescate (Ed. Beta, 2003), Estación lactante (Ed. Devenir, 2006) y El hombre crepuscular (Ed. Devenir, 2006)
Su obra figura en varias antologías de poesía española y ha colaborado también en distintas revistas de creación literaria. Ha formado parte del jurado en diversos concursos de poesía, entre ellos el Premio de Poesía “Ciudad de Burgos”.
-POESÍA:
Kilómetros de nostalgia (2000).
Tatuajes (2002).
Labores de rescate (2003).
Estación lactante (2006).
El hombre crepuscular (2009).
THE DREAM IS OVER
Calmó su sed de triunfos
bebiendo todas sus derrotas.
Kilómetros de nostalgia (2000).
Tatuajes (2002).
Labores de rescate (2003).
Estación lactante (2006).
El hombre crepuscular (2009).
THE DREAM IS OVER
Calmó su sed de triunfos
bebiendo todas sus derrotas.
CUADERNO DE BITÁCORA
Yo sé que fui feliz un día y el día anocheció
UNA HISTORIA DE AMOR
¿Algún día me olvidarás?
preguntó ella
y él respondió:
Te olvidaré todos los días.
FINISTERRE, HAWORTH, INNISFREE
El bosque donde crecen
los negros árboles del adiós.
El mar que a las playas
proporciona despedidas.
La arena es la ceniza
de los naufragios.
Los muelles en su lengua acunan
la saliva de las tempestades.
Como el amor y el tormento
tu desolada belleza mi cuerpo calcina.
La belleza es una latitud
inaccesible.
Inhóspita ira del cielo,
la lluvia.
Eres un páramo al anochecer
en las cumbres sombrías
de la enfermedad y la muerte.
Eres una gran sábana verde
solitaria en su dominio.
El viento es un potro salvaje.
He entrado en las tabernas
de la melancolía donde la cerveza
construye leyendas de brezo.
Como un hombre tranquilo
he llegado a la isla de la miel
al trote de caballos que galopan
en una verde playa.
Esta es una tierra de cuchillos al amanecer.
Esta es una región olvidada donde no existe olvido.
Esta es una latitud feliz e imposible.
(De Estación lactante, Editorial Devenir, Madrid, 2006).
Pretérito perfecto
El tiempo desnuda de juguetes las habitaciones,
de labios nuestros labios, de niños felices los calendarios.
Es un reloj insobornable
que nunca vuelve a nuestras manos.
Hoy es pretérito perfecto.
Te apresuras a vivir las tardes que ya viviste
como heridas que se alimentan de viejas cicatrices.
Y caminas hacia la orilla de tus días
como un viejo barco surca océanos de recuerdo
mientras llueve sangre sobre tu sangre.
El tiempo arroja agua en los castillos de arena,
veneno en los caramelos, ceniza en la pureza.
Viste de padres
a los Reyes Magos.
Hoy es pretérito perfecto.
El otoño te busca
y te encuentra en sus ojos
con su puño de acero.
Y sabes que las olas son las arrugas del mar
y la playa su única frontera.
Hay mujeres de ayer
con los labios pintados
de mañana.
Y esperas el amanecer tumbado
en las sábanas de tu tristeza.
Ricardo Ruiz Nebreda en la revista Cuadernos
del matemático nº 26 (abril de 2001).
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