BUSCAR POETAS (A LA IZQUIERDA):
[1] POR ORDEN ALFABÉTICO NOMBRE
[2] ARCHIVOS 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª 18ª 19ª 20ª y 21ª BLOQUES
[3] POR PAÍSES (POETAS DE 178 PAÍSES)

SUGERENCIA: Buscar poetas antologados fácilmente:
Escribir en Google: "Nombre del poeta" + Fernando Sabido
Si está antologado, aparecerá en las primeras referencias de Google
________________________________

viernes, 17 de septiembre de 2010

1328.- IRENE GRUSS


Irene Gruss. Nació en Buenos Aires (Argentina) en 1950.
Publicó La luz en la ventana (El escarabajo de oro,1982);El mundo incompleto (Libros de tierra firme, 1987); La calma (Libros de tierra firme, 1991); Sobre el asma (edición de la autora,1995); Solo de contralto (Galerna, 1998); En el brillo de uno en el vidrio de uno (La bohemia, 2000);La dicha (Bajo la luna, 2004).


Llueve como si no bastara...

Llueve como si no bastara,
como si un anhelo fuera demasiado poco,
demasiado lo que no alcanza o lo que llueve: bastante,
suficiente.
No alcanza un anhelo, hace falta
más y más de esa nada que sobra, como la lluvia que sobra, arrebata
el borde del postigo y cae
hacia adentro, moja los libros dejados al azar
bien en el borde, sin cuidado,
se corre la tinta en cada uno, demasiado,
demasiado perder lo que no basta,
la lluvia como si no sostuviera el cielo.







jinetes del apocalipsis

No hay lugar para la huida, ángel
del deseo.
Ellos, que dicen que son fantasmas,
siguen haciendo malas artes,
influyen, lo hacen bien,
estorban la huida, ángel
del deseo. Me corrompen.
Adonde fuera, el sol o la lluvia
me perseguirían como un testigo;
adonde me quedara,
ellos,
que dicen que son fantasmas,
mandarían cartas anónimas, desapasionadas
o donde la pasión
ocupa un lugar antiguo, de pacotilla.
Ahora, dicen,
el cielo se resquebraja tanto como
el suelo,
la gente lee libros trágicos,
sueña con llanuras que parecen desiertos.
Ahora, dicen, todo ha terminado.
Y yo quería un lugar,
un toque
de infancia,
una frase verdadera.

De La mitad de la verdad. Obra poética reunida




Mientras tanto

Yo estuve lavando ropa
mientras mucha gente
desapareció
no porque sí
se escondió
sufrió
hubo golpes
y
ahora no están
no porque sí
y mientras pasaban
sirenas y disparos, ruido seco
yo estuve lavando ropa,
acunando,
cantaba,
y la persiana a oscuras.




Conté con los dedos de mi mano
las veces que tuve, no las que amé.
Las yemas de los dedos
se quedaron mirándome, las líneas
de la mano rieron (¿amé
lo que tuve? ¿Quise decir
quiero un poco
de esto o de aquello,
gané, perdí semejante
generosidad?).
Ahora que me aferro
a lo que tengo -como a un poco
de nada-,
veo líneas que una burla desecha,
y lenta, tiernamente abro
el puño, dejo caer
la arena, vuelvo a tomarla.

De Solo de contralto.


______________________________________


poemas:

pertenecientes a La Dicha- Bajo la luna 2004


Esto es lo que cae

Esto es lo que cae: agua helada
en las manos; lo que das lo recibo
con un espasmo.
Fría, más que helada,
es el agua. Cae de a poco.
Esto es lo que doy:
mi necesidad arde
como una rosa en sereno.
Fríos son el rocío
y el espasmo del tallo.
Hoy será más leve la caída de esa gota
hasta que el sol levante.
Esto es lo que das: ansia de arder,
el agua helada.





He cantado

Aquí me ven con la boca abierta
como una ballena,
esa ballena que escupe
pura congoja. Oh, Ahab, ¿alguien
podría decir es aquí
donde me deshago ahora?
Oh, boca abierta, yo,
que he cantado,
ballena blanca y mortal, no quisquillosa sirena,
oh, amor mío,
quién ha muerto
a quién.





El damasco

Yo que he muerto por propia voluntad, que
reviví por voluntad de otros,
ahora me veo muriendo
de muerte natural en unos años,
la cabeza encendida,
iluminada de ansia pura,
asombro,
fuego insensato parecido a locura senil,
a infancia,
que he vivido más o menos de
lo que he muerto por la esquiva
humedad.
Curioso, la risa,
como un líquido,
me sostiene y aprieta el corazón.
He andado así, nunca una meseta
ni la tensión superficial
del lago. Yo que morí por propia voluntad
dormida sobre un médano, y
el sol me ha acariciado muerta y viva,
ahora disfruto su piedad como a un damasco,
dulzura inconcebible,
insensato damasco que pruebo
y río, oscura,
dichosa de mí.






No hay comentarios: