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sábado, 24 de julio de 2010

638.- LUIS ANTONIO GONZÁLEZ PÉREZ


Luis Antonio González Pérez nace en la ciudad de Telde, Gran Canaria, en 1983. Reside en Madrid desde 2003. Ha publicado ¿Me escuchas? / Sabiendo que me pudo el amar (2001); Sobre tu silencio y a pesar del ruido (2003) en “La Columna Quemada” de poesía, de Ediciones Qneras; Abril, tres de la mañana; apuntes para un poema (2005) en Huerga y Fierro; Trazos Desnudos en la colección El árbol espiral de LF-Ediciones; Confieso el Vacío (2008) editado por Anroart Ediciones; y en los próximos meses (enero de 2010) Prontuario en Ediciones Vitruvio.
Socio de la Asociación Canaria de Escritores, es coordinador del Ciclo de Poesía de la Casa de Canarias en Madrid “Atlántica Poética”, y habitual colaborador de diarios digitales como columnista de opinión. Pero en su web pueden encontrar mucho más http://www.luisantoniogonzalez.com/.


Poemas


Cada noche;
descalza

rehaces el inventario
de las ventanas vacías
bajando las persianas…

crees que te quedas sola
porque no ves
a nadie.

La seguridad tiene de mentira
lo que tiene el olvido;
todo lo transforma
a su antojo.

Aire para tan sólo una noche
y oscuridad para los ojos;
cerrados.

Horas
en las que hacer nada
no es dejar de hacer las cosas.

Preguntas que sólo tú tienes;
¿alguien más que tú las responde acaso?

Todo tiene sentido…
… pero no tiene imagen.

Tribunal del silencio.
Inconfesables tres de la mañana.

Cada noche;
descalza

rehaces el inventario
de las ventanas vacías
bajando las persianas…

… y me dejas fuera.

Abril, tres de la mañana; Apuntes para un poema
Huerga y Fierro editores – 2005




I

Dame la voz
que precedió a este silencio,
a esta lágrima
que naufraga
en el quicio de mis pupilas,
a este verso
que se derrama
entre los mismos dedos
que un día acariciaron
todas tus palabras.

Devuélveme las noches
y el tiempo desgastado
entre las uñas de tus recuerdos;
la angustia, la impotencia,
la incertidumbre, la rabia …

Devuélveme sin más,
porque la entregué y era mía,
mi existencia.

Sobre tu silencio y a pesar del ruido
Colección “La Culmna Quemada” Poesía 4
Ediciones Qneras




VII

Salir a la calle
¿Para qué?
Para qué quedarse dentro.

Prontuario
Ediciones Vitruvio – 2010



CUADERNO DE AUSENCIAS (fragmento)

Habría de sellar
este cuaderno de ausencias
con otros versos,
con otros senos de arenas
con otra forma de vivir...
Quise hacer preguntas...
tus dedos
tus manos
tu mirada,
tú ...

a fin de dejar al recuerdo
todas mis palabras
e incitarte a una nueva lectura,
esta vez,
como de costumbre,
de mis espacios...

Pero se me hace demasiado
sujetar tu alma,
dictar tu ausencia
en un futuro
que ya es presente,
en un próximo
verso o espacio
a un poeta
a un yo, no tan lejano.




HOJAS DE BRONCE Y PLATA

Hojas de bronce y plata
que al caer despeinan
esta calle de soledades,
como cigarros,
decadentes y sin aliento,
al hundirse, sin gemir, bajo las suelas

Charcos donde la ciudad se refleja
como un mar roto
en pequeñas olas inertes,
como la muerte,
en si misma reflejada,
o como la muerte a solas con su imagen.

Respirar frente al aire frio
que todo lo penetra
como exhalar la vida a pedazos,
como se va el vaho en los cristales
disimuladamente
y sin recuerdo.

Caminar frente a frente,
pero siempre al contrario
es no reconocer los gestos
que ya damos por innecesarios
o simplemente
por indiferentes.

La indiferencia, el olvido,
hace de este invierno tan común de todos los días
un invierno en tierra de nadie,
en el exilio, no en el destierro,
en esta tierra de nadie y de todos al mismo tiempo




DESDE ESTE MAR SIN ORILLAS

Siento como me arde la planta de los pies
como si anduviera descalzo
en esta guerra monotona
contra cada uno
y contra todos,
en esta ciudad sin playas
en esta remota costa
sin arena ni huellas,
mundo excluido del mundo,
margen profano
de todo agua.

El aire es como un metal disperso
donde no se puede leer
la humedad
ni en el aliento de las voces,
un metal gris,
asfixiante,
donde mueren
todas las miradas.

Necesito creer que esto es lo mismo
que puedo reconocerte en algo,
que puedo vivir de ti todavía
y cada día nuevamente,
pero que puedo hacerlo
por algo más que por recuerdos



APUNTES PARA UN GRITO NECESARIO

Las guerras se suceden,
se acumulan,
se hacen del tiempo
en el tiempo perennes,
se desnudan y se prestan como injustas,
se escudan y se excusan como necesarias.
Más solo es necesaria la vida
y sólo la muerte es injusta

El mundo,
el mundo se ha alzado en un grito
capaz de quebrar el crujir de las balas,
un grito,
que se hace fácil, necesario, pero fácil,
cuando todo el mundo gesticula,
y mueven juntos el aire.

Y después
todo tornará a olvido,
la memoria perderá el paso,
los gritos
solo habran sido el momento,
una palabra que se pierde en el intento,
en un intento inutil,
en un casi suicidio del habla,
en un casi nada,
en una muerte del lenguaje

Y habremos perdido la batalla
si nos callamos,
si creemos que todo termina
en el silencio que dejan los disparos

E cielo se cae cada día,
se hace cada día más pesado,
la tierra sabe más a sangre
y el mar parece ya enjaulado.

Todo se me hace más gris.

Y se nos la la vida entre las manos
si después de tanto como ha ocurrido
nos quedamos callados.



LA VOZ DE LOS POETAS (fragmento)

Trazo miradas
a un túmulo de asfalto,
que cuartea la luz
en el agreste crujir,
y en su dentado tacto
la sume
y la frustra
en la opacidad
de un horizontal abismo.
La luz trincha los rastrojos
de los campos hormigonados
y sus adúlteros caminos,
y evapora los espacios...
y difumina los olores...
que impregnan las sombras.
La gente sigue la lectura
de las baldosas
al ritmo de pasos
violentos y a destiempo,
como un verso entrecortado,
y va surcando
la gris transparencia
de la finita nada
encarcelada entre barrotes
de jadeos céleres
y absortos guiños.
Y permenece la luz en el tiempo
casi por olvido.
En una metamorfosis
de su desnudez a su negación
va formando
sombra
transparencia
opacidad
y vuelta a la luz
contemporánea inmortal de los silencios.
(aborto tardío de un parto prematuro)



TRAZOS DESNUDOS (fragmento)

En el quicio eterno
de una memoria
trueco el recuerdo en latidos,
la noche en versos
y te la entrego.
Desvisto siluetas
que nombré, al tacto,
leyéndote, interno resplandor
que ensombreces mi mano
en el contorno de tu cuerpo.
Encadenado a tu leguaje,
a la descripción
maximizada en lo mínimo
de un roce,
libero parte de mi,
mi yo más interno y discreto,
para desistir del arte,
perder el pulso
y amarte.



del libro PRONTUARIO

La seguridad es una sombra de impotencia.
Un salón donde quedarse para siempre
a oscuras, y no tener miedo a nada,
porque nada sobrevive
a la implacable ceguedad de las sentencias.



(Confieso el vacío, septiembre de 2007)

Mi nombre se repite
en las noches vacías
como habitaciones
sin sábanas en las camas.



XVIII

(Noticias de la muerte, diciembre de 2006)

Los asesinos,
los padres de todas las guerras
encarecieron siempre de inteligencia.
Mataron cuerpos;
los cañones nunca aciertan
contra las palabras
(se les queda grande el blanco).



XI

Presente absoluto de este momento.
El ahora lo es todo para nosotros.



XIV

Y qué si estamos solos.
A pesar de hablar el mismo idioma,
no nos entendemos.




XVIII

La geometría de las soledades;
ángulos que en mi vacío
tienen la forma de cristales rotos en mis manos.




III

El futuro es la mentira
con que gastamos los días sin cuidado.




XIII

La noche se transforma
de nombre a pronombre.
Son tuyas todas las ausencias
y mías las palabras.



XIV

Todo está perdido;
el miedo es un amante incansable.

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