sábado, 24 de noviembre de 2012

FRANCISCO JAVIER BARRERA BARCELO [8658]




Francisco Javier Barrera es poeta y artista gráfico. Nace en San Sebastián (Guipúzcoa) en 1975. A los cinco años se traslada a Palma de Mallorca, ciudad en la que reside y en la que desarrolla su obra.

Es autor de los poemarios Libro Lobo, Cuaderno de Japón, Las canciones de Jeff Goblin y El Mínimo Común Verso, ha participado en las publicaciones "El Último Jueves. 15 años on the road "," Bukowski Club. Antología poética "y" Uni ... versos para Somalia".

Como artista gráfico ha realizado numerosos proyectos relacionados con la pintura, la ilustración artística y el diseño gráfico y web.

Forma parte de los colectivos Insomnus Cultural y Agente Noviembre - Acción Cultural, en los que desarrolla parte de sus Actividades Artísticas.

Blog: http://fjbarrera.blogspot.com.es/




DE LIBRO LOBO



Qué tranquilas
las aguas del puerto,
hasta girar la cabeza.

Noche,

-alma que rueda.

Qué tranquilas,
hasta descubrir la nuca
bajo la aguja del sexo.

Y la noche,

-alma que rueda,

errante reflejo.




Que tranquil.les
les aigües del port,
fins a girar el cap.

Nit,

-ànima que roda.

Que tranquil.les,
fins a descobrir el clatell
sota l'agulla del sexe.

I la nit,

-ànima que roda,

 errant reflex.






Te observo desde lejos,
revelando con mis dedos
tu compleja arquitectura.



T'observ d'enfora,
revelant amb els meus dits
la teva complexa arquitectura.






El tiempo, aún adormecido,
cautivo anoche en el papel,
huye, siguiéndote los pasos,
deteniéndose a escuchar
un instante detrás de la puerta

mientras te aseas,
mientras me escribes en el espejo
tus señas.




El temps encara endormiscat,
captiu anit en el paper,
fuig, seguint-te els passos,
aturant-se a escoltar
un instant darrere la porta

mentre t'arregles,
mentre m'escrius en el mirall
la teva adreça.




LLUEVE

Sobre el tejado yace 
una paloma de ceniza.



PLOU 
Sobre la teulada jeu
un colom de cendra.





DE  El Mínimo Común Verso



MÁRTIR A LAS PUERTAS
DE UNA URBANIZACIÓN DE LUJO


I

Moscú, no te equivocas.

Cerré la puerta a mi espalda
y ahora llevo cosida a mis entrañas
la llave de oro manchada.
Me espera más allá la de los ojos condenados
la que más rápido enredó sus manos
en mi barba de escamas y tristezas.


II

Alzo el pie del suelo
Reduzco las palabras a una cadencia
cercana a los pulmones

Pronto se olvidan de la luz


III

Camino a solas
pero no vengo con las manos vacías
Recibí una invitación personal
de las manos del mismo César
y no me detendré ante sus puertas
No hay guardián que cierre el paso
El perro, en su caja de cartón,
duerme el sueño de las moscas


IV

Finalmente, se desploma el horizonte
Y un pájaro de memoria minuciosa
Me revela la oscura contraseña
Los esclavos silenciosos de la isla
Me abrirán las puertas


V

La luz del sol se desvanece
El reloj contiene su aliento de araña
Pronto marcará la hora señalada
un fuego blanco sobre el labio
y el croar de las gargantas secas


VI

Una luna de infancia guía mis pasos
hasta el antiguo cauce del río
Por su lecho ahora sólo se arrastran
peces de piedra y ramas dormidas
El sol de mil días se ha llevado el ruido
Cierro los ojos.
La corriente arrastra muchachas y promesas


VII

Me enviaron desde el Kremlin
a susurrar en sus oídos
que me llevé a sus hijas de la mano,
que alimenté a la serpiente alada
con sangre y barro emponzoñados
de las tierras donde los hombres
se comen a otros hombres
y no queda nadie útil
para emplear en las fronteras.


VIII

Treparán sobre sus cuerpos sin zapatos
otros perros de la guerra. de dedos enjoyados
Mujeres envueltas en sudarios
echarán sal sobre los ojos


IX

Oídme susurrar:
Las raíces deste árbol
alcanzan todas las orillas

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