sábado, 15 de septiembre de 2012

7931.- CARLOS SKLIAR



Carlos Skliar
(Buenos Aires, ARGENTINA 1960) publicó los libros de poemas Primera Conjunción (1981), Hilos después (2009) y Voz apenas (2010), el libro de aforismos y ensayos La intimidad y la alteridad. Experiencias con la palabra (2006); participó en la Antología de la nueva poesía argentina, organizada por Daniel Chirom (1980) y algunas de sus poesías fueron editadas en suplementos literarios y culturales (La Opinión Cultural, entre otros). 

Ha escrito diferentes ensayos educativos y filosóficos, entre ellos: ¿Y si el otro no estuviera ahí? (2001); Habitantes de Babel. Política y poética de la diferencia (2001, con Jorge Larrosa); Derrida & Educación (2005); Pedagogía –improbable- de la diferencia (2006); Huellas de Derrida. Ensayos pedagógicos no solicitados (2006, con Graciela Frigerio); La educación –que es- del otro (2007); Entre pedagogía y literatura (2007, con Jorge Larrosa); Experiencia y alteridad en educación (2009 con Jorge Larrosa); Conmover la educación (2009, con Magaldy Téllez) y 'Voz apenas' (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2011). Es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Argentina, Investigador del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y docente en la Maestría en Comunicación y Cultura de la Universidad de Buenos Aires. Conduce desde 2005, junto a Diego Skliar, el programa de radio “Preferiría no hacerlo”, por FM La Tribu, de Buenos Aires, Argentina. 





Distancia mínima

La distancia mínima
entre dos cuerpos
no es la palabra obvia
sino el más tímido
de los silencios

Por eso a veces
es mejor callar

No para decir amor

sino para escucharlo





A los casi cincuenta (y uno) qué pensar qué mirar qué decir

La vida parece estar a la deriva
en medio de todo lo que no hubo

Amor levedad afección

Aún con la premeditación de los olvidos
ya no serás lo que eras

Serás lo que no querrás ser
fingiendo que todo es como siempre ha sido

El gesto de mano se detiene
siempre en la mitad de algo de alguien
(¿Lo harás? ¿Podrás? ¿Serás? ¿Tendrás?)

La voluntad se ha vuelto
destino opaco de día feriado

El aire es poco

Nunca fue más que memoria
de una parca neblina susurrante

Prisa por vivir
Terror a la muerte desencajada

Amar inclusive
la pérdida innecesaria del amor

Y una mirada
fija
obstinada
argumental

sujeta siempre a un niño

Un niño siempre extraviado de mí

Un niño siempre excesivo en mí

En el centro mismo
de la callada y callosa espesura de mi cuerpo





Habría voz

habría de callar
cualquiera

Si aún
pudiese desoír
quienquiera




Porque es
de labios

El amor

Habla
la lengua

De los recién
callados





Voz apenas 

Sereno
secreto
naciente

que ya dirá

algún dolor
algún amor

Para
que alguien
cualquiera

si así lo deseara

pudiese desoír





Escribo a las veintitrés de mi noche

Lo hago
Porque hoy hubo
La presencia de un no
Entre mis huesos

Un no dicho con los ojos

El no más cristalino

Podría escribir por otras razones
Pero no las tengo

Siquiera soy tenido en cuenta
Por las avergonzadas dudas
Que deambulan
Por cualquier pueblo

La cuestión es
Que el no devino
Y se hizo polvareda seca
Ojo asustado ante la sombra

No bajé mi cabeza
Fui abismado por ella
Hasta tocar la punta
De todos los pies

¿Qué dirías del no
Ahora que son las tres de tu mañana
Y lo único que remuerdes
Es la impaciencia de tu sueño?

Soy yo el que dice
“Dime lo que debo hacer”
Soy yo
El que quiere despertarte
Unas horas antes

¿Y qué dirás del no
Ahora que son las nueve de tu noche
Y que aún no has regresado
A la espesura del amor?

Soy yo el de la ira
La ira seca de su pátina

El no es soledad

La única soledad
Sin parentesco
Sin ligereza

Sin potestad





No hay comentarios:

Publicar un comentario