Débora Benacot nació en Mendoza, Argentina (1976). Es egresada de la carrera de Letras (UNCuyo).
Desde 2006 ha participado en numerosos ciclos literarios de la provincia (Poesía compulsiva, Letras & Etc., Más poetas que otra cosa, La primera necesidad, Elefante), además de ser publicada en diarios y revistas culturales del medio. Ha colaborado como columnista literaria en diversos programas de radio.
En el 2009 fue antologada por partida cuádruple: Promiscuos & Promisorios; Antología de la poesía en Mendoza para el siglo XXI (Ediciones Luna Roja), La ruptura del silencio; Poesía mendocina contemporánea (DGE), La ficción en el umbral; Narrativa mendocina contemporánea (DGE) y Desertikón; Antología de poesía y narrativa mendocina contemporánea (Eloísa Cartonera). Participó en el CD de audiotextos Las chicas de ahora lo hacen oral (Zediciones, 2010).
En julio de 2011 resultó finalista del Primer Certamen Mundial de Microrrelatos organizado por la Internacional Microcuentista, con su cuento "Llamado a la solidaridad" . En septiembre, obtuvo el Premio Literario Vendimia de Poesía (Secretaría de Cultura de la provincia de Mendoza), por su obra "Pirsin". En diciembre, "ácaros al sol" recibió el Premio Escenario a mejor libro de poesía publicado en 2011.
Sus microrrelatos forman parte de la I Antología Triple C (Macedonia Ediciones, 2012)
Le temps du vent
A dos pasos del infierno
está tu beso
ese que aún no me das,
pero que intuyo
tanto ignoro de vos,
igual
te elijo entre los hombres
me afilio a tus pestañas
proclamo el renacer
del fuego en extinción de los amores
que valen el intento.
A tres días del dolor
el purgatorio decide prescribirme
la pena ambulatoria
endeble libertad bajo palabra
por eso aprovechemos
mientras siga en proyección
este holograma.
Ácaros al sol es su primer libro solista.
Karma
Poemas amarillos
que arrastro por cuadernos
algún verso inerme
buscando albergue transitorio en las estrofas
perdigones de mí
en cada palabra
la mano que dispara
es más siniestra
porque traduce el dolor
al idioma de las hembras
y se ríe de la inútil
insípida tragedia
que mi esperanza
baila en coturnos
tras el doble fondo
de la última valija
que bosteza en la baulera
ha pasado el porvenir
y no he atendido.
-versos cuadrúpedos-
1
estúpida confianza de los hombres
el amor no es ciego: ni siquiera existe
un beso es una estafa perpetrada en los labios
y olvido, esa calle sin salida ni acequias.
2
rasgar espacios en jirones de sal
sobre los hombros
oigo el invierno que viene silbando bajito
odio las vísperas.
3
un ademán que figura en didascalias
los ingenuos ingenios del azúcar
jugar a las palabras
perder siempre.
4
caen antorchas encendidas
sobre el pasto
alguien prolonga la luz
sobre la noche.
5
desperdiciar pestañas
en los pulgares de otros
deseos que igualmente
no iban a cumplirse.
6
agujas de tejer sobre la cama
y el tiempo
esa pregunta que sostiene
todas las respuestas.
7
Y así, de golpe,
faltar a mi dolor
sin previo aviso
incluso a riesgo de perder el presentismo.
El cactus
de tu beso en mi ventana
es algo excéntrico:
sólo sufre sed de vos los días bisiestos
por eso
cada febrero veintinueve
exprimo y le doy de aperitivo
alguna foto tuya
en blanco y negro
sin semillas
poca pulpa.
El grito en No Mayor
y su hermano, un dolor tracción a sangre.
Surcaron esta mente
tantas procesiones
que las velas encendidas del recuerdo
se confunden, se atropellan
disfrazan con su lava
los bordes imperfectos de la pena
quieto y cobarde ritual de cera
anclado en la risa
que hoy me falta.
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