jueves, 19 de abril de 2012

6695.- GUSTAVO SOLER


GUSTAVO SOLER nació en Santander, España. Es poeta, narrador y ensayista. Ha publicado en poesía: Las rutas transitadas (1958), Los pálidos profetas (1962/63), El límite (1971), Baladas del amor eventual (1979), Ischigualasto (1980), Frecuencias extremadamente bajas (España, 1990), Regiones de marcada intensidad (1990), American stress (1997), Baladas del amor eventual (Antología, 2000), Responso en Malvinas (2006), El principio de la incertidumbre (2006) y New York, New York (2009). Ha publicado una extensa obra narrativa y ensayística.





CITY BANG!

El lugar es cuadrado. Un murmullo de máquinas
apenas perceptible. El hombre del sombrero
y la señora erótica -Zinadelia y su hija de bronce-
las medias que se pierden
en la oscuridad de la pollera.
Bocas resecas, expectativas,
llegar, correr, morir.
El lápiz atado a la cadena,
la cadena atada a la mesita,
la mesita empotrada en el suelo,
en todos los lugares de la tierra
con amplios ventanales asegurados
contra los suicidios. El City Bang!, cónsul del Imperio,
razonable, conceptuoso, atento, ideal para progresar.
Su nombre recuerda la ciudad, como se dice allí
en el norte americano. El ideal, la City, con los autos
absortos para hombres apresurados. Zapping y
hamburguesas. Hamburguesas y Zapping.
La vida no es difícil.
"City", como homenaje a la ciudad.
El "bang" es chiíta.




INTENSIDAD

Habrás de decidir
entre ser o sentir
entre la incertidumbre como sombra interior
o la dicha planificada por los otros
junto a la chimenea de las casas
cuando la última taza que se levanta
en la mesa del atardecer semeja
el reglamento de la muerte.

Entre lo que se vive y lo que ansías
duerme la intensidad
como un perro embrujado
que aúlla en lo sombrío.
Entre lo que deseas o te debes
está la eternidad trayendo sus cenizas.





TEMPORALIDAD

¿Qué sentimiento nos arroja
a estas playas donde todo comienza,
donde la doble dimensión nos retorna
al momento en que fuimos,
al inhallable tiempo
de donde huyó la muerte?

Nunca tiñó los aires el durazno
con tanta pesadumbre
como cuando sobre los jardines apagados
las niñas de blancos calcetines
con antiguos triciclos
emergieron del alba.

Hay otras dimensiones antes desconocidas
que trastocan las cosas,
un cubismo esencial como nuevos
espacios y distancias que comprimen
o alejan y fueran las palabras
metáforas de Dios.

Donde lo que inicia se termina
y nace en otra parte.





Páramo

Queremos ansiosamente consumir
las veinticuatro horas de la vida
y arrojar al azar
alternativas y presagios
para internarnos en el acontecer
sin advertir el rango que la muerte le ha otorgado.

Desembocar después en esa predisposición
de evitar el dolor que nos asedia
para caer igual en el duro acertijo
de las sombras.

Hoy encontramos la única respuesta
en la piedad y la renuncia
desde donde podremos retornar
hacia nosotros mismos,
(lo que supimos y lo que creemos)
como si fuéramos extraños
que se cuentan
sus vidas sin ocultar
las consecuencias y los desencantos.









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