miércoles, 5 de junio de 2013

LUIS MARÍA MARINA [10.046]


Luis María Marina (Cáceres, 1978), es poeta. Ha publicado los poemarios "Lo que los dioses aman" (2008) y "Continuo mudar" (2011) y un libro de crónicas, "Limo y luz. Estampas luminosas de la ciudad de México" (2012). Ha traducido y antologado al poeta portugués Alberto de Lacerda ("El encantamiento", 2012). Ha vivido en México y vive actualmente en Lisboa.


CHELMNO 2008



frente a tanta vacía belleza    sólo la palabra silente
el sonido inefable      lo nacido

el riachuelo

tras un delicioso paseo desde el andén de una vieja estación
es necesario cruzar un afluente del río ner           riachuelo
de gélidas aguas que aún muestran signos del reciente
deshielo
flujo de vida pura        negra leche de celan 

el emplazamiento 

la arquitectura del espacio es       a primera vista     notable
una extensión vacía sobriamente dispuesta    clásica en sus dimensiones
que nunca superan la medida humana
bello uso de la perspectiva      que atrapa al ojo            

y       en torno       impenetrable
una densa muralla de pujantes coníferas perfila
los límites de lo que convencionalmente llamaremos la plaza 

su forma rectangular trae la memoria de algunos de los más bellos espacios
concebidos por la mente humana
la pequeña plaza abierta entre la residencia real y el grupo del cóndor
en macchu picchu
la acrópolis
los vosgos
en fin                  monte albán 

los restos 

sobre el pasto reverdeciente
se intuyen huellas primeras de la presencia humana
cuidadosamente borradas pacientemente destruidas
basamentos de piedra que levantan apenas unos centímetros del suelo y dibujan la geografía imaginaria de los únicos cuatro edificios 

también
los rieles abandonados 

las mariposas

con la incipiente primavera polaca han vuelto las mariposas
sucias aún grises de invierno y torpor
por tus ojos las ve pavel friedman quien escribía en terezin en 1942
aquella mariposa fue la última, no viven aquí las mariposas

y más allá de todo esto      de tanta vacía belleza
sólo la palabra inefable 

alguien pregunta si quedarán aún partículas en suspensión

alguien recuerda que lodz era la segunda ciudad de la polonia ocupada y que el gueto albergó según las estimaciones a 350.000 judíos

alguien pronuncia los nombres mordechai podchlebnik y simon srebnik
supervivientes únicos de chelmno

habla también tú        me interpela celan 

qué tu               queda algún tú 

yo

tendrá razón álvaro de campos     y es morir la única conclusión

(Del libro ‘Lo que los dioses aman’. 
El Tucán de Virginia, México, 2008)





Centro histórico

Quién no Después de pasear una mañana cualquiera
Por Francisco I. Madero
Ha entendido que la Lengua de los mendigos
No admite traducciones Que ni siquiera la ce nos separa
Oída en ellos tan similar a la nuestra
Que los dialectos que la habitan no son los de las razas
Ni blanco ni indio ni mestizo

Cómo desconocer Que su suciedad No es de este mundo
Que su derrota no humilla porque tú la compartes

Quién a la vista de sus pies purulentos
De sus garras de águila calva
No sueña con una operación de estética
Anunciada a todo color en una enorme pantalla de plasma
Sobre la fachada modernista de Radio Nowhere

Qué ojos son capaces de renunciar a la codicia de su atavío

Cómo no arrodillarse ante su santidad alcohólica 
su desnuda demencia

Atento









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