martes, 19 de febrero de 2013

ALBERTO VÉLEZ [9366]




ALBERTO VÉLEZ
Nació en Medellín (Antioquia, COLOMBIA) en 1957. Abogado de la Universidad de Antioquia. Es autor de Para olvidar de memoria (Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 1982) Habida palabra (Premio Plural de Poesía, México,1987) y Voces de Baguí (2004). 






El guamo

Amanece. Sobre el guamo bañado
de rocío, un mirlo canta.
Sabor del tiempo en esa voz
y en esas plumas que arden
sin comunicarse nunca. El mundo
se despierta a la tristeza, a sus
habituales tareas, insistiendo en
su afán de no caer en el olvido.
Pobre empeño. La voraz Boca no
dejará sucio ningún hueso.
Y sin embargo, nadie negaría
la belleza del día que se abre entre
la niebla. La humedad y la luz
besándose se apartan. Los niños
se levantan con sus juegos. Los
mugidos de las vacas llenan de
lechosa alegría los establos. Terminan
los hombres y mujeres sus batallas
de amor. Y el mirlo canta
sobre el guamo bañado de rocío.
Mi corazón lo ve todo desde un
sueño. Sé que no soy el mirlo
ni la mañana que se abre, sino el
tiempo que es todas las cosas. Él
nos une, separándonos. Mi gozo
es el gozo de sorprender un
nacimiento, la florescencia de la vida.
Mientras ese secreto nos sea revelado
no importa la certeza de ser carne
abatida, carne si tiempo duradero.







Una palabra lo es todo: encuéntrala, y
cuando la encuentres no la digas: llévala
en ti, guárdala, porque ella será tu
defensa contra toda desolación y toda
muerte. No la digas. Que tu lengua no sepa
lo que al corazón ocupa.





Oración

Poco te pido hoy, señor:
Que haya paz entre mi corazón y el día

Otros eligen la víctima






De los anales

Nadie sabe cómo empezó esta guerra.De entre nosotros alguien salió y creció.
Baguí es hoy una luna que arde, una garganta de sangre. De nada sirve recordar
los ritos, celebrar la vida. La muerte se extiende como las lianas. Que el tiempo 
nos borre o nos redima.






Me hundo
               
Me hundo. Entro en ti como en un río.
Aguas adentro persigo tu guarida. Una y
otra vez recorro el mismo trecho, la misma
oscuridad, el mismo templo. Los dos
gritamos sobre el mundo. Y de nuevo,
afuera, la guerra, la suciedad, el asco.

De: Voces de Baguí






He visto la muerte
               
He visto la muerte. Su presencia es súbita y
sus colores imprevistos. Trepa por los pies
del elegido y lo acaricia hasta llegar a ese
secreto lugar del vientre donde la vida es
pura luz.

Bendita sea su presencia.

De: Voces de Baguí








MI  PADRE

Lo vi durante años hacer el mismo gesto.
Envejeció él,
No el gesto, que siguió  siendo joven.
Lo pienso y un escalofrío
Me recorre.

¿Seré yo así?
¿Me habrán visto los otros envejecer
Mientras un gesto mío,
Cualquiera,
El más pequeño, 
Conserva su frescura,
Me roba la juventud
Que me abandona?






MEMORIA

El mundo entonces eran las muchachas.
Los senos tenían nombres. Y las bocas.
A veces, el sueño estallaba en nuestras manos
Y las ingles se inflamaban de un licor espeso,
Regalo de los dioses.
Mañanas y noches de la carne,
Cuerpos cayendo por el fin del tiempo.

Fueron largos los insomnios.
Sin descanso, la sangre fluyó hasta nuestros miembros 
Y  faltó el aire para  un deseo que no cesó ni esperó tregua.

Y los muchachos de entonces
alardeamos de las batallas que perdimos.


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