Valeria Melchiorre
Nació en Buenos Aires, ARGENTINA en 1970. Es profesora y licenciada en Letras por la UCA, y tiene una maestría en poesía argentina por la Universidad de Paris 8. Escribe desde hace muchos años, pero recién ahora se atreve a sacar todo a la luz.
DE Los dictados de la moda
VERANO 2001-2002
Un Chanel se contonea por Callao
lleva
el aire de su origen parisino
parsimonias de la seda y el brocato
un ojal para una flor
pespunte rojo
que le marca los dobleces a los frunces
la solapa redondeada
y en los bordes
una cinta de chantung.
Un Chanel se contonea por Callao
va arrasando su perfume con la siesta,
imponiéndose al del humo del 60
al del vino en tetrabrik de los borrachos
al del pútrido excremento en la vereda,
tolerando la inclemencia en las esquinas
del desague o el desangre del diluvio,
esparciendo sobre baches y baldosas
una sombra tan ciclamen como el crimen,
esquivando ropa de outlet o de feria
uniformes de mucamas y de obreros,
sometiendo los andrajos al oprobio,
reclamando la epojé de las vidrieras,
suscitando la lascivia en las corbatas
y el arrojo de bocinas en trompeta.
Un Chanel se contonea por Callao.
El fru fru de la pollera torna el ruido
soporífero de autos y sirenas
en orquesta filarmónica
en concierto
en ensamble de John Cage
en heavy metal.
Suple el forro alternativo
percusiones
los botones del bolsillo
campanitas
y del cinto penden perlas como címbalos
prediciendo la impudicia del compás.
Un Chanel se contonea por Callao.
A su paso tornanse todas las cosas,
y su andar en cambio solo
profetiza
ningún cuerpo que lo pueda soportar.
FLOREADO
Otra rosa
no la prístina
que expande su perfume
en la mañana
se derrocha
no la cifra suma
o clave
que de tanto ser nombrada
persevera
la otra rosa
de estación
la tendencia que de a ratos se evapora
y a pesar de ser caduca
se reitera
serial vasta dibujada
diferente innumerable…
ANIMAL PRINT
Qué dirá el salvaje tigre
de Bengala
el que mancha sus mandíbulas de sangre
y aún hambriento va por más
con la sed a cuestas
por el bosque tropical
o el que aquí a la vuelta
bosteza en el zoo
y sostiene la jungla
en el ojo
impenetrable
qué dirá
su sombra tan nombrada
el oro que fulgura y resplandece
en cuanta página
haya escrita sobre
tigres
sospecharán tal vez
su piel sobre otra piel
su rítmico meneo
en el andar felino
de esas caderas
verán un ápice
de sí
en el feroz mundo
que en su girar agrega
otra y otra mancha al
tigre?
EL RÉGIMEN
Desacuerdo, sí
con que aquello que entumece
de la tripa el filamento
pueda luego someterse a los consumos
de la masa,
sobre todo si la dieta recomienda:
carnes magras prominencias
desprovistas de tubérculos
calorías
que no sean combustibles
agua y tragos
de los poco espirituosos
bocadillos
en lacónicas porciones
y anorexia en la materia
que supone
finas hierbas
para el verbo
en expansión
Hay dietas que te
proponen
asumir el placer propio
de la manera debida:
coger
con moderación
en la mesa o en la cama
evitarse los excesos
de abstinencia o transgresión
no privarse de los coitus
aunque sean interruptus
por elípticos silencios
seguir
al pie de la letra
-en los pies está la clave-
la pirueta conveniente
y acatar
con acrobacia
la postura ya aprobada
con la lengua
no llegar a desbocarse
y llamar con eufemismo
a la pasión
no tentarse
con erótico onanismo
que entre dimes y diretes
se dirime
la receta del amor de los amados
Hay regímenes
basados
en vaciar
a las palabras
de su contenido
graso:
ponga a prueba
un verbo llano
no incremente
con picantes
el sabor de lo decible
salpimente
con mesura
si se le hace agua la boca
cierre el pico
y adelgace
que no hay verso
más ligero
que el que en silencio
se escribe
No tolero los regímenes de masa:
sin levadura ni huevos
la mezcla bien tamizada
así se evita el desborde
y una vez todo en el molde
se consigue
mucha pasta
para armarse
con discursos
saturados de decibles
lo indecible nunca le hace
el caldo gordo
al que empaqueta
las premisas enlatadas
preparados prelavados
así entonces
se los tragan
magros y perfectitos
los bocadillos
ya listos
para su consumición
y con guarnición a gusto
la sartén bien por el mango
del que domina la cosa
así entonces se deglute
tras cocción a fuego lento
condimentado a piacere
por el dueño de la olla,
así entonces se atragantan
con raciones indulgentes
vastas listas promoviendo
la carne en su combustión
más que bajas calorías
puro huesos
hacen cola
forman fila
se amontonan
igualitos parejitos
en la fosa
Todo cuerpo sometido
a una dieta balanceada
vuélvese comida magra
el día de su defunción.
ACCESORIOS
I
Pendían tus collares
como cuentas
suman minutos
fijan la hora
en que uno puede salir
o colgarse
según le venga en gana.
Colgaban tus carteras
con el peso
de cuentas que sumabas
y te tenían pendiente
del hilo
de la vida.
Y cuando en el invierno
rodeaba al fin tu cuello
un echarpe gris
pensabas en ahorcarte
y te envolvías tibia
en la mañana.
II
Una cosa lleva a
la otra
el tailleur azul
por ejemplo
a la cartera negra zapato al tono
y un châle de raso blanco
para cortar un poco
lo oscuro y sus sombras
en caso de lluvia
un impermeable rojo
que deje lejos
las torrenciales gotas de la piel
y cuando brilla el sol
frenar sus rayos
o combinar con crudo,
anteojos de carey
por si las moscas
osan posarse en tu mirada
es inútil que todo
haga juego con todo, te dicen
cazadora de sueños
o ave de rapiña en el shopping mall.
No hay comentarios:
Publicar un comentario