Rocío Fuentes
Lima (Perú), 1980
Poeta, productora editorial y gestora cultural. Estudió Literatura hispanoamericana en la PUCP. Ha publicado Cuerpo de pétalo (Editorial Zignos, 2005). En 2010, publicó el poema- acción Cosmogonía paperstarboxbook, con la Editorial Manofalsa y en 2011, la caja poema-postal Miniaturas postales con Tranvía Editores.
En 2009, trabajó en el proyecto de la Asociación de Fotografía Popular Ojos propios, editando la revista del mismo nombre. Desde 2010, pertenece a la Red Internacional U40 por la diversidad de las expresiones culturales, red de coaliciones promovidas por la UNESCO.
Actualmente, cuando se escapa del marketing comercial, se dedica a la gestión cultural y producción editorial en Polifonía Editora y lleva acabo el proyecto La Purita Carne, plataforma de acción y difusión de estéticas en torno a las reflexiones de género. Además tiene entre manos el experimento colectivo preformativo visual Posa sin pose.
Nocturna
Todas las mañanas
El olor del desvarío
Hace que marche derecha como un bípedo:
Segura, sedentaria, crédula y moderna.
Toda una señorita de ciudad.
Nocturna Hada,
Tu sonrisa me abre los caminos.
Esta ciudad se vuelve bosque
Y bailo para ti.
También en las mañanas
La sonrisa me toma
Cuando percibo entre la gente
Cabellos, suspiros, ojos deslumbrados.
Me dicen que ahí estuvieron
Danzando como un fauno con una flor.
Ellos huelen a espuma,
A lava ardiente.
Te ocultas,
Asomas,
Te colmas
Y resplandeces.
Entonces
Qué importa si duerme el mundo
Con sus eléctricas luces,
Su apagada bulla,
Entre acogedoras alarmas
La casa,
La piel ceñida
Bajo la manta como un escudo.
Fría, sofocante:
Toda una ciudad.
Toda ciudad que se ciega
Vistiéndose de murallas.
Sobre el césped,
Con el corazón boca arriba,
Me alimento de tu luz.
Podo el césped y me río.
De Aunque el mundo se incendie de nostalgia
Pierdo la poca ligereza de mis piernas
yo te sueño, nada de mí sabes
dejé de maldecir entre tropiezos
sólo repito lo cierto en una frase que llene los ojos
¿a quién puede importar la manera cómo aprendí a correr?
cuan lejos más cerca
aún cuan lejos
paisajes lunares en tu almohada
concavidades en el descanso
ya tu saliva es parte de mis aguas
y tu lengua retoña
mientras indago los signos
cenizas despiertas, dactilares de noches
en amor hada
presagio calidez.
La Llamada Orante
Entre el primer sonido del abecedario
entre una b que no es v
y la h que enmudece
entre la s que me hace suya
y el zigzag de nuestra desnudez
las vocales corean
el nombre alquímico de esta impresión
recogimiento en el interior de mis fallas
hologramaticales
necesito una composición de mi silencio
para encontrarte
en el Llamado.
Poco glamour
Con tan poco glamour
tu estar silente
agravió mis ruegos
en estancia morosa
pido al sueño
descanso de cuerpo
y corazón entero.
Barco Pirata
Soy el puerto en espera
a la luz de tu arribo
acompaso al pálpito de las olas
compañeras de la ausencia
nadie igual a ellas conoce de tesoros
de regresos.
María prefiere el silencio
María prefiere el silencio
porque allí residen todas las músicas, todas
Y las que están por descubrir
Apago la radio para ver si es cierto
Tal vez solo hace falta recordar:
mil pensamientos, un estornudo
los camiones en la carretera
el silbido del conserje
el ladrido de un perro
el recuerdo de las palabras
la frase que pensé
antes
cuando comencé a escribir
en mi cabeza este poema
¿Qué venía diciendo?
guárdalo…
Sola escribo
sin mucho por decir y poco por hacer
Ah… y siempre pienso:
La forma
Y solo de la forma me doy cuenta
que siempre me traiciona el pensamiento
Queda solo la constante creación
el movimiento y la madre
Descomposición e infinito
Tic tac:
cuatro menos 20 de la madrugada,
hermoso en verdad
un golpe
en la ventana el viento
el primer claxon
Dicen que todo lo de afuera es adentro
todo lo de arriba es abajo y viceversa
Cuántos silbidos:
direcciones para el orden y el frío
del invierno
La humedad citadina al cien por ciento
Y un menudo despertador
desesperado, que hace regresar
al más lejano sueño
Los sonidos:
uno lento y agudo
El ir y venir
de cientos de llantas
caucho en la oscuridad, señalización
Adoro el sonido
del crepitar de la hojas cuando las pisas
siempre regreso por más
Cuando das vuelta unes el pasado al presente
También las hojas, el marfilado papel
Las lechuzas se han callado
El chocar del hierro
despierta a la máquina
Cambio mi posición y
el catre me contesta
El reloj hace de coro a los camiones
de la carretera central
rumbo a alguna provincia, al mar
El sueño entra en compañía de los perros
junto a la luna
Siempre ellos en la ventana
en el corazón
Mi ropa roza las hojas
la mañana aparece
Seré la cara o cruz de tu moneda
seré la cara feliz o infeliz
seré la cara verdadera
seré la cara que amarás cada mañana al despertar
o seré la cara amarga que frunce el seño por tu abandono
la cara que tratas de recordar preciosa deleitándote entre mordidas.
Seré la moneda rica
o la moneda que perdió el valor
al momento que pretendiste comprar un recuerdo diluido.
Seré la moneda con la cara de la reina
que paga al verdugo
que ahora eres.
La moneda al aire
soy
sin enterarte que eres tú quien pierde.
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