jueves, 22 de noviembre de 2012

KIM SU-YEONG [8609]



Kim Su-Yeong  (Seúl, Corea, 1921-1968), estudió en Japón, en lo que hoy es la Universidad de Yonsei. Pero en 1943, el temor de ser reclutado por el ejército japonés, Kim escapó a Manchuria. Durante la guerra de Corea, se vio obligado a servir en el ejército de Corea del Norte por un período de tiempo, y posteriormente fue internado en Koje hasta 1952. Más tarde trabajó como periodista y conferenciante ocasional.

Durante su vida, Kim publicó sólo un volumen de poesía, Dalnara Ui Changnan (un partido jugado en la Luna) en 1959. 

Publicaciones:

Dalnara-ui jangnan (A Game Played in the Moon), published in 1959, was the only book of poetry he produced in his lifetime.


Obras traducidas:

Kim Su-Yeong (1995). The Great Root (거대한 뿌리) . Minumasa Publishing Co., Ltd.. ISBN 89-374-0601-2.
Kim Soo-Yeong (2005) Jenseits des Rausches. Gedichte.
(translated by Kang Yeo-Kyu and Uwe Kolbe) Edition Peperkorn: Thunum.
Kim Soo-Yeong (2001) Der Wächter der Wolke: ausgewählte Gedichte. (translated by Kim Miy-He and Sylvia Bräsel) Edition Peperkorn: Thunum.
Brother Anthony , translator and editor (2001) Variations: Three Korean Poets. Cornell East Asia series ; 110.

Honores:

Korean Poets' Association Prize for Poetry, 1958 (first recipient)
The Kim Su-Yeong Literary Award was established 1981 in his honor


El cielo azul

Celoso,
el poeta llamó libre a la alondra
al verla remontar el cielo azul;
pero eso tiene que ser modificado.

Aquellos que se elevan por los aires
por ser libres
saben bien
qué es
lo que la alondra ve
que la lleva a cantar;
entienden por qué el olor a sangre
debe mezclarse con la libertad,
entienden por qué la revolución
es un asunto solitario.

entienden cómo la revolución
es por fuerza un asunto solitario.





Poesía en prosa e intensificación del lenguaje poético: Kim Su-Yeong
por Alejandro Zenker

Kim Su-Yeong comenzó su carrera literaria como miembro de La segunda mitad, un grupo de jóvenes poetas que rompieron totalmente con la estética lírica predominante durante el primer lustro de los cincuenta. Alejándose del lenguaje familiar y de la visión fantástica del mundo que caracterizaba a la generación anterior, este grupo rechazó la tradición y se acogió a la nueva ola modernista, expresada a través de la innovación en el lenguaje y de un compromiso social. Kim Su-Yeong fue el principal miembro del grupo. Los poemas incluidos en su primera colección, Juegos de luna (1959), claramente marcados por el surrealismo, resultan abstractos y arcanos en su rechazo a la tradición. En sus poemas siguientes, Kim Su-Yeong exploraría la tristeza del ciudadano de a pie que, privado de libertad, vive en una sociedad opresiva.




Nieve

La nieve está viva.
Por alma y cuerpo olvidadizos de la muerte,
La nieve está viva aun cuando se rompa la mañana.

Tosamos,
Joven poeta, tosamos.
Mirando hacia la nieve,
Escupamos,
Toda la flema acumulada en tus pulmones durante la noche.






Nieve es una llamada apasionada a la expresión sincera. Sin embargo, esta llamada se expresa a través de un simbolismo físicamente repulsivo y sorprendente, escupir toda la flema, cuya violencia, unida al fuerte contraste de la blanca mañana nevada con toda la flema acumulada en tus pulmones durante la noche, contribuye a la tensión poética existente en el último verso. Además, Nieve revela un motivo importante y recurrente en la poesía posterior de Kim Su-Yeong: el lenguaje carnal como medio no contaminado para declarar la verdad del mundo.
En gran parte de sus poemas, Kim Su-Yeong retrata al poeta como ser existencial afligido y desesperado, aunque se atisba también un sueño de libertad. Más que repudiar la dureza y las limitaciones de vida diaria, puede interpretarse en ellas el potencial del amor, una oportunidad de conseguir la revolución. Kim Su-Yeong, consciente de la demanda de mayor experimentación en la visión poética tradicional, incorporaría nuevos elementos prosaicos en sus siguientes obras.







Variaciones sobre el tema amoroso

Abre tus labios, Deseo, y dentro
Descubre el amor. En las afueras de la ciudad,
El sonido de la cháchara de la radio que se desvanece
Suena como el amor mientras fluye el río
Tragándolo, y yace en la otra ribera.
Oscuridad amorosa, los árboles secos, contemplando el marzo,
Brotan de amor, y el murmuro
De los brotes se levanta como niebla
Al otro lado de la montaña añil.

Que crece como nuestra tristeza
Cada vez que pasa el tren de amor, e ignora las luces de las lámparas
De Seúl, similares a los restos del pasto en un pocilga.
Ahora incluso las zarzas, los largos tallos espinosos
De rosas trepadoras son amor.

¿Por qué las arboledas del amor se empujan de cerca y de forma imposible?
¿Cuándo nos daremos cuenta de que amar es el alimento de amor?





Descubrimos aquí una escena amorosa que se desarrolla en un paisaje urbano, una escena trivial en la vida humana diaria. El corazón lleno de amor encuentra un lenguaje impetuoso y fantástico cuando se embarca en una aventura de la imaginación. En el grito de la estrofa final del poema, “¡Una vez el día vendrá / cuando semillas de melocotón y semillas de albaricoque / brincará locos de amor!”, el tema del amor de Kim Su-Yeong alcanza su clímax.







Hierba

El día es nublado y la hierba se acuesta.
Se acuesta hasta el tobillo,
Hasta los pies.
Aunque se acuesta más tarde que el viento,
Se levanta más temprano que el viento,
Y, aunque llora más tarde que el viento,
Se ríe más rápido que el viento.
El día está nublado, las raíces de la hierba se acuestan.






Hierba ha sido interpretado con frecuencia como alegoría política. La elástica resistencia de la hierba es aquí un símbolo del espíritu del pueblo común en su lucha contra la opresión. Sin embargo, el éxito literario particular del poema reside en el efecto musical que crea la evocación del movimiento reiterado de la hierba, energía rítmica y vigorosa. Limitando en parte la calidad prosaica propia de sus primeros poemas, Kim Su-Yeong crea un poema corto cuyo sentido dista de ser sencillo.
La inequívoca relación entre los ideales de libertad y democracia proclamados en el Movimiento del diecinueve de abril y la poesía de Kim Su-Yeong llevó a que muchos lo consideraran el ejemplo de intelectual que vuelve crítico contra la sociedad opresiva. Su-Yeong es también considerado como paladín del movimiento que posteriormente se conoció como escuela de poesía de compromiso, que defendía la responsabilidad de la literatura antes los problemas sociales y políticos. Sin embargo, sería más preciso considerar a Kim Su-Yeong como poeta que exploró incesantemente la relación entre poesía y vida, basándose en el reconocimiento de que la poesía se produce dentro del escenario de la vida diaria. Así, el mundo poético no se separa del mundo donde tiene lugar la vida, sino que, más bien, va tomando forma a partir de acciones cotidianas, como comer, beber o toser. Es el mundo de la “cháchara de la radio que se desvanece”, las “zarzas y tallos espinosos” y, sobre todo, del amor. La creencia de Kim Su-Yeong en la inseparabilidad de vida y poesía avalan sus experimentos formales de prosa poética, siendo también la razón por la que se le atribuyen dos características propias del desarrollo poético: un compromiso con la sociedad actual como materia temática y el esfuerzo por la libertad a través del lenguaje poético. Para Kim Su-Yeong, la libertad era un problema tanto de la poesía como de la realidad social.

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