Esteban Govea (Celaya, Guanajuato, MÉXICO 1988) estudió la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México. Escribe poesía, cuento y guión cinematográfico. Mereció una mención honorífica en el concurso no. 41 de la revista Punto de Partida y recibió un apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía para la escritura de un largometraje. Ha sido publicado por las revistas Opción, Consideraciones y Punto de Partida.
Sitio web: http://estebangovea.blogspot.com
Contacto: estebangovea@hotmail.com
Lágrimas
Si no fuera por las lágrimas,
la sal se nos anegaría dentro;
en la sangre se formarían témpanos de sal
y al final de la vida seríamos gárgolas
de tanto sufrimiento endurecido.
Naufragio
Se acabará el petróleo
y estaremos echando mano de combustibles al alcance
para pasar el invierno gélido.
Primero serán las revistas y periódicos
y luego irán los libros a nutrir las hogueras.
Habrá quien resista románticamente,
quien queme hasta el último pedazo
de la madera de su casa,
pero el tiempo vendrá de ir cediendo
a los autores menos estimados,
los contemporáneos quizá tan semejantes a nosotros.
Luego las ediciones superfluas,
los poetas menores o desconocidos,
la mitología de los no griegos,
los pensadores subversivos sin sistema.
Así iremos forjando La Antología
con las ruinas del naufragio.
Escalofríos
Sentir escalofríos
y de repente,
salir de la casa, vagar un rato a las tres de la mañana
y respirar el aire acidulado
y escuchar los grillos
y el resuello de la noche
– el alcohol bulle la sangre
como un rumor lejano–,
y presentir oscuramente
en el aire de los huesos,
en el perfume de abandono de la camisa,
que nadie va a tomarte de la mano
en esta negra hora,
y que dios murió de parto.
Regresar solo,
cuando la calle es enorme
La noche melancólica
Y hay tantas palabras como putas
Pero nada qué decir.
Regresar solo
Por la calle llovida
Con el deseo
Como una piedra en el corazón
Y la puta certeza
De que es inasequible.
Regresar solo por el camino oscuro
Comprar una botella y pedir un taxi
Irse a su casa a beber y escribir
A rumiar la puta desventura.
Regresar solo
Como una puta
A maldecir en versos
Que no me quieras.
Anuncio del bicentenario
Eres un dinero robado del Fobaproa,
eres una clase política mesozoica que parasita el erario,
eres una bandera que no puedes hondear más que en septiembre
y en eventos deportivos según la constitución,
eres un periodista perseguido por el cacique local,
eres un preso político al que le meten una rata por el culo,
eres unos fondos desviados de Pemex,
eres una celebración de la mediocridad,
una triste espalda de minero explotado,
eres una mujer de Juárez,
violada, mutilada, arrojada al basurero clandestino,
eres una nota roja de un periódico de tres pesos,
eres un olvidado de siempre,
eres un invisible un jodido un pobreteado,
un hijo de la chingada cualquiera,
fruto de la violencia y el desamparo
cuya sola finanza es la transa
y único activo la vida,
esa deuda que no recuerdas haber contraído
pero que encontrarás a quien cobrarle con creces.
Felicidades!
cumples 200 años de ser
orgullosamente mexicano.
El concierto de Brandemburgo
El Concierto de Brandemburgo de Bach
tocado por dos músicos callejeros
en el metro del DF
bajo este cielo gris que nos ahoga
y nos llueve nos sopla nos empapa,
y mi vida es un tiempo suspendido
sinfonía desplegándose en la calle
entre los autos los aviones
los edificios con vidrios empañados,
mi dolor es el lamento de esa flauta
que elegíaca discurre sobre cuerdas
y viene aquel arpegio de la pieza
el violín que se encumbra y se despeña
trepita un tiempo más y se adelgaza
la flauta casi grita su lamento
para luego descender sollozo agudo
voluntad trepidante que quisiera
salirse de la música al final
termina de trinar su desventura
y cae al tiempo lento
a la cadencia que enuncia el precipicio
el perentorio silencio final
que en este caso mas no siempre
consiste en un estar
a mano con el mundo.
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