sábado, 15 de septiembre de 2012

7969.- IVONNE COÑUECAR



Ivonne Coñuecar (Coyhaique-Patagonia, CHILE 1980). Licenciada en Comunicación Social / Periodista y actual alumna del Magíster en Literatura Hispanoamericana Contemporánea en la Universidad Austral de Chile. Ha publicado los libros de poesía Catabática (Jabalí, 2008) y Adiabática (El kultrún, 2009), parte de una trilogía que finaliza con el libro inédito Anabática. Su publicación más reciente es la plaquette ChAgAs (Fuga, 2010), poema extenso con el que obtuvo la segunda mención honrosa en el Concurso Nacional de Poesía Eduardo Anguita.
En el año 2006, adquiere el fondo socovesa audiovisual para la escritura de guión. Obtuvo la Beca de creación Literaria para escritores emergentes, proyecto escritural de poesía en las versiones 2008 y 2009 y, en los mismos años, el fondo CONARTE de la Corporación Cultural Municipal de la I. Municipalidad de Valdivia.





lejos de los disfraces estábamos incompletas
no aquello que nos faltaran piernas o corazón
o que te faltara un ojo en este reino de ciegos
no hay pruebas taxonómicas en los albores de los secuestros
un juego inútil juntar palabras como códices a destiempo

no podía dormir, decías, y te escabullías por los pliegues

tenemos la edad donde las soledades hablan
al aliento de luz apagada el hielo mantiene su forma
era la temperatura
la manera de decirnos con las manos y las miradas
tu dedo que buscaba un lugar que señalar
los lugares señalados son cicatrices
que como mapas trazan rumbos hacia lugares que no
era tu dedo señalando mis lugares

como la natural erosión traemos esta mirada
mientras nos llamábamos viento y fuego
esa es la grasa que queda luego
un ciclo de estaciones que te nombré bajo engaños
cómo llevarte de bandera en las marchas
si en mi ropa no caben las costuras de tus besos

y era tu sonrisa como los rayos que se cuelan
la esperanza del azul
la inmensidad que abrías desde tus ojos
y cerrabas las fronteras en tu felicidad
no podía tocar aquello por lo que continuaba
como un marino de lago que pretende encontrar tierra
como un náufrago de isla artificial 
como un aliento que se lanza en el desierto

entonces las vitrinas soslayaban nuestros rostros
y escapaban miradas que miraban nuestras manos
nuestra ropa
nuestros embargos


estábamos incompletas
entonces tú jadeabas rompiendo los cercos 
e ibas a mi encuentro con la punta de tu dedo
ajustabas mi desnudez a una montura 
ponías en mi lengua tu analfabeta estrategia para tocarme
no creemos que los golpes tengan terminaciones de plumas
y así quedaron morados los pasos y rojo el camino 
que bien dije pudo ser de tantos colores.

y es como escribir a cualquiera bajo la premisa del engaño
de algún modo te llamas igual que todas
desataste las sorderas inútiles y los vientos

sí, todas se llamaron como tú
a todas puse en especial escondite
y ya sin nombres 
paseo por un museo de cera con rostros parecidos 
a los que alguna vez dijeron.






Eluwun (1)

I

Justo aquí ocurre todo
una gotita justo aquí en la sien bajando tibiecita
justo aquí recogemos los restos
los enterramos con cuidado
limpiamos la alfombra
justo aquí persigo la muerte
tú sabes que justo aquí se descomponen los huesos
y los versos
justo aquí perdiste la virginidad y tus lágrimas tragaste

desesperada en la falsa inmediatez de la justicia
crédula inocencia aprendida justo aquí 
puertas adentro de una iglesia cayéndose a pedazos

exijo que todo caiga justo aquí y me aplaste la fe

justo aquí preguntaría por alguien que amé en mi otra vida
desconozco
cómo se pregunta por lo que pudo parecer amor

mapas de tesoros que existen justo aquí
mentira serpenteante en nuestro espanto

te como justo aquí el almita, justo aquí tus piernas, justo aquí me acomodo
pago mis deudas y mis cariños

todo lo quise justo aquí
dice mi versión de hoy
todo lo quise a tu lado
dice mi versión en la niñez de hoy
todo quise y no pedí 
un poco más de tu vida
justo aquí el rabillo de mi alma se tuerce 

bebo escalofríos en la tumba que construí año tras año
fosa común donde la vida trajo sus sueños

justo aquí ya no tendremos más inviernos

acurrucado el cansancio se cobija y no llora
el rumbo hacia los años que no tuvimos siluetas,
los paseos dejados para otras tardes
profecías que justo aquí me atraparon

de tu ropa me quejo
justo aquí mis huellas en tu cuerpo prefiero

no marcan las noches mis palabras
fantasmal, sé cuando dejar de despedirme

mientras en la ciudad busqué otras calles
justo aquí ocurre todo mientras las calles

una gotita justo aquí en la sien bajando tibiecita
ocuparé tu soledad toda con mis hordas 
invadiendo tu muerte
entro en la resurrección
aún quepo en tu abrazo


II

apriétame donde el tic tac se me sale por la garganta
porque justo aquí

porque sabes que no sé retirarme

engendraré un abismo con boca salvaje
justo aquí no hubo lamentos

porque descarada en un puzzle de expresiones mi rostro se ha convertido
y así nos vamos tirando la piel
creando gestos, un poquito de ti y otro de mi
no me digas qué hora es

si urbe sorda se tambalea donde no perdono nada 
justo aquí me arrodillo
prométeme sur y más sur que al cerrar los ojos 
mi frágil Patagonia llena de ecos

no hay otro nombre para la muerte más que todos los ecos

no me despedí cuando dejé mi tierra
a hurtadillas gemí la inabarcable soledad 
justo aquí grité, justo aquí exigí
reí en mi rendición
mis propias hordas ocuparon tu ausencia
y ya era tarde


III

justo aquí te pierdo
huracanes roban el cabello de tu niña
juega el destierro con la memoria

infancia en bosque de caricaturas fuimos
erosionados en la cordillera
mírame las grietas
justo aquí nos repite con voz huilliche

tú y yo sabemos resucitar justo aquí
ni en la indeleble huella del dolor, ni en cicatrices se muere
el arrepentimiento teje su lejanía por pasadizos secretos

te canto con ritmo de eluwun
tú y yo sabemos que justo aquí todo sucede justo aquí
no aprendí los ritos apropiados 
la muerte se cansa de despedidas 
justo aquí levanta el ceño y me invita

la muerte me invita porque no sabe

que de pie ya no
de pie ya no quiero ver, me niego justo aquí
me niego a las sonrisas que habitan mi memoria
tan frágil y descarnado como desnudez nival
creíste haber cumplido el deber de la compañía
saberse humano sin el matiz que se sigue contrayendo

anuncié tormentas con mi silencio
levanté marejadas con mi sollozo
despertó mi piel en un cuerpo desconocido
soñé que nada había sucedido
y seguí durmiendo

porque grito y desato vientos y empalidezco al frío justo aquí
caricias y golpecitos suaves, justo aquí, latiéndome 
más músculo y médula

justo aquí no te vayas
que guarden las palas los sepultureros
me niego a escuchar cómo se hunde en la tierra
mi infinita cuenta regresiva 
justo aquí, donde esa piedra lleva el nombre y apellido tuyo
fecha de nacimiento
y no más, la ceguera desde entonces
agoniza mi Trapananda 2 y duele 

me lanzo justo aquí, justo aquí, en el mismo lugar que habitas y no


IV

como el aire el tiempo deseo regalarme, como el aire
dulce redención y consuelo con tiro de gracia 
carcomen desvelos mis sueños
entonces esperándome y esperándote en el camino
boto carga que justo aquí se parece a tu propio cuerpo
tu cuerpo justo aquí
tu sonrisa naranja cerrándose

el futuro, desde entonces, no lo pude habitar 

pues justo aquí pareciera que olvidamos la tregua
un mar calmo lleno de tormenta, saberme huérfana

y viajas por tormentas
colono naufrago, justo aquí escribiré tu bitácora
tu niñez y tu vejez negada imborrables en mis manos
sentenciada por tu tiempo escribiré

yo tengo la palabra más allá de la muerte


V

habéis dicho que se lee con la conciencia
justo aquí te he cerrado la puerta
mal se anuncia sin escondite válido
mi piel perdiendo temperatura 
tras tus pasos, se me olvida cómo, 
carezco de un espejo 
cuando me necesitan afuera y adentro justo aquí
y yo, marginal
recorro pasillos y habitaciones
alimentándome de historias y perdones ajenos
quedo ahora en silencio y creo mi propia historia
carezco del arte del perdón

carezco del arte de quedarme por otros


VI

conocí a mi madre 
por las madres que repetían nombres que no me llamaban
a mi madre se le olvidó nombrarme
y yo en mi cojera no puedo, en mi ceguera no la vi jamás
cuando me hicieron caminar hasta el cementerio
y yo no, yo ya no recuerdo cómo se camina
recuerdo cómo se grita, cómo se punza el pecho, como no hay consuelo 
y evito, evito que me calmen, ánima atravesando la puerta
ánima cruzando la calle justo aquí, ánima sin mirada
en la ciudad de los no perdones y noches gélidas
la ciudad en la que crecimos y no
construyendo justo aquí
ese muro con el que juego al escape
con el que me distancio cinco centímetros de la piel ajena

coincidimos todos como hermanos de distinta madre justo aquí

justo aquí he equivocado de ciudad madre
arrepiéntome por bienaventuranza
encadenado en su monstruosidad se deshace
mi rostro pálido que deshabitó las vitrinas
justo aquí no pude abrazarte 
frente a mi imagen lúcida y sonriente


VII

la noche desprende la oscuridad de las mareas
confundo mi cuerpo, mis ojos nunca más
encadenada a la gran noche tu nombre grito
tu nombre
justo aquí pronunciarlo olvido, confieso
se me acaban los músculos cariño porque soy noche y muerte
olvido grabar mi nombre junto al tuyo
fecha de nacimiento
y nada más

nuestro hogar careció de sombra
voy y vengo por los pasillos 
buscando tu sombra en mi porfiada ceguera

en el susurro infinito de mi cama antes de no rezar pidiéndome perdón

padre, jamás te entregué señales
para esa vida que no tuvimos
todas las historias contaban de otra
una entera porque nos sobrevivimos y nos sobremorimos
y la rabia como lepra se zafó de nuestros cuerpos

diseñé esquemas de despedidas que nos obligaron a repetir
tú te ibas sin aviso y qué haría para acariciarte por última vez
entonces repetía un número telefónico, una dirección
un cheque en garantía
escribía una firma
justo aquí en la necesidad del reencuentro
en la evidencia del abandono

al despertar tu ausencia no creí
abrir y cerrar los ojos
mi ceguera preferida
desconsuelo trajo la contienda que se entibiece ahora

no aprendí a sonreír, me temí clarividente
a caminar de otra forma el tiempo me obligó
porque justo aquí en el silencio se grabarían nuestros nombres
yo sabría el tuyo y tú el mío justo aquí


VIII

este es el camino tras tu ausencia
todos muestran fotos donde no apareces
entonces te dibujé justo aquí en mi vientre 
con las manos abulté mis sueños
escribí su nombre y ya no estuve tan sola por las noches

escribí su nombre y aprendí a apagar la luz de mi ceguera

y justo aquí ocurre todo 
una gotita justo aquí, justo aquí en la sien bajando tibiecita
justo aquí recogemos los restos
justo aquí los enterramos
con el cansancio del sobreviviente que deseó su muerte
manecillas del reloj y mi tic tac 
llenaron espacios de cobardía justo aquí
nuestros antepasados esperan sin historia 
me sumo al rito y mi nombre repiten
y tu nombre
en el pasaje para tu encuentro
abrázame que me lluevo y no sé llorar.

NOTAS

1 Rito funerario mapuche donde se evalúa la existencia de la persona y se le acompaña en su camino que lo llevará hasta sus antepasados.

2 Trapananda: antiguo nombre de la Patagonia chilena.


Catabática

fuga oscura triza el firmamento
catabática, yo
he vuelto
naranjo hambriento desmonta los cerros amanecer sin tus pliegues
a contraluz las nubes
desmontan sur y se estira el velo prófugo
de la novia bruma
insomnio en verde degrades ensueño sur 
telúrico el rostro del viento
elabórese eco, siéntase el eco
catabática, yo
he vuelto
en salina resaca, el pacifico cano se peina en sus costas
durmiente la tragedia
desde pequeña me oculté bajo las mesas
ya mujer salté sobre las mesas
y las lágrimas desmenuzan olas
desde mi brío impaciente
mi velo de novia en las colinas cae
catabática, yo
he vuelto


Noviembre 26 / 8

Si te dijera Hugo, si te dijera... que los veintiséis no me gustan, que las máquinas de hospital respiran por sí solas, que el electroshock es la mínima emoción después de la sentencia que no quieres escuchar, que los delantales de los doctores no son tan blancos
y que nadie tiene la culpa.
e informas que no hay tiempo, dices que haces lo que puedes mientras en Puerto Montt las luces de la bahía no dan señales de nada y la miseria baila en pelotas tu dolor
y no se puede detener nada
sucede Hugo que los veintiséis me traen sospechas y que los ocho suman veintiséis y que el ocho es el universo y el universo no es redondo, sino un ocho desquiciante y todo se repite y trae las máquinas de hospital, el coma, el coma, la sala de diagnostico, el avión que no despegaba y la enfermera que cobraba su dinero antes de subir
abrázame que noviembre arrastra trae esos vientos que me dejan estatua perpetua, mi cuerpo... vientos que vuelan los techos de las casas, botan el alumbrado, las ampolletas tiritan en las mamparas, debes quedarte en el suelo para que no te lleve 
y aún así te lleva
y no habíamos comprado un ataúd ni tierra, todo fue prestado, el cuerpo de los muertos pesa más y fue la única oportunidad que usaste aquel traje que jamás te gustó, tu perro no volvió a comer, ninguna bomba atómica asolaría nuestra calle como esa tarde que llegué con mis zapatos oliendo a cementerio, que dijeron tantas cosas, todos nos cuidarían, todos tendrían lástima de nosotros y todos te creyeron tan bueno y yo no.
y que hoy, malditos 8 años, ya no sé qué inventar para despedirme.


Tango

no te temés a la noche púrpura
un aullido en cada una de tus letras 
pronunciá este nombre, embrujo
la caída pellizca tus huesos encarnados
libido el aliento fuma palmo a palmo mi tacto 

en tu cuerpo bemoles, bandoneón arremolinado
no esperás que tenga el garbo aquel
en las vueltas tu cuello, inmolado 
espalda ondula caída piel canela
infinito otoño en sonrisas de hojas
final lunfardo
al extremo del baile en desafío me llevás
resisto tu cercanía al extremo



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