sábado, 15 de septiembre de 2012

7939.- VALERIA CERVERO



Valeria Cervero nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Integró el grupo de poesía Abriendo la boca y el consejo directivo de la primera época de la revista Boca de sapo. Coordinó talleres de escritura para chicos en centros culturales de la ciudad. Es autora del libro de poemas Cadencias (2011) y coautora del libro-álbum escondidas (en prensa). Algunos de sus textos aparecieron en revistas, murales, plaquetas y publicaciones virtuales. Su blog: www.vc-mordiscos.blogspot.com.




Poemas de Cadencias:



el tiempo se esmera
en la cicatriz
del rumbo
como si creara esa marca

en el esfuerzo
tal vez
olvidamos cada madrecita
de extendida
                       lengua
la humedad transformada
el arranque

apenas partimos
y casi creemos decir lo nuevo
pero solo decimos
nuevamente







y tal vez la travesía vuelva a decir
y a pesar de todo
demuestre
que puedo esperar
            (aun otra
             la mirada en el mundo)
casa en una casa
luz en la luz

la dicha de
habitar la poesía








ya no hay dóndes 

para venir a ser
con las ganas del parto

anocheció tu espera y
tras las heridas y sus velos
queda la línea 
las redes 
la última
vuelta






sonata de río sobre lo que era

tumba 
sobre
tumba:
el agua en su ofrecer de finales

siempre el fondo tan lejano,
y el aire, 
un deseo más arriba








decires
en cuerpo completo
susurros a
media risa
silencios de momento fértil

conocer aguas sin culpa
y arremeter 

: hacia el día inhabitable








y enero nos dejó su causa

: el fuego imprescindible para 
derrotar vacíos
de todas formas

: un viaje de maneras y risas
cubiertas

: escalones de llanto y
más

: acaso el mayor descubrimiento
el más extremo








breve espacio para
r e m o v e r
arena de
desaires

escondidas de hoy
bajo mirada
aquí
casi en el número
incontable

desfiguro 
tu suspiro mi voz el aire
en a b a n i c o

casi latiendo
antes de decir







el tiempo se esmera
en la cicatriz 
del rumbo
como si creara esa marca

en el esfuerzo
tal vez 
olvidamos cada madrecita
de extendida 
lengua
la humedad transformada
el arranque

apenas partimos
y casi creemos decir lo nuevo
pero solo decimos
nuevamente







a penas 
nada

de cada acá
escucha
ríos

y sola vez
se estanca
en

lo que no ve
de cuerdas
aguas

un pacto
pleno
de estar

ahí




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