sábado, 8 de septiembre de 2012

7851.- SHIN KYONG-NIM




Shin Kyong-Nim nació en 1935 en Ch'ongju, North Ch'ungch'ong Provincia, en lo que hoy es Corea del Sur. Creció en la antigua cultura rural de Corea y en años posteriores se fue de viaje por el campo, recogiendo las canciones tradicionales de los pueblos rurales. Su carrera literaria como poeta oficialmente data de la publicación en 1956 en la revista Yesul Munhak de tres poemas. Durante los años posteriores no publicó nada, sumergiéndose en el mundo de las clases trabajadoras, la Minjung, y trabajando como agricultor, minero, y comerciante. La experiencia de estos años subyace en gran parte de su mejor obra como poeta. Sólo se graduó en el Departamento de Inglés de la Universidad de Dongkuk (Seúl) en 1967, cuando tenía más de treinta años.
Su fama como poeta data principalmente de la publicación de la colección de Nong-mu (Danza de los agricultores) en 1973, algunos de los poemas fueron publicados por primera vez en la avant-garde opinión Ch'angjak-kwa Pip'yong en 1970, anunciando su regreso a la escena literaria. Sería difícil exagerar la importancia histórica de este volumen en el desarrollo de la poesía moderna de Corea. En 1974 ganó Shin Nongmu el primer Premio Literario Manhae, con lo que obtuvo publicidad y atención de la crítica.  A Shin lo ayudó a abrir el camino para la aceptación pública de una poesía arraigada en las duras realidades sociales, una literatura militante que habría de convertirse en la poesía de los trabajadores de la década de 1980. 
Ha publicado, entre otras obras:
Nong-mu "Farmers' Dance" en 1973, Saejae (1979), Talnomse (1985), Kananhan sarangnorae (1988) y Kil (1990). 




Canción de dos ríos

Cantado a la unión entre el Río Han del norte y el Río Han del sur 1.

«Ah, me deslicé entre las minas, tan cauteloso; 
crucé alambres de púas que cedieron a mi paso;
escuché los incesantes llantos de las almas en pena;
acaricié huesos gastados y esqueletos limpios. 
Lloraban, lloraban como yo al besarlos».

«Mi cuerpo entero es sólo lágrimas,
sólo el aliento de los campesinos expelido por la tierra. 
El viento cargado de aguanieve se hace cada vez más amargo, 
la espesa niebla cubre toda la llanura,
pero he visto la gloria emergiendo del suelo,
una gloria real, vigorosa como una canción».

«¡Ahora vamos a abrazarnos! ¡Ahora hay que acariciarnos!
Hemos fluido hasta aquí,
tú del norte, yo del sur,
soportando tanto dolor, espanto, miseria.
Cuando tu sangre se mezcle con mi carne,
cuando mi aliento penetre en tus huesos,
todo eso se convertirá en luz.

Ahora bailemos, un solo cuerpo ardiente al despuntar el día».






El mercado de Mokkye

El cielo me empuja a convertirme en nube,
la tierra me empuja a convertirme en brisa,
soplo tierno que agita la maleza sobre el muelle,
cuando las nubes se dispersan y la lluvia se aleja.
Soy un mercader rumbo al puerto Mokkye,
afligido incluso ante el fulgor del otoño.
Tres días en bote desde Seúl
para vender maquillaje los días cuatro y nueve.
Las colinas me empujan a volverme flor,
la corriente me empuja a convertirme en piedra.
Escondo el rostro en la hierba cuando la escarcha muerde
y me abrigo entre las rocas cuando los rápidos son más violentos.
Un viajero cargado, descansando en la entrada de una choza de barro.
El río repleto de camarones.
Seré un tonto durante una semana, por vez primera en nueve años.
El cielo me empuja a convertirme en brisa,
las colinas me empujan a volverme piedra.

1. Los brazos norte y sur del río Han se unen solamente al este de Seúl.

Versiones del inglés de Luis Eduardo García





Ssitkim Kut-

La canción de un espíritu errante

Anda tu camino en paz, ellos dicen, recorre en paz tu camino.
Con tu cuello roto y tus miembros mutilados:
Avanza mil, diez mil leguas por el camino
Al más allá, sin noche, sin  día
Anda tu camino en paz, ellos dicen, recorre en paz tu camino.

Duerme,  dicen ellos, duerme ahora tranquilamente.
Piensa que millones de años han pasado, nunca abras los ojos
mientras caes en un extenso campo, en un prado
o en un pedazo de arena, séllalos con sangre.
Duerme, ellos dicen, duerme tranquilamente ahora.

Apodérate, con tus manos rasgadas y astilladas
Apodérate cálidamente de estas manos cubiertas de sangre.
Un nuevo día  llega, el sol está brillando
Los pájaros  cantan, la brisa es suave
Apodérate, con tus manos rasgadas y astilladas, ellos dicen, aduéñate.

No puedo continuar con mi cuello roto y mis miembros mutilados,
No puedo cerrar tranquilamente los ojos.
No puedo apoderarme de nada con estas manos astilladas,
No puedo adueñarme  de tus manos cubiertas de sangre.
Tengo que volver  con los ojos llorosos y brillantes.
Debo regresar
Con mi cuello roto, cargando mis miembros mutilados,
Apretando los dientes y deseando que caigan tristes las heladas del cielo.
No puedo apoderarme con estas manos astilladas
No puedo apoderarme de tus manos cubiertas de sangre.
Tengo que volver, una densa nube anuncia la tormenta
A  los callejones, a los mercados, a las fábricas, a los muelles;
Tengo que volver, es un clamor violento.





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