Rafaela Pinto nació en Buenos Aires, Argentina, ciudad en la que vive y ejerce su profesión de abogada.
Desde hace varios años frecuenta los foros literarios de la red, y actualmente modera el de su creación, Biofragua, sin perjuicio de participar en espacios amigos. Poemas de su autoría han aparecido en prestigiosas páginas especializadas de la red, como Auténtica Poesía, Letralia, Revista Remolinos, Revista Perito y La Pájara Pinta.
Si bien cultiva el verso blanco, durante largo tiempo se ha volcado preferentemente a las formas clásicas, especialmente al soneto. Su poesía reconoce influencias variadísimas, tales como las de Idea Vilariño, Amelia Lahitte y Francisco Luis Bernárdez.
Ha incursionado en la prosa, en forma decidida, hace poco tiempo, y se encuentra en una etapa de estudio y ensayo de las técnicas narrativas.
Publicaciones:
Feroz Eucaristía, Poemas, Ed. Botella al Mar, Argentina, 2008, poemario que resultara finalista en el IV Concurso Nacional "Macedonio Fernández" de Poesía (2007) y al cual fue otorgado el premio Premio "Faja de Honor 2009", de la Società Dante Alighieri di Tafí Viejo y la SADE seccional Tafí Viejo.
Monseñor, Novela, Colección Biblioteca Digital Siglo XXI, Madrid, España, Marzo 2010.
a medias medianoche, Poemas, Editorial Tres Lagunas, Argentina, 2010.
Premios:
Finalista en el IV Concurso Nacional "Macedonio Fernández" de Poesía (2007) con el libro "Feroz Eucaristía".
Premio "Faja de Honor 2009", de la Società Dante Alighieri di Tafí Viejo y la SADE seccional Tafí Viejo, con el libro "Feroz Eucaristía".
Primer Premio en Poesía, IX Certamen Internacional en Cuento y Poesía JUNÍNPAIS2010.
apenas
apenas llevo un cántaro vacío
un lápiz rescatado entre las ruinas
de mis primeros años
y un silencio
sin tacha ni precintos
acaso sea pobre
instrumental para vencer las sombras
el miedo lateral
la hipocondría
que aprieta con sus pérfidos relámpagos
pero no hay sed si el agua se ha vertido
para dar de beber al penitente
que ha saciado mi entraña
no hay espacio
a llenar si reescribo mis cimientos
para escribirme el aire pecho arriba
no ha callado la vida si demuele
abecedarios viejos mi estoicismo
-nudo mantel sin mesa en el que manda
el pan de la verdad-
no si la lluvia
barre el musgo en mi vientre y se liberan
las gargantas que han muerto
en mi garganta
desafuero
desaforar la noche
con un silencio verde entre los dedos
mientras se rompe el hueso de los años
que han sucedido a medias con nosotros
a medias de coraje en rebanadas
a medias con la voz en bandolera
mintiendo la verdad mientras cotiza
la borra del rencor
la imperturbable
razón de subsistir para esta noche
desaforada en mí y en tu costado
mis ganas de ignorar
y este silencio verde en mi garganta
silencios
qué triste es deambular con los silencios
cuando la noche apaga los relojes
y los espejos guardan en el frío
más frío de su entraña las verdades
es la palabra impronunciada un hueso
cruzado en la garganta
un equipaje
de otoños ultrajados que se clava
infinitado en sombras
infinito
tiene la noche vocación de bruja
cuando en silencios se abre
no obstante llega el día cuando debe
y pone en su lugar los meridianos
del alma y desayuna con nosotros
un sol que se duplica
qué derroche
de gratitud respira si el pan cruje
sobre la mesa si las manos andan
por la rutina ágiles despiertas
y alguien nos dice en el oído "vamos"
el día escande su ambición de flecha
cuando nos prende un beso en la solapa
mujer o kamikaze
he trepado contigo
todos los meridianos
aun aquellos que nunca conducían
al cielo promesante
o al gozo prometido
fui acróbata en tus ansias fui ecuyére
sobre tu carne si la cita era
en sótanos nupciales
o en el andén donde se vende el trino
¿qué clandestinidades no he cruzado
por ser de seda al borde de tu boca?
¿qué dios no convoqué para tu risa
granada en mí
oblada al diente pulcro que en llamas me pedía?
mujer o kamikaze
da lo mismo
hoy que te nombras sin dudar
el solo
y sin embargo escalo todavía
el imposible y más
no devaneo
con la meseta que urde la chatura
buscándome los pies
y alzo el oído
a la palabra virgen que me crece
allá en el más allá
donde duermen mis sueños en barbecho
y escayolada cuelgo de los dones
que buscan mi firmeza y donde busco
sumar pasión
restar indiferencia
sin dividir mi paz
me queda audacia para ver el surco
debajo del granizo (no invencible)
me queda luz para saber el norte
sin dimitir de lunas
sin clausurar el alba cada día
insomne
hay estaciones
donde me llueven versos-alfileres
sobre la tersa piel de un equipaje
que estreno cada vez
como se estrena
una sonrisa de apariencia vana
hay subterráneos
en la ciudad que llevo entre mis libros
esos que tienen cuero de homicidas
dolientes vengadores
de cuanto nunca dije y sin embargo
grita en la letra su furor de tigre
hay siempre un barro insomne que anda suelto
tirando de mi lengua
negándose a la tinta que me escribe
en hebras
tengo un amor de flecha
mudo el siempre
al no va más y apuesto a la distancia
que media entre una flor y sus aromas
y a veces vuelvo en hebras
al corazón del nunca
por un camino ciego de piedras alunadas
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