domingo, 22 de abril de 2012

6723.- SAULO TORÓN NAVARRO


Saulo Torón Navarro (Telde, 28 de junio de 1885 - Las Palmas de Gran Canaria, 23 de enero de 1974), poeta grancanario, que junto a Tomás Morales y Alonso Quesada, fue una de las máximas figuras del modernismo poético canario. Pertenece a la llamada Escuela Lírica de Telde, junto a otras figuras como Fernando Gonzalez, Montiano Placeres, Luis Baez, Patricio Perez e Hilda Zudán, entre otros. Su poesía intimista se caracteriza por el tono sencillo y la escasez de artificios.

Nació en Telde, isla de Gran Canaria, el 28 de junio de 1885. A los 2 años pierde a su madre, a un hermano y a dos hermanas. Se trasladó a la capital de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, con su padre, y estudia con él y, despues del fallecimiento de éste, con su hermano mayor Julián. Su primer empleo fue en una tienda de tejidos. A los 15 años es empleado de Farmacia, para luego pasar a la compañía carbonera de Gran Canaria (Gran Canaria Coaling, una empresa canaria de capital británico) con destino en la caseta del Puerto de la Luz y de Las Palmas donde lo visitaban sus amigos poetas. En 1930 es trasladado a las oficinas de Miller, donde trabajaría hasta su jubilación en el año 1959.
En 1936 contrae matrimonio con Isabel Macario, maestra de canto. El estallido de la Guerra Civil Española hace que se aparte voluntariamente de la actividad pública literaria, hasta casi al final de su vida, cuando los poetas de las generaciones siguientes lo animan a volver a dar algún poema a la imprenta.
Muere en Las Palmas de Gran Canaria el 23 de enero de 1974, a los 89 años.

Estilo
Está más cerca del intimismo y del estilo de Antonio Machado. Abunda un disimulado pesimismo, una vaga melancolía, y la monotonía de lo cotidiano. Su poesía está muy lejos de ser grandilocuente. Lo llamaban el de los versos humildes. Es una poesía que mira hacia dentro y que da gran importancia a su mundo interior.
Logra sintetizar los momentos del día en el mar, con la intriga amorosa, esto es, el amanecer o la espera de la amada, el mediodía o el encuentro de los amantes, el ocaso o la traición y la huida, y la noche o el tormento de los recuerdos y el final de la gran mentira.
Sin duda, el aspecto más interesante de Saulo Torón es el mar. En El Caracol Encantado el mar es la tragedia del amor, la preocupación del poeta es todo para él, y con él se identifica.

Obras
Todo su legado, biblioteca personal, manuscritos y fotografías se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. La producción lírica de Saulo Torón está contenida en los siguientes libros:
Las Monedas de Cobre (1919)
El Caracol encantado (1926)
Canciones de la orilla (1932)
Frente al muro: resurrección y otros poemas (1963)
Poesías satíricas (1975)



HABLA UNA VOZ.

He callado sintiendo el horror del combate,
el cañón que derrumba, la metralla que abate,
las espadas sangrantes en la siega feroz;
he callado sintiendo el temblor del espanto,
la tragedia del grito, el quejido del llanto…
porque todo se hacía en el nombre de Dios.

He mirado ciudades convertidas en llamas;
y entre escombros humeantes, muertos niños y ancianos,
en un bárbaro ataque sanguinario y atroz;
he mirado las cunas hechas pastos del fuego,
y he callado ante el loco, he callado ante el ciego…
porque todo se hacía en el nombre de Dios.

He sabido que el hambre hacía estragos tremendos,
que se han dado suplicios y castigos horrendos,
con el odio en el alma y el rugido en la voz;
y ante tanto hecho bárbaro, ante tanto delito,
he llorado de rabia, con dolor infinito,
¡porque todo se ha hecho en el nombre de Dios!




AL DEJAR LA ANTIGUA VIVIENDA

Al dejarte, vivienda de mi antiguo respeto,
donde pasé los años más puros de mí vida,
quiero, como homenaje de cordial despedida,
ofrendarte el divino tributo de un soneto.

Bajo la paz augusta de tus viejos maderos
surgió, como un milagro, mi juventud en flor;
en ti soñé las gracias de mi primer amor,
en ti labré el tesoro de mis versos primeros.

Tú guardas en silencio todo el pasado mío; .
tu barro es carne mía, que hoy tirita de frío
en este lento viaje hacia la senectud…

Por eso, aunque te deje desolada y desierta,
vendré todas las noches a llamar a tu puerta,
¡a ver si me responde dentro mi juventud!

1919





El Doble

Ya no sé si soy yo o es aquel hombre
que está ahí, frente a mí, o en cualquier parte;
aquel que se disfraza con un nombre
que no es el mío, aunque mi ser comparte.

Aquel ser temeroso y reverente
que mi amistad tímidamente implora,
que unas veces me mira indiferente
y otras sonríe, o desespera y llora.

El ser que me acompaña y me persigue
fatalmente en la ruta, donde sigue
la duda ahondando el porvenir incierto…

No sé quién soy ni quién esto escribe,
si soy yo o es el otro que concibe
y labora por mí, porque yo he muerto.



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