ANTONIO BRAÑAS. (1920-1998)
Nació en Antigua Guatemala, Guatemala. Ensayista, escritor y poeta guatemalteco, hermano menor del poeta César Brañas. Perteneció a la generación del 40 o Grupo Acento y en 1968 Antonio Brañas se integró al Grupo Nuevo Signo, entre los que se encontraban Delia Quiñónez, Roberto Obregón y Luis ALfredo Arango. Colaboró en periódicos y revistas y fue propuesto para el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias en 1993 y 1997. En 1999 Editorial Cultura recopiló su obra poética bajo el título La palabra justa. La colección de poesía guatemalteca siglo XX del Ministerio de Cultura lleva el nombre Antonio Brañas.
ASI EN LA TIERRA COMO EN EL SUEÑO
Todo lo di al sol.
Todo menos mi sombra
Apollinaire
El día de hoy
te sumas a los muertos de la tierra.
Ahora nos separan
esculturas piadosas,
obra de manos oscuras y mortales
también ellas.
Serás definitivamente
este sector de rígidas
construcciones marmóreas
y alamedas;
lentas soledades
custodian y ensombrecen
las desnudas paredes.
Se apartan de tu frente
manantiales y venas
y esta solo gozando
sin jactancia ya desatados lazos
y necesidades,
y dócil hasta cuando incorporado
al ladrillo y los otros
materiales llegas a inaugurar
la tierra por tu cuenta,
la sostiene un poco,
algo la extiendes para los pasos
de los que sobreviven.
Descansa en paz, oh complicada
oh elaborada eternidad concluida.
CANTARES
tú vives em mi mente...
Antes de las estrellas imminentes
antes del fuego diseminado
Antes del la luz reconstruida
Antes de las voces calladas
Antes de la rosa em la lluvia
Antes de su mano olvidada
Antes de los corazones em la carta de amor
Antes de la tarde inmóvil bajo el árbol
Antes de las cosas que siguen su camino
Antes de la media luna em frios corredores
Antes de su pelo ya tiniebla y pasado
Antes de las arenas sumergidas
Antes de los jazmines em el cine rural
Antes de mi voz todavia futuro
Antes de las estatuas de paso vacilante
Antes del jardín donde te escribo
Antes del humo que habitas desolada
Antes de la piedra movida casualmente
Antes de la primavera en el Jardín Botánico
y los aviones desamente lejanos
tú conmigo en la luz de azul enredadera
en el golpe de sangre de mi frente
donde aprendida fábula de viento y encinares
te quedas lentamente
apenas tiernamente arrulladora de ojos brillantes Te deseo
... aunque tal vez el rostro indiferente
CAT NU GANEH
No es la flor abierta
No son los pasos en las escaleras.
No son los ofrecimientos
ni la tristeza, a ratos, de la tarde.
No son los frutos: província de delicia.
Ni las estaciones agrupadas.
No son las calles bajo la lluvia
ni los sueños realizados.
Si lo piensas bien,
acaso recuerdas un gérmen, un suspiro.
¡Oh tus manos de palidez y añadidura!
PROMESA
Por fin esa ruina
en la luz
de ciudades sepultadas
a donde el polvo acude
agitando vegetaciones opacas:
el polvo venido de lejos
tercamente extraviado
avaricioso dd voces juveniles
y sangre interrumpida.
Por fin ese descnso
econtrado preso en el polvo
que el viento levanta a tu paso
justamente anônimo y profético.
ADOLESCENTE DESNUDA
Cuando en las enredaderas
la voz tiembla de miedo
y se pierden los ojos
en busca de una flecha de diamante
obscuro.
O sea una niña
a la orilla del agua
esperando
tener otra vez las manos
(-La voz ligeramente azul)
los pechos sin herida,
limpios de incertidumbre
y prematuros.
Si no me explico bien
diré de nuevo,
que acaso entre los juncos
y las enredaderas,
se encuentre con la luna:
florecida entre ramos de silencio perfecto
y sangre amenazada.
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