miércoles, 1 de junio de 2011

4070.- NIKOLA MADZIROV


Nikola Madzirov (poeta, ensayista, traductor) nació en 1973 en Strumica, Macedonia, como descendiente de los refugiados de las guerras balcánicas del principio del siglo anterior. Su poesía ha sido traducida a unos veinte idiomas y publicada en selecciones y antologías en Macedonia y en el extranjero. Su más reciente poemario, Piedra Trasladada (2007) ganó el premio de poesía europea “Hubert Burda” (con Peter Handke y Michael Krüger como miembros del jurado), y el más prestigioso premio macedonio de poesía “Los Hermanos Miladinovci”. Por su colección Encerrados en la ciudad (1999), recibió el premio al mejor libro de debutante “Palabra de estudiante”, y por su libro En alguna parte en ninguna parte ganó el premio “Aco Karamanov”. Fue redactor de poesía de la revista de literatura y cultura “Esplendor” y es coordinador macedonio de la red internacional de poesía “Lyrikline”. Participó en muchos festivales internacionales de poesía y ganó varios premios y becas internacionales: “International Writing Program (IWP)” en la Universidad de Ayowa en EE.UU.; “Literarisches Tandem” en Berlín; la beca “KultuKontakt” en Viena, Austria; “Internationales Haus der Autoren” en Graz; “Literatur Haus NÖ“ en Krems y la beca “Villa Waldberta” de Münich, Alemania.


“Somos residuo de otro siglo” dice Nikola Madzirov en uno de sus poemas. Sus poemas son como imágenes de un expresionista, llenos de líneas densas y enérgicas como si surgieran de la imaginación y regresaran atrás hacia el poema en el mismo instante, como unos animales nocturnos capturados por la luz de los faros automovilísticos. “Somos residuo de otro siglo” – nos convince Nikola Madzirov eficazmente. Debemos seguir este poeta talentoso.

Adam Zagajewski



Aunque sabemos que estamos en este mundo sólo por un poco de tiempo, alguna gente se comporta como si el mundo les perteneciera a ellos. Aun los literatos no están liberados de esta arrogancia. Sin embargo, Nikola Madzirov escoge a acceder a esta realidad con una humildad magnífica. Casi se pone invisible para dejar que sus poemas brillen. Conoce todos los anhelos de su generación y se retira: “Es muy antiguo el deseo para un toque sobre la frente/ cuando nadie mira”.

Michael Krüger



El libro de Nikola Madzirov “Piedra Trasladada” es titulado apropiadamente porque estos poemas como si surtieran de otro lugar en el tiempo, como reflección de una sensibilidad excepcionalmente sabia y despierta. Mientras leemos estos poemas, ellos empiezan a mudarse en nosotros y nos enriquecemos por habernos abierto a ellos. Madzirov es un alma poco común y poeta verdadero.

Carolyn Forché









Poemas de Nikola Madzirov

traducción de Marija Krstevska


LAS SOMBRAS NOS ELUDEN

Un día nos encontraremos,
como un barco de papel y
la sandía que se enfría en el río.
La inquietud del mundo
estará con nosotros. Con las palmas
oscureceremos el sol y con un farol
nos acercaremos.

Un día el viento no
cambiará de dirección.
El abedul enviará hojas
a nuestros zapatos delante del zaguán.
Los lobos se irán detrás de
nuestra inocencia.
Las mariposas dejarán su polvo
sobre nuestras mejillas.

Una anciana cada mañana
hablará de nosotros en la sala de espera.
Y lo que digo
ya está dicho: esperamos el viento
como dos banderas en una frontera.

Un día todas las sombras
nos eludirán.







ES RÁPIDO EL SIGLO

Es rápido el siglo. Si yo fuera viento,
hubiera pelado las cortezas de los árboles
y las fachadas de los edificios de los suburbios.

Si fuera oro, me hubieran escondido en los sótanos,
en tierra friable y entre juguetes rotos,
Me hubieran olvidado los padres, pero sus hijos
me recordarían eternamente.

Si fuera perro, no hubiera tenido miedo
a los refugiados, si fuera luna
no hubiera tenido miedo a las ejecuciones.

Si fuera reloj de pared,
hubiera ocultado las grietas.

Es rápido el siglo. Sobrevivimos los terremotos débiles
mirando al cielo y no a la tierra.
Abrimos las ventanas para que entre aire
desde los lugares que nunca hemos visitado.
Las guerras no existen, porque cada día
alguien hiere nuestro corazón. Es rápido el siglo.
Más rápido que la palabra.
Si estuviera muerto todos me creerían
cuando me callo.







LAS AGUJAS DEL RELOJ

Hereda tu infancia
del álbum de fotos.
Transmite el silencio
que se extiende y estrecha como
el vuelo de una bandada de pájaros.
Guarda en tus manos
la irregular bola de nieve
y las gotas que bajan
por la línea de la vida.
Di la oración
con los labios cerrados:
las palabras son la semilla que cae en la maceta.

El silencio se aprende en las entrañas.

Trata de nacer
como la aguja grande después de medianoche
y los segundos te alcanzarán en seguida.







NO SÉ

Lejanas son todas las casas con las que sueño,
lejana es la voz de mi madre que me llama
a cenar, y yo corro hacia los trigales.

Lejanos somos nosotros como una pelota que erra el tiro
y va hacia el cielo, somos vivos
como termómetro que es preciso sólo cuando
miramos en él.

La realidad lejana me examina todos los días
como un pasajero desconocido que me despierta en medio del camino
con la pregunta: “¿Es ése el autobús?”
y yo le digo, “Sí” pero quiero decir: “No sé”.
No sé dónde están las ciudades de tus abuelos
que quieren abandonar todas las enfermedades descubiertas
y las oraciones.

Sueño con una casa en la colina de nuestros anhelos,
para ver cómo las olas del mar dibujan
el cardiograma de nuestras caídas y amores,
cómo la gente cree para no hundirse
y camina para no ser olvidada.

Lejanas son todas las cabañas en las que nos escondíamos de la lluvia
y del dolor de las ciervas que se mueren delante de los ojos de los cazadores
más solitarios que hambrientos.

El instante lejano me pregunta cada día:
“¿Es ésa la ventana? ¿Es ésa la vida?” y yo le digo:
“Sí” pero en realidad: “No sé”; no sé cuándo
van a hablar los pájaros sin decir: “Cielo”.








DESPUÉS DE NOSOTROS

Un día alguien doblará nuestras mantas
y las mandará a la limpieza en seco
para frotar de ellas hasta el último grano de sal,
abrirá nuestras cartas y las clasificará según las fechas
en lugar de por la de veces en que fueron leídas.

Un día alguien vendrá a mover los muebles del cuarto
como figuras de ajedrez al inicio de una nueva partida,
abrirá la vieja caja de zapatos
en la que guardamos botones caídos de los pijamas,
las pilas aún no usadas y el hambre.

Un día regresará el dolor de espinazo
por el peso de las llaves del hotel y
la duda con la que el recepcionista nos pasa
el control remoto.

Las compasiones ajenas saldrán detrás de nosotros
como la luna tras un niño vagabundo.








HOGAR

Vivía al final de la ciudad
como una farola de la calle a la que nadie
cambia la bombilla.
La telaraña mantenía juntas las paredes,
el sudor unidas nuestras palmas.
En las transformaciones de las piedras apiladas torpemente
escondía mi oso de peluche
salvándolo del sueño.

Día y noche reanimaba el umbral
regresando como una abeja que
siempre vuelve a la flor anterior.
Había paz cuando abandoné el hogar:

la manzana mordida no se había puesto oscura,
en la carta venía la imagen de una casa vieja y abandonada.

Desde mi nacimiento me muevo hacia los espacios silenciosos
y debajo de mí se juntan huecos
como la nieve que no sabe si pertenece
a la tierra o al aire.







SEPARADO

Me separé de cada verdad de los principios
de los troncos, los ríos y las ciudades.
Tengo nombre que será calle de despedidas
y corazón que aparece en las radiografías.
Me separé de ti, madre de todos los cielos
y casas de despreocupación.
Ahora mi sangre es refugiado que pertenece
a unas cuantas almas y heridas abiertas.
Mi dios vive en el fósforo de una cerilla,
en la ceniza que preserva la forma de un árbol cortado.
No necesito el mapa del mundo cuando duermo.
Ahora sombra de mazorca de trigo cubre mi esperanza,
y mi palabra es valiosa
como un antiguo reloj de la familia que ya no mide el tiempo.
Me separé de mí mismo, para llegar hasta tu piel
que huele a miel y viento, hasta tu nombre
que significa inquietud que me tranquiliza,
que abre las puertas de las ciudades donde duermo,
pero no vivo. Me separé del aire, del agua, del fuego.
La tierra de la que fui creado
está incorporada en mi casa.








CUANDO ALGUIEN SE VA
TODO LO QUE HICIMOS REGRESA

A Maryan K.

En el abrazo detrás de la esquina entenderás
que alguien se va a alguna parte. Siempre es así.
Vivo entre dos verdades
como una luz de neón que vacila
en un pasillo vacío. En mi corazón cabe
cada vez más gente, pues ya no están.
Siempre es así. Empleamos un cuarta parte
de nuestra vigilia en parpadear.
Olvidamos las cosas aún antes de perderlas –
el cuaderno de caligrafía, por ejemplo.
Nada es nuevo. El asiento
en el autobús siempre está caliente.
Las últimas palabras se transmiten
como cubos oblicuos en un incendio veraniego.
Mañana sucederá otra vez –
la cara, antes de desaparecer de la foto,
perderá primero las arrugas. Cuando alguien se va
todo lo que hicimos regresa.






NACE LA PERFECCIÓN

Quiero que alguien me hable de los mensajes
del agua a través de nuestros cuerpos,
del aire de ayer
en las cabinas de teléfono,
de los vuelos que se cancelan por
visibilidad reducida y a pesar de todos
los ángeles invisibles de los calendarios.
Del ventilador que llora por los vientos tropicales,
del incienso que huele maravillosamente mientras
desaparece - quiero que alguien me hable
de estas cosas.

Creo que cuando nace la perfección,
todas las formas y verdades
se agrietan como cáscara de huevo.

Sólo el suspiro de las despedidas suaves
puede rasgar la telaraña
y la perfección de los países imaginados
puede posponer la secreta
migración de las almas.

Y qué hago yo con mi cuerpo imperfecto:
voy y vuelvo, voy y vuelvo,
como una sandalia de plástico sobre las olas
en la orilla.





LUZ Y POLVO

Te encontraré en un momento
entre las cuatro estaciones,
cuando llevan a los niños de paseo,
y las almas regresan
como platos sucios en
una cantina obrera.

No somos una religión
y nadie cree en nuestras
sagradas escrituras.

Nuestras miradas se esconden
en los pliegues de las cortinas,
que dejan pasar oraciones ajenas
y luz que cae.

¿Se tocarán nuestros ángeles
cuando nos abrazamos
en la oscuridad, alguien encenderá una vela
para proclamar un reino?

Somos la luz de una cerilla consumida
que se convierte en polvo
cuando alguien la toca.




TODO

Todo es caricia.
La nieve cerraba sus alas
sobre las colinas, yo cerraba mis palmas
sobre tu cuerpo como cinta métrica
que se desenrolla sólo por la longitud
de otras cosas.
El universo existía
para que naciéramos en lugares diferentes
y nuestra patria fuera el arco iris
que une dos jardines
que no saben uno del otro.
Así pasaba el tiempo:
cultivábamos el miedo dentro de nosotros
mientras en los demás nacía la admiración.
Nuestras sombras se hundían
en pozos envenenados,
las palabras dichas por alguien
desaparecían y aparecían
como pedazos de vidrio en una playa de arena,
rotas y afiladas.
Todo es recuerdo.
El sueño estaba cerca,
lo remoto era lo que soñábamos.






ANTES DE QUE NACIÉRAMOS

Las calles estaban asfaltadas
antes de que naciéramos y todas
las constelaciones también estaban creadas.
Las hojas se decomponían
junto al borde de la acera.
La plata se ponía negra sobre
la piel de los trabajadores.
Los huesos de alguien crecían en
la longitud del sueño.

Europa se unía
antes de que naciéramos y el pelo
de una chica tranquilamente
se extendía sobre la superficie
del mar.








VOLAR

La niebla está suspendida sobre la ciudad
como la cabeza inclinada de la Virgen
en un fresco lejano.

Las antenas de satélite conversan
con los ángeles
cómo será el tiempo mañana:
sereno, seguro, significativo
como un calendario con
fechas rojas.

Pero en cuanto la noche acople
sus sombras con la pared,
tú partirás hacia las ramas
como un ave poco común
del revés de un billete de banco.





ERA PRIMAVERA

Era primavera cuando el invasor
quemó los títulos de propiedad donde cazamos aves,
insectos multicolores, mariposas que existen
incluso en los viejos libros de biología.

Muchas cosas cambiaron en el mundo desde entonces,
muchas cosas el mundo cambió en nosotros.





DESCUBRIMOS EL TIEMPO

Existimos cuando se abren las ventanas
y los documentos secretos. Dispersamos
el polvo sin mencionar
a los muertos y a los que ellos perpetuamente amaron.
Siempre ponemos el pijama
en el fondo de la maleta y
nunca ponemos los zapatos
cara a cara. Leemos las cartas una vez,
para guardar algún secreto.
Con las palmas estrechadas descubrimos el tiempo,
callamos, callamos, nos susurramos cosas
menos importantes que el sueño interrumpido
de una mariposa diurna.







COSAS QUE QUEREMOS TOCAR

Nada existe fuera de nosotros:

los lagos artificiales se evaporan
en el momento en que tenemos sed
de silencio, cuando la ortiga se convierte
en una planta medicinal, y las ciudades devuelven
el polvo a los cementerios más cercanos.

Todas las flores blancas y negras del papel pintado
de los hogares que hemos abandonado
brotan a través de historias impersonales
en los momentos en que nuestras palabras
se convierten en una herencia no legada,
y las cosas que queremos tocar -
en presencia de alguien.

Somos como un zapato en las fauces
de una jauría de perros vagabundos,
nos abrazamos
como cables unidos a través de los ladrillos
de las casas deshabitadas.

Hace mucho que no existe nada
fuera de nosotros:

a veces sol, luz o ángel
nos llamamos uno a otro.






DESPERTAR

En el abrazo transitorio
de la eternidad, hablo.
El viento nos lleva las peticiones de las campanas
entre las plumas sobre las que apoyamos
nuestras caras somnolientas.
Es de mañana. Aire húmedo pasa por
los viaductos, las nubes se separan por
el tacto, los edificios por el vuelo de las golondrinas,
los granjeros rezan para que llueva,
los árboles a la vez
desconocen a las hojas y así
el cielo se pone más grande.

Suaves son tus palmas esta mañana y
suave es la flor de tu almendra dura.

En la iglesia más cercana hace siglos
se habla de un amor
que nos va a sobrevivir.







EL QUE ESCRIBE

Tú escribes. De las cosas que de veras existen.
Pero ellos dicen que estás inventando.

Te callas. Como una red lanzada
por pescadores furtivos. Como un ángel
que sabe qué traerá la noche.

Y viajas. Olvidas,
para poder regresar.

Escribes y no quieres recordar
la piedra, el mar, los creyentes
que duermen con las palmas separadas.







MUCHAS COSAS PASARON

Muchas cosas pasaron
mientras giraba la Tierra alrededor
del dedo de Dios.

Las cuerdas se liberaron
de los cables de conducción eléctrica
y ahora unen amores.
Las gotas del océano
se acumularon impacientes
en las paredes de las cuevas.
Las flores se separaron
de los minerales y anduvieron
tras el olor.

Del bolsillo trasero salieron volando
papelitos por nuestro cuarto transparente:
cosas insignificantes que nunca
haríamos si
no estuvieran escritas.








PAÍSES NUEVOS

Hay que raspar la pared
sobre la que la humedad ha dibujado
el mapa del mundo nuevo
y delinear dispersiones nuevas.

Debajo, las piedras deberán
distribuirse irregularmente como los pasos
de un hombre que huye de sus temores.

Hay que poder ser
un espejo circular en una palma medio abierta
y reflejar los abrazos ajenos
afilados como tijeras que se tocan
sólo cuando hay que cortar algo.

Hay que inventar países nuevos,
para poder caminar sobre el agua.





SUBMARINA

Vestido de arena por el viento
fuera de temporada, vengo a ti.
Cada día ante tu puerta
te ofrezco una semilla de granada.

Tú abres la puerta, la cierras,
vas hacia la ventana y regresas,
como un coral extraño
que toda la vida trata
de abandonar el fondo.






VI SUEÑOS

Vi sueños que nadie recuerda
y lloros en tumbas equivocadas.
Vi abrazos en un avión que se cae
y calles con arterias abiertas.
Vi volcanes que duermen más
que la raíz del árbol familiar
y un niño que no tiene miedo de la lluvia.
Pero a mí nadie me vio,
pero a mí nadie me vio.


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