viernes, 18 de marzo de 2011

3648.- ASHER REICH


ASHER REICH
(Jerusalén, Israel, 1937)
Vive en Tel Aviv. Conocido también como traductor de poesía y editor de revistas literarias. Nació en Mea Shearím, el famoso barrio judío ultra-relogioso, fanático y anti-sionista de Jerusalén. Sus padres fueron de origen húngaro y hasta los 13 años no lo dejaron salir del barrio. Como niño, vestido de negro, tiraba piedras en los sábados a los coches de los judíos laicos que cruzaban su barrio, pero ya se despertaban dentro de él unas dudas religiosas y un afán de conocer algo del «mundo exterior, hereje y ajeno» fuera de su planeta. Al llegar a los 18 se aleja de la vida religiosa y se enrola en el ejército israelí. Rotos tantos tabúes, su familia lo expulsa de casa. En el ejército comienza a leer literatura laica israelí y universal. Más tarde estudia Filosofía y Literatura en la Universidad de Jerusalén y en 1959 publica su primer poema en un periódico de extrema izquierda. Desde 1963 ha publicado más de 15 libros, sobre todo de poesía. En 1985 es becado y vive más de un año en Berlín. Hoy es conocido como un hábil traductor del alemán al hebreo (Hans Magnus Enzensberger, Gottfried Benn, Christoph Meckel, etc). Sus propios libros están traducidos a otras lenguas y su obra es conocida en muchos países fuera de Israel.




Traducción y nota: Shlomo Avayou



Las raíces del verano
La ventana siempre es verano
y en invierno mis persianas,
ellas mismas,
se arrancan de sus goznes.

He aquí el vacío caótico
de mi vida. El graznido, las ranas
me llegan vía las raíces de las noches
desde el pantano, aún no nacido.
.
Muy fulgurante el verano que succiona mis días,
que me separa de mis noches. Tel Aviv quema
mis nervios. En un parque, para reponerme
me siento sobre un banco triturado meditando
sobre mi futuro que se va acortando. Mis recuerdos
documentados, lo único que trasmitiré a mi hijo.



De Moznaim [La balanza], revista bimensual de
la organización de los escritores hebreos,
num. 5-6, verano 2008








Un documento
Soy un hombre solitario
en un país aislado
que me aísla.
Vivo de una hora a la otra
con mi espalda al mar enorme
y un sol ardiente sobre una tierra
escaldada por promesas y sortilegios.
Yo, aquí, atento a los latidos de la redención
vuelvo y redescubro la soledad,
vuelvo y releo a Robinson Crusoe,
viviendo alguna hora su gloriosa soledad,
pensando como se volvió mi vida
una remota isla.
He aquí, yo, al borde de un café,
reliquia de unos ayeres,
en el muelle silencioso de Yaffa.
Aquí aterrizaron los pioneros.
Aquí, mis antepasados, refugiados en busca de redención,
empujados por sueños magníficos. Aquí retumbaron
estallidos y júbilos, el génesis de los días al final
del viaje de mis padres a su Cabo de la Buena Esperanza.



Del libro Temunat Matsav [Informe sobre la situación]
(HaKibbutz HaMeujad, Tel Aviv, 1975)


[http://www.elcoloquiodelosperros.net/numero26/esp26as.html]

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