lunes, 14 de marzo de 2011

3554.- MARÍA CECILIA MUÑOZ GALEANO



MARÍA CECILIA MUÑOZ GALEANO
Bello, Antioquia. COLOMBIA. Comunicadora Social - Periodista. Ha publicado en revistas literarias del país. Ha participado en encuentros poéticos nacionales e internacionales. Es directora de la Casa de Poesía Porfirio Barba Jacob, cofundadora de la revista Poética y de la publicación periódica de poetas colombianos El Son del Viento. Ha publicado el libro de poemas “Entregas”.

Correo electrónico: mceciliamg@gmail.com





Razones

En las mañanas
Recojo con premura
En el patio de mis días sin aliento
Trozos de tu fuego nocturno:
Iluminan incesantes el camino a mi paso.

En tu piel
Extenso tatuaje de sueños despiertos
Envuelvo mis dudas cotidianas
Y me desnudo.

En tu palabra perenne
Refugio mis gritos silenciosos
De ahogada
Y un sol enciendes dentro.

En tu mirada apaciguada y tierna
Encuentro el aliento necesario
Para la lucha que libramos.

La noche cae a mis espaldas

Y el deseo
Llega de frente.







Territorio

Una larga espera de días
Llega a su fin:
Hoy he puesto mis pies sobre tierra.

Un pedazo de sol ya en mis manos
Tejido de sobresaltos
Y callados reclamos
Es la razón...

Después de intranquilos sueños
De silencios acomodados sin remedio
En el costado de mis noches
Renazco y asisto a otra visión
Del presente.

La seguridad de habitar otra en mí
Instaura un nuevo territorio.
La descubro con alegría en la piel
Se esparce por mi cuerpo ... todo.
Hoy...








Padre

In memorian 2002

Recuerdo sin tristeza
La maravillosa calma
De tardes de domingo y cigarro
Sacando vida a trozos de madera
Para saludar con orgullo
El acabado perfecto de su obra
En todas las cosas
Y exhibirlo luego a los ojos del mundo
El pequeño mundo que lo circundaba.

Esa premura suya por pasar los días
Construyendo armarios, cómodas, repisas…
Abriendo espacio a la nostalgia,
Guardando la soledad de su tiempo,
Ocupando hasta saciar las pocas horas de ocio.

Toda una vida entregada al oficio de hacer…

Y al final
Ese mismo temor a la quietud,
La calma de unos días venidos temprano sin consulta previa
De unas manos vacías de sol
De un pensamiento desnudo en el tiempo
De unos sueños al pie del abismo:
Una historia resuelta, con sentido para todos.

Menos para él.
Dio vuelta al reloj del tiempo
Y comenzó de nuevo
A construir vidas
Tallando sin descanso sus nuevos viejos días,
Buscando una razón al desasosiego…

La calma le llegó una tarde.
Cuando sus repisas y armarios reventaban ya recuerdos.

Hoy siento en mí la nostalgia
De no haber asistido a tiempo
Su soledad,
Esa que siempre lo rondó
Y nunca vimos.









Ellas

Las he visto de nuevo
Y las he mirado de frente
Como nunca.

Sus cuerpos y sueños gastados
La palidez extrema de su piel.

Ellas las del encanto
Y la belleza perdida
Dan la lucha
Sobreviven invisibles
Adheridas como musgo viejo
A las paredes de la ciudad.

En contra de todo orden
De toda limpieza
Permanecen.

Dan cuenta ante los ojos del día
De las fisuras
En la carne del hombre.









Abuela

Estos años tristes
Sin cesar rebotan en el piso
Hasta hacerse añicos.

Estos recuerdos
De ángel dormido
Sin ventanas al viento de otras auroras
Golpean el cuarto a reventar.

Los días
Suceden incansables pero no preguntan
Por su perdido rostro
Por sus azules noches
Levantado el arduo fuego
En las mañanas...

…Nadie sabe
Que a estas alturas de la vida
Desafía instante tras instante
Los silencios.


[http://www.lyricaspecies.com/maria_cecilia_munoz.htm]

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