viernes, 22 de octubre de 2010
1786.- MANLIO ARGUETA
MANLIO ARGUETA, poeta y novelista salvadoreño es, sin duda, uno de los escritores vivos más importantes de la región centroamericana. Nació en San Miguel, la tercera ciudad provincial más importante de El Salvador, cabecera del departamento oriental del mismo nombre, en 1935, y comenzó a escribir poesía desde que estaba en cuarto grado. Argueta fue miembro de la autodenominada Generación Comprometida y del Círculo Literario Universitario, dos de los grupos literarios más reconocidos en El Salvador, surgidos entre 1950 y 1956. Dichos grupos estaban formados, además del propio Argueta, por Waldo Chávez Velasco, Orlando Fresedo, Eugenio Martínez Orantes, Álvaro Menéndez Leal (luego Álvaro Menen Desleal), Mercedes Durand, Irma Lanzas, Mauricio de la Selva, Armando López Muñoz, Rafael Góchez Sosa, Jorge A. Cornejo, Tirso Canales, Ricardo Bogrand, Roberto Armijo, José Roberto Cea, Ítalo López Vallecillos, Hildebrando Juárez, Alfonso Quijada Urías, Roque Dalton, José Enrique Silva, Jorge Arias Gómez, René Arteaga, Roberto Armijo, José Napoleón Rodríguez Ruiz, entre otros.
Manlio Argueta se matriculó en la facultad de derecho de San Salvador donde se encontró con otros estudiantes que, como él, oponían la creciente resistencia al sistema político autoritario de su país, de su conciencia social, su arte poético y sus ideales de justicia. Entre los años sesenta y setenta, la oposición política vedada a nivel partidario se ejercía desde la Universidad Nacional, centro de base de diferentes grupos que luchaban contra la represión militar de la época, entre los cuales estaban los integrantes del grupo llamado la “Generación Comprometida”. El grupo se formó en torno del Diario Latino dirigido por Juan Felipe Toruño. A partir de su mismo surgimiento, esta generación se planteó dos compromisos: uno estético y otro político. De ahí, justamente, la razón de ser del nombre que bautizó a toda su generación. Argueta fue inspirado especialmente por la poesía de Pablo Neruda y César Vallejo, las novelas de John Dos Passos, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, y los cuentos del salvadoreño Salarrué. Argueta sufrió doce estadías en cárceles nacionales y cuatro exilios, el primero de ellos cuando tenía 24 años de edad.
Desde muy joven sobresalió en la poesía habiendo ganado dos premios de poesía a nivel nacional, antes que nadie lo conociera públicamente como poeta (“Canto a Huistaluxilt” y “Canto Vegetal a Usulután”, noviembre y diciembre de 1956. Ambos poemarios fueron publicados en La Prensa Gráfica. El primer poemario fue editado, además, en la ciudad de San Miguel (1958). En 1967, su novela El valle de las hamacas obtuvo el primer premio en el Certamen Centroamericano de Novela, convocado por el CSUCA. El libro fue publicado por la Editorial Sudamericana (Buenos Aires, Argentina, 1970), por entonces encargada de la divulgación internacional de los autores del "boom" narrativo latinoamericano. Durante la guerra civil que vivió El Salvador (1981-1992), por sus escritos y su actividad política, Argueta estuvo exiliado en Costa Rica en 1972, aunque al poeta no le gusta denominarlo "exilio" porque Costa Rica lo acogió como a uno de sus hijos dilectos. Vivió en Costa Rica desde 1972 hasta 1993, donde fue profesor por ocho años de la Universidad de Costa Rica (Cátedra Actividades Culturales) y dos años de la Universidad Nacional, Heredia (Talleres Libres de Poesía y Cuento). Luego fue fundador y por diez años ocupó el cargo de Presidente Ejecutivo del Instituto Cultural Costarricense-Salvadoreño, para el intercambio artístico centroamericano y Europa. En ese Instituto fundó el Teatro de La Calle 15.
Durante los años de residencia fuera de El Salvador, obtuvo el Premio Internacional de Novela "Casa de las Américas" con Caperucita en la zona roja (La Habana, 1977. Fue traducida al inglés como Little Red Riding Hood in the red light district, Willimantic, Curbstone Press, 1998, en version de Edward Waters Hood). En 1980 ganó el premio UCA Editores (San Salvador) con su novela Un día en la vida. Varias veces reeditada, fue traducida a diez idiomas (inglés, francés, italiano, danés, sueco, holandés, alemán, ruso, hebreo y ucraniano) y ha vendido miles de ejemplares alrededor del mundo. Ha sido dos veces Director de la Editorial Universitaria de la Universidad de El Salvador (1971-72 y 1994-95). Director co-fundador de la Revista Pájara Pinta y Director de Revista Universidad, Director de la Librería Universitaria (1993-96). Fue Secretario de Comunicaciones (1994-95) y Director de Relaciones Nacionales e Internacionales de esa misma Universidad (1996-2000), donde impulsa el proyecto para la construcción de la Villa Olímpica en la Universidad de El Salvador, 1999, que produjo posteriormente la reconstrucción de dicho Centro de estudios, año 2000, a{o que pasó a ser Director de la biblioteca Nacional de El Salvador.
Después de casi 20 años de vivir en San José y de nacionalizarse costarricense, regresó en la década del '90 a El Salvador, donde ha ejercido diversos cargos culturales. En el primer trimestre de 2000 fue nombrado por el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA) como director de la Biblioteca Nacional de El Salvador, cargo que ocupa hasta la fecha. Su obra literaria le ha valido numerosos reconocimientos. En el 2000, su novela Un día en la vida obtuvo el 5º. lugar en la lista de las 100 mejores novelas latinoamericanas del Siglo XX, según la Modern Library. En el 2004 fue declarado "Escritor Meritísimo de El Salvador" según decreto de la Asamblea Nacional. En el 2005 le fue concedida la prestigiosa Beca Guggenheim para trabajar en una novela sobre el tema de la migración salvadoreña y el Premio de Poesía "Naim Frashëri" de Macedonia, la más alta distinción en poesía de aquel país.
Aunque se le conoce sobre todo por sus novelas, ha incursionado también en la poesía, el cuento y últimamente, en narraciones infantiles. Children's Books Press de San Francisco publicó una edición bilingüe de su cuento The Magic Dogs of the Volcanoes, donde cuenta la leyenda de los cadejos, una tradición oral salvadoreña sobre perros mágicos que hacen el bien. Debido al conocimiento internacional de su obra entre diversas comunidades académicas del mundo, ha sido objeto de tesis doctorales, congresos literarios y otros actos académicos, además de que ha dictado clases, como profesor invitado, en la cátedra de Literatura Centroamericana de San Francisco State University y en otros centros de estudios superiores de Europa, Estados Unidos y Canadá. Manlio Argueta es un escritor de gran éxito y popularidad en Estados Unidos y en el resto de América Latina. Por esta razón, no es exagerado afirmar que Manlio Argueta es el más universal de los escritores salvadoreños.
LIBROS PUBLICADOS
Poesía
Canto a Huistaluxilt, La Prensa Gráfica, San Salvador, 1956
Canto Vegetal a Usulután, La Prensa Gráfica, San Salvador, 1956
Poemas, Editorial Universitaria, San Salvador, 1967
El animal entre las patas, Editorial Universitaria, San Salvador, 1968
Un hombre por la patria, Editorial Universitaria, San Salvador, 1968
En el costado de la luz, Editorial Universitaria, San Salvador, 1968
De aquí en Adelante, San Salvador, Editorial Los Cinco, San Salvador, 1968.
Las bellas armas reales, Editorial Marca, San José, Costa Rica, 1979 y 1982
Poesía Completa 1956-2005, Editorial Hispamérica, Universidad de Maryland, Estados Unidos, 2006
POEMAS ESCOGIDOS
1. CUANDO TÚ MIRAS
Amada, cuando tú miras
hay dos clases de mundo:
un mundo tuyo y mío, bueno y lejano.
donde el aire es más aire
y donde el sol es más sol que las naranjas.
Cuando tú miras
hay un horizonte abierto de palomas.
Un suave olor a bosque y azucena
donde nadie se muere de tristeza
ni de hambre y el pobre tiene la alegría mundial,
donde el hombre ríe así no más, sin compromisos,
tan seguros estamos
como que tú, tienes rostros de río florecido
o paso de gacela recién salida del aire.
Cuanto tú miras, amada, y pequeña guardiana
de la tierra, cuantos hombres se mueren
antes de haber alzado el rostro hacia la vida.
Cuando tú miras, amada, pequeña y bella
como una torre de sol, todo lo que sucede
se vuelca hacia tus ojos,
te rodean los actos, las miradas.
Estas entonces sola, indefensa, casi perdida niña,
admirada y desnuda como cisne en el día.
¡Ah, pero si no estuvieras.
cuanta más soledad habría!
2. POEMA DE AMOR
Un día que te amé inesperadamente
llegaste con tus aves, con tus rosas
más puras
y fue Marzo el camino más azul de tus llamas.
Porqu tú fuiste, amor, quién más cantaba
o el fórforo más limpio de una estrella.
La cosecha más pródiga,
La estatura que conmemoraba el momento felíz,
el dulce abrazo que a la vida nos unía.
Para que tú llegaras
hube de multiplicarme
soportar largas noches
y luces que dolieron como piedras.
Pero aquí estás ahora,
suave amor en el aire son tus pasos.
Azúcar navegable eres, agua dulce que asalto
y colonizo, espacio que me ama,
zona donde recojo
mi venganza terrible para mientras tanto.
Voy a poblarte ahora
¡Nos llenaremos de hijos y banderas!
No estarán tus manos para cegar la tierra.
¡Nos llenaremos de hijos y banderas!
No bastará tu boca para cantar.
¡Nos llenaremos de hijos y banderas!
Nos llenaremos de hijos y banderas
y entonces, incluso,
podríamos rodearnos de planetas.
Porque nosotros, amada, ya no estaremos
solos en la vida.
Porque nosotros, amada,
ya no estaremos en el sueño.
Cantando las cosechas. (más que los dos
o nuestros hijos personales),
nos multiplicaremos buenos y guerreros.
....Y nos seguiremos amando.
3. POST CARD
Mi país, tierra de lagos, montañas y volcanes,
pero no vengas a él
mejor quedas en casa.
Nada de mi país te gustará. Los lirios no flotan
sobre el agua.
Las muchachas no se parecen a las muchachas
de los calendarios.
El hotel de montaña se cuela como una regadera.
Y el sol ¡ah, el sol! Si te descuidas te comemos en fritanga.
Los niños y los perros orinan en las puertas de las casas.
Los mendigos roban el pan de los hoteles:
Puedes morirte de hambre,
puedes morirte de cólera,
nunca de muerte muerte.
Luego los francotiradores, las bombas en los automóviles,
los puentes dinamitados.
Cierra la puerta a las tres de la tarde.
Con dinero no salgas a la calle, no te pongas reloj:
Puede salirte un ladrón
y timarte con el premio de la lotería.
Ah, y cuida de decir que mi país es una mierda,
te amarraríamos a un poste de la esquina
y te violaríamos,
¡después te sacaríamos las tripas de una cuchillada!
Cuida que no te coja un cambio de gobierno,
¡válgame Dios! Mejor quedas en casa.
Pero mi país es tierra de lagos, montañas y volcanes.
Si sales dos kilómetros fuera de la ciudad
te encontrarás con tigres y culebras,
avispas ahorcadoras, escorpiones, arañas.
Es preferible estar en la ciudad
y respirar el humo de los autobuses,
escuchar el claxon de los automóviles
o el pregón de los vendedores ambulantes.
Mi país, tierra de lagos, montañas y volcanes
pero no vengas a él si deseas conservar la vida.
Puede morderte una culebra.
Puede comerte un tigre.
mejor quedas en casa y no gastas en hotel ni en avión.
Te sacaríamos los ojos y te los comeríamos.
O una bomba, una bala perdida,
una flor con dinamita.
Y tus huesos comidos por las hormigas…
Y tus huesos comidos…
Y tus huesos…
y tus… y…
4. LOS ZOPILOTES
Vuela sobre los basureros.
Se posa sobre los animales muertos.
Se alimenta de carroñas, inmundicias
de toda clase: caballos, perros
y seres que no tienen sepultura.
Es del tamaño de una gallina. Color negro.
Excepto, algunos casos, cabeza roja o blanca.
El cuello es rugoso y detestable.
Pico grande y afilado como navaja.
Comienza por devorar los ojos,
luego va descarnando a la víctima
hasta dejar los huesos pálidos.
Se le ve volar encima de los volcanes,
planeando. Volando en círculos.
Busca muertos en el monte y las calles.
Su nombre científico es Coragys Atratus.
Cuando tiene la cabeza blanca o colorada
recibe el nombre de quebrantahuesos,
o rey de los zopilotes o tencute,
y científicamente: Caracara Cheriwey.
Es el águila negra de las canciones
mejicanas, para diferenciarla
de las verdaderas águilas.
Pero la caraterística fundamental
del zopilote es que se come los muertos
del otro mundo. A diferencia
del águila majestuosa, hermana
de nuestro gavilán pollero, ave rapaz,
elástica, fulgurante,
que se alimenta de seres vivos.
Bella y terrible, a la vez.
El águila es hermosa,
el zopilote come mierda.
5. BIRHT CONTROL
Esta noche no dormiremos juntos,
hay sarampión en la ciudad y podrías
quedar embarazada, cosa grave:
parirías un monstruo, una flor.
Morirías entonces de pesar
y yo de frustración me moriría.
Esta noche no dormiremos juntos,
no beses esta piel de perro en celo.
No me hagas caer en tentación.
Podrías concebir lo que no quiero.
Además, mejor vivir sin hijos
¡por Dios! con tanta mala muerte.
6. CÁRCEL
¿Dónde estarán los otros? Dijeron que vendrían
pero nadie aparece. Nuestros ojos amarran
los últimos recuerdos pero nadie aparece.
Escribimos un nombre (las paredes son grises):
aquí estuvieron hombres como fieras en selva,
aquí se amaron otros como nunca se amaron.
¿Cuándo vendrán los otros para hablar,
para mirar a alguien, para sonreír
con las personas? A veces digo
que estoy triste y recuerdo las voces que recuerdo.
¿Dónde estarán los otros? Dijeron que vendrían.
Salgo a buscar a mis amigos
y me encuentran cercado por los muros.
7. COMO LAS CARTAS DE LOS NIÑOS
Qué lindo sería poder escribir
y que me saliera espuma. O que la noche
tiritase a lo lejos. Ladridos de perros
a lo lejos. Que alguien cantara.
Como los animales que florecen
el amor crece de noche.
Qué lindo desahogar el nudo en la garganta.
A escondidas.
Para que nadie advierta nuestros corazones.
Alguna vez sentirse inconmovible. Encontrarse
bebiendo leche bajo el sol, en atardeceres
de rosa de los vientos.
Te verías muy linda dentro de un cuarto oscuro
donde sólo estuvieras vos y mis circunstancias.
O acariciar tu pelo suelto
como manadas de lobos de ojos negros.
Y hacer dormir
sobre mis hombros el movimiento del mar.
Oscuridad en la puerta del odio.
Agua que siempre deja de correr,
cuando cerramos los ojos.
Y que nuestros pasos fueran abriendo
casa por casa las paredes.
Y que detrás de cada vidrio,
de cada cortina en la ventana del mundo,
estuvieran las ideas del poeta maldito
que le resulta terrible hacer una maldad.
O el vuelo de mi sangre. O una mañana
de canciones bellas.
¡Ah la felicidad como las cartas de los niños
que van y vienen y nadie las detiene!
O como los pericos que pasan volando.
Todo sera fuego aquí
donde caes despertándote.
Me encantaría beber el agua que canta
la misma canción, el invariable río.
Repartir la cosecha de flores
que producen las manos cuando dicen
adiós, nos vemos, hasta luego.
Me agradaría encontrar de nuevo y mirar
como tejes tus telarañas de araña benigna
al escribir poemas de amor con gotitas
de odio. O mejor
sin ir tan lejos
acopiar los papeles perfumados y verdes
llenos de mala ortografía y de recuerdos.
Quien canta como si nada.
Es la vida que fluye
o los hombres que despiertan.
Y afuera hay un frío inerte.
Pero no pasa nada. No pasa nada
en esta vida, mientras camino
mirando atrás, por las calles floridas
de la Colonia Centroamérica. Y suena
un ruido de fusiles.
Como si estuvieran tocando violentamente
las puertas de la vida.
O las catacumbas de la muerte.
8. COMO LOS METEOROS
Así como los meteoros celestes abren
pétalo tras pétalo para descubrir el polen
y la miel
así buscan mis dedos y abrazos
donde poner sus huesecillos de vida.
9. DECLARACIÓN DE AMOR
Porque te cansas de estar sola,
de encontrar en tu cama
la sombra de la noche anterior.
Porque te mueres de mirar
las parejas d casados
que de alguna parte vienen.
Porque te desmayas de soledad.
Porque la casa está vacía.
Porque tienes jaqueca.
Porque los sueños luctuosos.
Porque los gatos del vecino.
Porque los niños con cabeza
de pajarito.
Porque lloras al despertar.
Porque eres del sexo débil.
Porque crees ser hermosa
(y lo eres)
como una puesta de sol.
Porque los ojos negros te vuelven
loca de remate.
Por eso quieres que sea tu marido.
10. INFANCIA 1942
La infancia era la noche especialmente,
y pensar en el día que vendría mañana,
mamás enfermas, papás que no llegaban nunca,
hermanos que se iban olvidando
a medida que ya no regresaban.
Y era la muerte la mátalascallando,
como si se enojara todo el tiempo.
Iba y venía perra de los atardeceres
llevándonos amargas cicatrices y gritos
y angustias y dolores y lágrimas y mares.
La infancia era la muerte cagándose de risa.
Se nos quedaba viendo de a poquito
desde las uñas de los pies
hasta la punta de los pelos parados.
Comenzaba a escoger como si nada.
Recorría los barrios,
se llevaba a los niños más hermosos y pobres
dejándonos dolor y sacrosanta herida.
El aire entonces con sus manos aves
jugaba con nosotros para que no temiéramos.
Sin embargo moríamos de miedo,
mirándola implacable
con sus terribles dientes de caballo.
De uno en uno se acaba hasta la raza,
decían los papás y las mamás temblando.
La infancia es esta muerte satisfecha,
sus monedas de plata, sus corbatas,
cuchillo de oro, bala envenenada.
Y nos dejaba penas, desconsolados siempre.
Porque si algo dolía en estos barrios,
era la dura muerte, la inflexible,
que además se burlaba de nosotros
porque no éramos aptos para absorber horrores.
Y quedábamos solos, hijos de Dios,
niños abandonados al temor de la noche.
Preguntamos por qué tanta desgracia.
Por qué la muerte infame
se llevaba a los buenos y a los malos,
pero siempre a los pobres, eso sí.
Y se echaban los padres, los abuelos y tíos
un trago. Más que trago era copa de lágrimas.
Mientras tanto los niños debajo de las sábanas
oíamos retumbos
que venían del fondo del volcán.
11. NADIE TOCA LA PUERTA
Como un ángel en llamas localizo el sonido
de tu casa en el cerro. Cuando acudes a abrirme
solamente la calle, un silencio que huye.
Miras el aire de oro mecido por la noche
que se acerca y golpea tu ventana de miedo.
Como un fantasma entonces te abraza mi fantasma.
Mis pisadas se asombran de tu sueño despierto
y penetro a tu lecho como un ángel desnudo.
12. TEMOR IMAGINADO
Me da miedo quererte, por eso me conformo
con dibujar tu nombre con mi miel y mis ojos,
navegar en las ondas de tu cuerpo de mar.
Me da miedo llamarte. Cada palabra tuya
a la distancia son tus labios que vuelan
y tu celo que tiembla al ritmo de mi cuerpo.
Me da miedo la música de tus voz en el aire
y perderme en el tiempo sin tiempo del temor.
Me da miedo el encuentro de tu sangre y mi sangre,
no poder traducir el lenguaje distinto
de tus actos que vuelan en la flor y las aves.
Sólo tu ofrenda libre me repone del miedo
para vencer lo real de tu asombro desnudo
que al tacto de mis manos es piel imaginada.
13. EL PARAÍSO
Fuera de Dios, a todos roe la miseria…
En el día primero, cuando la misma canción en la memoria:
¡El que llegue por último es una sabandija!
¡Pobres de los que faltan!
Pero alguna ventaja hemos ganado. A quienes combaten la pobreza
¡Mil años de felicidad! Y a quienes la defienden ¡mil años más!
No es culpa de los hombres que la miseria sea una realidad
Independientemente de nuestros sentidos:
El corazón tiene razones que la razón no comprende.
Fuera de Dios, a todos roe la miseria. Pero no a todos les fue
Dado combatir la miseria a costa de la riqueza de unos pocos.
Las guerras de la propiedad nos hicieron dejar los dientes
En la tierra de los combates, la sangre en las espadas
De conquista.
Pero eso fue en el día primero, cuando la misma canción en la memoria
¡el que llegue por último es una sabandija!
Y los reyes con sus nalgas de nácar y las princesas de sangre
Dudosamente azul. Y las hijas de los gobernantes
Hadas madrinas de la belleza como una vágala niebla metafísica.
¡El que llegue por último es una sabandija!
Y llegan los ostentadores de riqueza en primer lugar
Y no tienen la culpa de su mayor velocidad. Y no tienen
La culpa desde los días de la creación: el árbol
De manzanas, nuestros órganos, la culebra, Adán y Eva
Bellamente desnudos. La miseria es una realidad
Desde los días primeros: Eva con voracidad de pecado,
Adán y su papalota negra en el aire. Pero aquí no pasa nada.
¡El que llegue por último es una sabandija!
Y seguimos llegando. Pero aquí no pasa nada, cada quien
A su cueva, ¡por Dios!
Cada quien a su cueva o comienzo a morder a todos,
Cada quien a su cueva… o comienzo a morder a todos.
14. RECUERDO A LA MUERTE DE BERNARDO
Fue en mil novecientos sesenta. En nombre de la amistad
Nos invitaste a tomar café en la casa de Christie:
“No hay cuidado muchá, beban sin miedo”.
Pero nosotros no teníamos miedo. Hablabas por hablar.
Nos habían contado que eras un malvado, enemigo de la patria,
Terrorista, subvertidor del orden:
“Por eso me persiguen”. Y nosotros no
Sabíamos sobre tu delincuencia.
“Christie los mirará con otros ojos”.
Y Christie nos miró
Con sus ojos grises.
“Luchamos para que otros coman
El pan que sobra en la mesa de nuestros padres”.
Por eso te buscaban.
Mil novecientos sesenta y seis, la muerte ahora.
Después de tanto buscarla.
Después de no temerle.
La muerte en el camino.
No tuviste la dicha de mirar por vez última a Christie,
Ni a tus amigos,
Ni a tus hermanos, ni a tus padres.
Contigo nada.
Los periódicos nos hablan de tu muerte.
Te tiraron a un río para que nadie te encontrara.
Con los dedos atados a la espalda tu cadáver.
Con cinco balas de fusil en el pecho
En el Motagua flota tu cadáver.
Te asesinaron por malvado
Y eras el muchacho más bueno de la zona cinco.
En Retalhuleu te mataron.
En el Motagua flota tu cadáver.
Entre bejucos y lianas tu cadáver.
A los veinticinco años una muerte rara
Una manera de llorar y gritar
A los hijos de puta que son tus asesinos.
Christie ya no tendrá ninguna lágrima
Y marchará temblando de frío
Por una de esas floridas calles de Guatemala.
Yo te dedico las lágrimas del mar.
Me quedo con el recuerdo sólo de cuando tomábamos
Café en la casa de Christie.
Con el recuerdo
De tu vos premonitoria
De la bondad convertida en violencia
Para que todos tuvieran el pan
Que sobraba en la mesa de tus padres.
Eras un muchacho demócrata y por eso te mataron,
Porque no hablabas con
Palabras sagradas
Mil novecientos sesenta y seis, la muerte ahora.
Después de tanto buscarla.
Después de no temerle.
La muerte en el camino.
No tuviste la suerte de mirar por última vez a Christie,
Ni a tus amigos,
Ni a tus hermanas, ni a tus padres.
Contigo nada.
Así son las cosas cuando se llega la hora de morir.
15. REQUIEM POR UN POETA
Tu que vas por el mundo en la hora del sueño.
Marchas con alegria. Saludas con una flor
Iluminada por tu sonrisa de nino malo.
Tu que hablas con los vagabundos. Haces poemas.
Das de beber al sediento en las noches dificiles.
Tu que deseas congraciarte con la humanidad. Repites
Homo hominis lupus y sin embargo nada tienes.
Por el camino vas dejando todo. Tiemblas de frio.
Ves en el amigo la mejor estrella.
Compartes la camisa. Te das en la poesia.
Te queda sucio el cuerpo, el polvo de la luz;
Lees orlando fresedo en las paginas literarias
Pero por dentro te nacen rios entre lirios.
Y descubres el oficio de ser hombre.
Se que resulta dificil ganar el pan de cada dia
(danoslo hoy perdonanos). Y peleas con los perros;
pero alzas los brazos \en direccion al aire
hacia donde palomas en bandadas
miran con sus ojillos de encendidas luciernagas.
Y tu las miras tambien, en la hora del cazador.
Y tu las miras en la hora que nos roban el corazón.
No hay alternativa. Robas el pan al llanto, !ladronzuelo!
Es la palabra de siempre. Luego, el himno de batalla;
Miradme no me queda nada salvo salvo mi fama de bandido,
Y mi piel cantadora, alma mia, alma mia el dia que me olvides.
Lavas el aire con tu rostro de agua fresca.
Cuando eres el primer perfume de la madrugada.
Cuando eres malherido constante. Figura malherida.
Copa de luz enferma. Incomprendido por el puñal de la noche.
Asi te mueres, la suciedad del tiempo
Cae sobre tus formas de poeta.
Temes al soplo de la soledad. No sabes
Adonde ir. No sabes si naces para el vuelo
Y hay que robar el pajaro cautivo. Por eso
Cuando llueve sobre la hierba, cuando los clarineros
Dibujan el perfil de la manana, cuando las cigarras
Entonan la misa de los desaparecidos,
Hacen tu vaso limpio y los ojos que velan.
A veces eres piedra mojada por la niebla del vino.
Inaccesible bondad o angel de la guarda
Que no sabe a quien cuidar. Y entonces caminas.
Buscas la soledad en el sueño de viajero sin alas.
Y alla lejos, nos disputamos con nuestros propios deseos
La espina de pescado, pero no, el caro sorbo de agua,
El duro pan, el encierro.
Igual nos saludamos con el mismo sombrero.
Despiertas en las calles
Con ramos de flores !buenos dias! Y saltan
Las estrellas humedecidas por la noche.
Tus pies navegan en octubre. Navio de otoño.
Mar tocado por el oro de las hojas agónicas.
Mientras un ciervo besa la mano de los niños
Y la bondad es como la fruta roja del bosque.
Asi vas niño loco. Tirapiedras querido.
Niño sin memoria. Angel castigado por Dios.
Niño de las golondrinas. Caja de musicalidad.
Elevador de lunas, santo de los diez centavos.
Misa de ron. Poeta en las alas de la madrugada. Niño loco
Entre hojas de eucaliptos. Hermano de los miserables.
Tu que vas por el mundo en la hora del sueño
Por esas calles de san salvador banadas por la luna llena.
Das pasos de niño, de vuelo recien inaugurado,
Cuando la noche es oscura, el corazón es temeroso
Y mañana sera otro dia.
WEB: ANALECTA LITERARIA
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