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viernes, 16 de julio de 2010

610.- NURIA RUIZ DE VIÑASPRE


Nuria Ruiz de Viñaspre nació un 13 de agosto de 1969 en La Rioja. Actualmente trabaja como editora de textos en el Grupo Anaya. Ha intervenido con producción propia en diversos Festivales de Poesía. Algunas de sus obras han sido traducidas al portugués. Sus poemas se pueden encontrar en revistas literarias como Texturas, Babab, El invisible Anillo, Ariadna, Cuadernos del Lazarillo, Dulce Arsénico, Es hora de embriagarse, etc. Su obra está incluida en el Diccionario de Autores de la Cátedra de Miguel Delibes.
Ha publicado El mar de los suicidas, Desvaríos subterráneos, El campo de tus sueños rojos, Ahora que el amor se me instala y La geometría del vientre, estos dos últimos prologados por Eduardo Mendicutti. El pez místico (Publicado en 2009). Tablas de carnicero (PUBLICADO AÑO 2010). PREMIOS LITERARIOS:
- XX Premio Ciudad de Tudela de Poesía de Navarra, 2004
- Finalista Premio de la Academia castellano-leonesa de Poesía
- Finalista en el IX Premio Internacional de poesía Gabriel Celaya
Asimismo ha sido incluida en Antologías.

Blog: http://rasca-cielos.blogspot.com/

POEMA

____aquellos peces tenían la misma tristeza
____que una ropa sin usar
____el tacto huérfano que había
____en el mar de sus peceras
____su deseo en cruz

La casa está ardiendo
la casa en ruinas está ardiendo
no arde sólo la brasa en este suelo de barro
donde vive uno en su mundo comunista
o en ese otro opulento mundo de las afueras
más aletargado de tristeza
la casa está ardiendo
la casa en ruinas está ardiendo
arden los muebles de esta pecera sin agua
las sábanas de agua arden
las paredes de las calles sudan
arden cocinas y arterias
que desdeñan peces incendiados
la casa está ardiendo
la casa en ruinas está ardiendo
¡que desorden social!
¡era tan imprescindible vigilar el fuego!

De Nuria Ruiz de Viñaspre, en EL PEZ MÍSTICO
(Ed, Olifante, 2009)




(DEL LIBRO AHORA QUE EL AMOR SE ME INSTALA)

LA desconfianza en uno mismo
Es un perro muerto incrustado en tu pecho
Un animal mojado por aguas negras
Que va lamiendo lentamente tus despistados huesos
Mientras deja su saliva en las ramas de tus tendones
A veces escucho en la noche voces en mis huesos
Y en sus huesos caninos
Aullidos





(DEL LIBRO LA GEOMETRÍA DEL VIENTRE)

¿QUÉ hacer con el deseo?
Un rosal
Un entierro en la luna
Afeitarse las piernas
con el afilado borde de una cuchilla
que en otra vida fue mujer estéril
o quizá masticar un pez de colores.




(DEL LIBRO EL PEZ MÍSTICO)

No, no es el pescado.
Es el pez, siempre es el pez

NO es que me importe
que los peces orinen en las sumergidas rocas,
que el cuchillo alzado contra estas bestias
no cortara su pescado de arriba abajo.
No es que me importe tampoco
su desmembrado cuerpo esparcido en trozos
por el suelo roto de mi cocina.
No, no es algo que me importe.
No es que me importe el desagüe
del paisaje perfecto del fregadero
emergiendo toda sangre retenida en sus paredes.
No es que me importe que caiga la cuchilla
sobre esta ciudad menospreciada,
ya que nada hubieran podido cortar allí,
sobre esta llaga de eternidad.
No, no es algo que me importe.





(DE TABLAS DE CARNICERO)

CABEZA de vaca
que llegabas lenta y sin ideas ya
colgando de tu sobresaliente morro.
Los cielos estaban color ceniza
cuando se te escapó aquel último hilo de baba
de tu ya muerta y despellejada boca.
Debiste apretar más los dientes
para que no se te escapara el alma.
Pero ya era tarde. Ya fue tarde.
Y ahora yaces boca abajo
con un gancho en la garganta.
Aquel objeto punzante que te impidió
acercarte al mundo a comer
el último escombro desperdigado en la colina.
Moriste con un anzuelo clavado en tu cuello.
Como el que se había tragado un pecado.



ERA TANTA LA NOCHE

I

DE nuevo la esperanza en un ir y venir
de nombres, figuras, rostros y rasgos,
todos en tu memoria
-gigantesco jardín de péndulos-
Y de nuevo también
el frágil pájaro de la duda.
Hasta que toda la luz del mundo
ilumine el trapecio de tus brazos,
y en ese arco dibujado,
la vida nueva, que irá llegando.


VIII

Allí,
en la habitación de tu vida

EXTRAÑO país tu útero
-mujer de todos-
Poder exiliarse por siempre
a ese sombrío ángulo de tu cuerpo.
Allí, en la habitación de la vida,
donde la escasa luz de unos ojos
asiste al lento crecer de las algas.



EN EL BORDE DEL CAMINO DEL MUNDO

III

ANCLAR su cuerpo entre tus brazos
y en ese paréntesis de abrazo
zarpar contigo misma
allá donde la noche es tanta
que sea su aliento,
sus ansias y sus manos.


X

PORQUE te has convertido
en la enamorada de su viento
y él se ha convertido
en tu viento a favor.
Porque él es lo que va,
tu pulmón con alas,
el que habitará tus nieblas con su risa
mientras tú atraviesas la nada del Mundo
sin oxidados sueños.
Porque cuando pasas junto a él,
el dolor se metamorfosea.


XIV

QUÉ te diría yo si tuviera
la locura de la franqueza.
Y si todo fuera dicho
entre la vida y tú.



AUNQUE EL TIEMPO OSCUREZCA LO TERSO

I

Tú quisieras un mundo;
por eso lo tienes todo, y no tienes nada

Diótima a Hiperión

REGRESAR a un mundo viejo,
allí donde el vientre se hace cuna
y balancea en un baile loco
tu ajeno cuerpo
-que ya no es tuyo,
porque llora y llora doliente
la huida del inexacto vientre-
Regresar allí, donde ayer,
a la esquina de un cuello
que guardaba con afán tu indiferente llanto.



IV

EL amor es la compensación de la muerte.
Su correlativo esencial

Arthur Schopenhauer


ÉL se irá como arena tibia entre tus dedos
dejándote entre nubes blancas e insolentes.
Se irá dejándote un mar mutilado
cercenado por tierra y sin sangre.
Se irá instalando la pena fría,
la lágrima que arde en la franja del iris.
Pero llegará el viento con su sol fijo
trayendo una raza amputada de olas.
Y en tu soledad antigua verás triste su nuca
de rizos leves y blandos.
Se irá y partirá a la vida
hasta que vuelva a lavarte el ánimo y la lágrima.


VII

Y tomarás conciencia de la soledad
en el centro de la casa vacía


CÓMO pintar en frases
el dolor de ver tu dolor parpadeando.
Vivir es una herida abierta.



DONDE LA LOCURA TE CUELGA DE LOS OJOS

La mirada extraviada de los tardos pájaros
Húmedos todos de locura
Que aguardando solícitos plumas maternas
Permanecen ausentes, solos y locos
Bienaventurados los seres alados sin alas
La mirada extraviada de los santos locos
A los que la vida se les escapa por las muñecas
Cavan hoy la estéril tierra
Para extraer esa extranjera azul y opaca
La locura
Tapizarle de cuchillos y clavarle mil agujas
En el blanco muro de su pupila
La mirada extraviada de los muertos por agua
Suicidas todos
Con esa inquilina loca atada a sus talones

Son arrastrados al fondo
Les llamaban locos
La mirada extraviada de los ausentes
Que escrutando el mundo con torcidos ojos
Sobrellevan mal sus muertes
La mirada extraviada de los tardos pájaros
Que haciendo nidos en mi nuca
Empuñan en sus picos huesos de muerto
Y una locura
Mientras alarmados
Ansían como locos el ala cóncava
Bienaventurados los ausentes de alas y cordura




DIME QUE NO MORIMOS

DIME que no morimos
Dime que en ese último día
Iremos errantes hasta el manantial divino
A calmar la sed cósmica que a todos abrasa
Dime que no morimos
Que es un juego de visitas a otros mundos
A otras lunas
Dime que a por agua vamos
Como niños
Que volvemos con la sed loca
Muerta
Dime que no soltarás nunca mi mano
Ni en ese día ni en otro
Dime que si morimos
Del manantial a la par beberemos




LA MUERTE

LOS párpados bajos
El rostro inmóvil
El peso denso de estos brazos
Que hoy descansan o eso dicen
Los párpados bajos
El cuerpo inmóvil
Cortinas de humo de densos velos
Que nos separan del mundo o eso dicen
¿Qué es morir?
Los párpados bajos
Mientras
La Muerte





LA DESAPARICIÓN

¿POR QUÉ lloras?
Cuando entenderás niña
Que debieras si acaso
Llorar por el Mundo de los vivos
Y no por ese otro Mundo mudo de los muertos
Cuando entenderás niña
Que sólo los muertos descansan
Y en su descanso alcanzan
La inmensa paz que aquí se ausenta
¿Por qué lloras, temerosa
Por la incorruptible Muerte
Que a todos alcanza?



EL EPÍLOGO DE LA VIDA
El hilo morado de la ternura

DESAPACIBLES rostros en un inventado invierno
Donde el frío cala el alma de los transeúntes
Mientras
Las enjutas figuras armadas de abrigos largos
Parecen encarar al Viento
Y contra Dios mismo luchan
Las ciudades duermen
Mientras
Encallecidos de urbanidad y secretísima tristeza
Nos engalanamos con las hojas muertas
Que cobijan del rayo que hiere
Las aguas de los ríos estancados

ESTOY cansada
Y el cansancio de mis ojos
Es ahora un arco tenso
Y mi boca una invitación al abandono




Afuera hay sol
yo me visto de cenizas

Alejandra Pizarnik


EN un ajeno cielo rojo y en vuelo pájaros azules
El féretro antecedió al pueblo
Cuando a hombros en la Iglesia te metieron
Y bajo tu amado manto, la tierra
Deslomados hombros de pena heridos
Te enterraron
El pueblo lloró tu ausencia de vida
Y en la lápida una frase blanca
Tu bondad arrasó al mundo
Mientras
Una tierna pero desparramada rosa
Imprimía gritos en tu blanco lecho


COLORES

He descubierto los colores
No tardarán en deshilar
Este campo de sueños rojos
Zurcido con morados hilos de ternura

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De Ahora que el amor se instala, Celaya, Salamanca, 2003:


I

AHORA que el amor se me instala
Puedo dormir en paz y mirarte a los ojos
Aunque me diluya y tiemble mi cuerpo bajo tu mano
Como un perro aterido y hambriento
Ahora que el amor se me instala
Quiero articular palabras
Aunque me derrita si estoy en tus bocas
Deshaciéndome en miles de pieles
Ahora que el amor se me instala
Me disperso como el polvo en el viento
Se disipan mis neuronas
Ahora que el amor se me instala
No quiero volver a hilar
Ni un solo pensamiento cuerdo
Me pregunto quién te ha dado esa fuerza de pájaro
Ahora que el amor se me instala


II

ESCLAVOS del mundo
Con nuestras mortales muñecas
Atadas a aquello que amamos
Que lenta muerte no caer
Y desasir las desgastadas
De terrenales ligaduras
Los pájaros viajan con viento bajo sus alas
Sólo viento
Viento atrapado

III

¿SABÉIS lo que es la pena?
Es un bicho asqueroso que trepa por tu cuerpo
Nace en los pies y sube sin tregua ni descanso
Hasta la parte más alta de tu garganta
Allí, anida por más tiempo impidiendo respirar
Sólo cuando se desliza en un despiste a tus ojos
Y la tapa de tus sesos está abierta
La pena sale y muere en atmósferas nuevas

IV

DENTRO
En los jardines arañados por la lluvia
–Mujer que tiritas la edad de tu ternura–
Me lanzaré al abismo de tu escote
Para estrellar allí mi garganta encendida
Que la lluvia ha llegado
Ya nos lo dijeron las flores secas
Ahora es tiempo de ternuras


V

LA desconfianza en uno mismo
Es un perro muerto incrustado en tu pecho
Un animal mojado por aguas negras
Que va lamiendo lentamente tus despistados huesos
Mientras deja su saliva en las ramas de tus tendones
A veces escucho en la noche voces en mis huesos
Y en sus huesos caninos
Aullidos

VI

DUERMES
En algún lugar del mundo, duermes
Y te alejas en tu sueño a legendarias tierras
Navegando en paisajes azules perfectos
Duermes
Y dormida
Extiendes los brazos hacia mi real cuerpo
En busca de algo más de vida


VII


VAMOS a embarcar
En aquella nube blanca
La barca está esperando
Iremos a ese otro mar más azul
Aún más azul que todo el azul del Mundo
Allí donde nuestras palabras
Suban más libres aún que las olas
Allí donde los leves cuerpos nuestros
Nunca anden sin el alma
Allí
Donde nunca se grita Tierra


VIII

EN la longitud del cuello de mi útero
Se esconde el verso más sucio
El verso de la sin razón y el vicio
El vicio de atragantarme
Con tu semen de adolescente



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